Hay una gran discusión beisbolera y eso es bueno, pero lo cierto es que nadie esperaba una selección nacional como la anunciada el miércoles.
Una verdad aflora y es que no estábamos preparados (nos incluimos los periodistas), para asimilar una proyección como la expuesta en la conformación del equipo Cuba de cara al III Clásico Mundial de Béisbol.

Comienzo por decir que es difícil asimilar la ausencia de Ariel Pestano, que jamás imaginamos leer el nombre del pinero Luis Felipe Rivera en el listado inscrito, ni el de su coequipero Andy Ibáñez, de 35 años el primero y de 19 su compañero. Muy pocos pensaron en un regreso al principal elenco del país del zurdo artemiseño Yulieski González y menos todavía los que podían creer que Yadier Pedroso no estaría en el cuerpo de lanzadores.

Otras incorporaciones que han suscitado varios comentarios son las del jardinero matancero Yadier Hernández y el retorno a ese nivel del lanzador camagüeyano Vicyohandri Odelín.

¿A qué se debe esta nueva versión de la selección nacional ante un desafío mayúsculo como el Clásico Mundial?

Adelanto que son nuestras consideraciones, no fuimos a buscar respuestas a la Dirección Nacional de Béisbol.

¿Pestano? No tengo la menor duda de que es y, en opinión muy personal, está ranqueado entre los tres mejores receptores de la pelota cubana, respetando a los muy prestigiosos que han pasado por esa posición. Tampoco dudo de que cumpliría su función en el certamen mundialista, solo que ante la exigencia física y las características de los rivales, La Rosa y Frank Camilo, en el orden defensivo fueron considerados con más posibilidades en este momento.

Ya habíamos dicho que el criterio de elegibilidad respetó que la combinación de rendimiento y desempeño en nuestra Serie Nacional, además de la preparación realizada, fuera la que más aportará a la puesta en forma para tan magno evento. Esa manera de actuar la expusimos en esta misma página el 2 de noviembre del 2012 y después en sucesivos artículos la fundamentamos, pues conecta dos objetivos: potenciar el campeonato de casa, que es lo más importante, y como subproducto permitiría llegar mejor preparados a la justa mundialista.

De no obrarse así hoy no estaría Luis Felipe Rivera en la relación de elegidos. Él en esta 52 Serie compila 348 (40 jits en 115, cuando se dio a conocer el equipo), pero en sus 16 Series Nacionales promedia 93 imparables por temporada y fildea para 991. Su equipo no ha sido de los ocho delanteros, pero siempre juega como si estuviera disputando el mismísimo título, y nunca fue llamado.

La historia, que sin ella nada es comparable ni explicable, nos hace recordar, que en otras selecciones, incluso hasta en el mismo primer Clásico, hemos improvisado a jardineros en la inicial, porque nunca miramos a las potencialidades que tenemos en nuestra propia Serie. Ibáñez posee todo un arsenal y su versatilidad a la defensa y a la ofensiva, le abrieron las puertas. Aplaudo ese impulso de juventud.

Nóminas adversarias plagadas de zurdos, más su desempeño (ojo no hablo solo de rendimiento), sustentaron a Yuilieski, mientras a Odelín, pienso que aunque solo lanzara una sola entrada, podrían ser los dos outs que necesitemos. Yadier, el yumurino, encara la responsabilidad, no solo de él, de contar con potencialidad de bateadores emergentes.

Insisto, no esperaba a ninguno de ellos, incluso algunos colegas antes de recibir la noticia para luego difundirla, elaboramos nuestras versiones, y tampoco los incluimos. Sin embargo, revelo que en nuestros equipos había un 81 % de coincidencia con lo que se inscribió en el torneo.

Lo cierto es que nos acostumbramos a que se rindiera o no, se jugara o no, siempre estarían más o menos los mismos nombres por su indiscutible calidad. Muchos en el país también pasamos todo el tiempo fustigando tal proceder. Ahora que se hace, sin embargo, reaccionamos contrariamente, pensando siempre en lo mejor para el equipo.

Lo importante es acabar de desprejuiciarnos y analizar que la idea manejada es buena. Partir de 77 jugadores, llevarlo a 50 y luego con esa cifra hacer tres variaciones en esa nómina, es plausible. Continuar evaluando hoy los peloteros, todavía con posibilidades hasta el 20 de febrero de hacer el grado, es aún mejor. El grupo seleccionado ofensivamente batea en la 52 Serie para 312, fildea 983 y lanza para 2.38.

El director del equipo, Víctor Mesa, y el jefe técnico, Jorge Fuentes, han pedido confianza. Creo que se la han ganado, no solo por el prestigio de ambos, sino por el nuevo proceder. Pero con la idea solo no basta, ellos saben que tienen una enorme responsabilidad sobre sus hombros, que toda Cuba los estará escrutando, y ese pueblo, con su sabiduría, juzgará cada salida al terreno.

PD: Le sobró al director de la selección la crítica pública a Alexei Bell. Lo digo por la valía del santiaguero, aspecto por el cual el propio mentor lo ha elegido siempre.