Cuba aprendió la lección tras la participación del equipo de Villa Clara en la pasada Serie del Caribe: al clásico caribeño no se puede ir desprotegido y se tiene que llevar al mejor talento disponible si se quiere aspirar al título.
Por ello, los Vegueros de Pinar del Río, campeón defensor de la Serie Nacional, han conformado un plantel muy parecido a su poderoso Equipo Nacional, reforzando la plantilla con buenos brazos y, sobre todo, maderos de largo alcance.
Esa decisión de los mandos federativos de formar casi una selección nacional para ir a la Serie del Caribe ha generado ciertos niveles de polémica en una isla en la cual el béisbol es un tema de interés general, tanto así que puede, en ocasiones, alcanzar el mismo nivel que la política.
La afición está dividida entre los que creen que a la Serie del Caribe hay que ir a ganar con el mejor talento del país o los que postulan que debe ir el equipo campeón de la Serie Nacional con el grueso de su matrícula, por un tema de “incentivo” por ganar el título.
Un debate que en los países restantes de la serie caribeña viene y va, pero que en su mayoría se ha resuelto en un punto medio, en el cual se deja lo mejor de lo mejor de la nómina del campeón, pero se trae también buen talento externo para poder competir.
Entre los miembros del equipo, esa candente discusión, que tiene encendidas a las peñas deportivas en las provincias y a los foros sociales en medios cibernéticos, tiene una definición obvia: tras la lección de la pobre participación en Isla Margarita (Venezuela) el año pasado en la que jugaron para 1-3, a la Serie del Caribe hay que enviar lo mejor de lo mejor.
“De los errores se aprende”, dijo a El Nuevo Día el as de la rotación de los Vegueros de Pinar del Río, Yosvani Torres, un lanzador derecho que domina con su inteligencia sobre la loma más que con su fuerza.
“Tengo 100% de seguridad que tras lo vivido el año pasado y con el equipo que tenemos vamos a hacer un gran papel. El equipo tiene atletas preparados y tienen que contar con nosotros”, agregó tras concluir un colorido evento en el centro de Pinar del Río, en el cual importantes dirigentes gubernamentales abanderaron al equipo, con el recio toletero Alfredo Despaigne como portador de la insignia nacional, de cara a su viaje a San Juan.
Otro que entiende que se tomó la decisión correcta es el conocido infielder y estrella del béisbol cubano Yulieski Gourriel.
“Es un gran torneo. El año pasado después de muchos años de ausencia pudimos volver. Ahora sabemos que vamos a una serie dura en Puerto Rico. Es un equipo muy diferente. El año pasado prácticamente llevamos un equipo casi inexperto y muchos de los jugadores prácticamente no habían participado nunca en un evento internacional. Y fueron con muy pocos refuerzos. Era la primera vez que participábamos en un torneo como este y no teníamos mucha información. Ahora tenemos la experiencia del año pasado y el equipo se reforzó mucho mejor comparado con el pasado año”, sostuvo el toletero derecho.
El técnico de la novena pinareña, Alfonso Urquiola, está claro de la responsabilidad que tiene sobre sus hombros y defiende, sin pensarlo mucho, la visión de su plantilla por su calidad y el deber que tienen para con su país.
“Este es un equipo de Cuba, más que de Pinar del Río. La filosofía es siempre ganar juego a juego y combatir. Hay que tener siempre presente lo que representamos, que es a Cuba. Desde el punto de vista de unión, el colectivo tiene un gran estado de ánimo, muy buen sentido de pertenencia y muchas ganas de combatir. Hay mucha conciencia de la responsabilidad, porque sabemos que es un evento muy fuerte y así se han preparado”, sostuvo el veterano técnico, quien explicó las complicaciones de elegir el plantel que irá a Puerto Rico.
“Siempre hay insatisfacciones con las nóminas, que si debe estar aquel o estar el otro, pero las nóminas son así, hay 28 espacios y con eso se juega. Lógicamente en Cuba hay mucha calidad de jugadores y mucha competencia, por lo que hacer la selección nunca es fácil. Yo creo que el formato está bien planteado desde la defensa, la ofensiva y el pitcheo. Ahora, el terreno es el que dice la última palabra”, indicó.
“La diferencia es que el año pasado hubo más refuerzos, el año pasado hubo cinco, este año hay más. Es un equipo que prácticamente es muy integral, con atletas que son parte del equipo Cuba. Es un equipo mucho más completo”.
UN SABOR DISTINTO
Jugar en Puerto Rico tiene otro significado para los cubanos. La hermandad entre estos dos pueblos siempre trae un sabor distinto y, los integrantes del conjunto cubano, lo tienen presente.
“Para nosotros es una gran satisfacción ir a Puerto Rico. Siempre ha habido una afinidad entre los pueblos de Cuba y Puerto Rico desde el punto de vista social y deportivo”, expresó Urquiola.
Otro que está que se las pela de alegría es el recio jardinero derecho Frederich Cepeda, quien vivió la experiencia junto a Gourriel y otros jugadoresque refuerzan al conjunto pinareño de estar en el Clásico Mundial de Béisbol en el 2006. Él no olvida el calor boricua.
“La idea de estar en Puerto Rico me da mucha alegría, pues es una sede donde siempre la afición nos ha dado un gran trato, que sabe de béisbol y qué bueno que el público boricua pueda disfrutar de esta oportunidad de ver buen béisbol y a nuestro equipo”, dijo Cepeda, un fanático acérrimo del reguetón puertorriqueño que siempre ha denotado gran cariño por la música de Wisin y Yandel y agradecería poder conocerlos en persona.
Gourriel, quien juega para Industriales de La Habana en la Serie Nacional, está igualmente feliz por volver a suelo boricua.
“Estoy muy contento. A todos los puertorriqueños esperemos que gocen del juego de Cuba y vamos a dar los mejor para que salgan lo más satisfechos posible”, manifestó.
¿Qué esperas de esos días en Puerto Rico?, le pregunto El Nuevo Día a Gourriel.
“Mucha salsa, mucho merengue y mucho reguetón, que sabemos son los mejores en el mundo”, dijo sonriente, con ese aire picarón que caracteriza a los cubanos.
Por ello, los Vegueros de Pinar del Río, campeón defensor de la Serie Nacional, han conformado un plantel muy parecido a su poderoso Equipo Nacional, reforzando la plantilla con buenos brazos y, sobre todo, maderos de largo alcance.
Esa decisión de los mandos federativos de formar casi una selección nacional para ir a la Serie del Caribe ha generado ciertos niveles de polémica en una isla en la cual el béisbol es un tema de interés general, tanto así que puede, en ocasiones, alcanzar el mismo nivel que la política.
La afición está dividida entre los que creen que a la Serie del Caribe hay que ir a ganar con el mejor talento del país o los que postulan que debe ir el equipo campeón de la Serie Nacional con el grueso de su matrícula, por un tema de “incentivo” por ganar el título.
Un debate que en los países restantes de la serie caribeña viene y va, pero que en su mayoría se ha resuelto en un punto medio, en el cual se deja lo mejor de lo mejor de la nómina del campeón, pero se trae también buen talento externo para poder competir.
Entre los miembros del equipo, esa candente discusión, que tiene encendidas a las peñas deportivas en las provincias y a los foros sociales en medios cibernéticos, tiene una definición obvia: tras la lección de la pobre participación en Isla Margarita (Venezuela) el año pasado en la que jugaron para 1-3, a la Serie del Caribe hay que enviar lo mejor de lo mejor.
“De los errores se aprende”, dijo a El Nuevo Día el as de la rotación de los Vegueros de Pinar del Río, Yosvani Torres, un lanzador derecho que domina con su inteligencia sobre la loma más que con su fuerza.
“Tengo 100% de seguridad que tras lo vivido el año pasado y con el equipo que tenemos vamos a hacer un gran papel. El equipo tiene atletas preparados y tienen que contar con nosotros”, agregó tras concluir un colorido evento en el centro de Pinar del Río, en el cual importantes dirigentes gubernamentales abanderaron al equipo, con el recio toletero Alfredo Despaigne como portador de la insignia nacional, de cara a su viaje a San Juan.
Otro que entiende que se tomó la decisión correcta es el conocido infielder y estrella del béisbol cubano Yulieski Gourriel.
“Es un gran torneo. El año pasado después de muchos años de ausencia pudimos volver. Ahora sabemos que vamos a una serie dura en Puerto Rico. Es un equipo muy diferente. El año pasado prácticamente llevamos un equipo casi inexperto y muchos de los jugadores prácticamente no habían participado nunca en un evento internacional. Y fueron con muy pocos refuerzos. Era la primera vez que participábamos en un torneo como este y no teníamos mucha información. Ahora tenemos la experiencia del año pasado y el equipo se reforzó mucho mejor comparado con el pasado año”, sostuvo el toletero derecho.
El técnico de la novena pinareña, Alfonso Urquiola, está claro de la responsabilidad que tiene sobre sus hombros y defiende, sin pensarlo mucho, la visión de su plantilla por su calidad y el deber que tienen para con su país.
“Este es un equipo de Cuba, más que de Pinar del Río. La filosofía es siempre ganar juego a juego y combatir. Hay que tener siempre presente lo que representamos, que es a Cuba. Desde el punto de vista de unión, el colectivo tiene un gran estado de ánimo, muy buen sentido de pertenencia y muchas ganas de combatir. Hay mucha conciencia de la responsabilidad, porque sabemos que es un evento muy fuerte y así se han preparado”, sostuvo el veterano técnico, quien explicó las complicaciones de elegir el plantel que irá a Puerto Rico.
“Siempre hay insatisfacciones con las nóminas, que si debe estar aquel o estar el otro, pero las nóminas son así, hay 28 espacios y con eso se juega. Lógicamente en Cuba hay mucha calidad de jugadores y mucha competencia, por lo que hacer la selección nunca es fácil. Yo creo que el formato está bien planteado desde la defensa, la ofensiva y el pitcheo. Ahora, el terreno es el que dice la última palabra”, indicó.
“La diferencia es que el año pasado hubo más refuerzos, el año pasado hubo cinco, este año hay más. Es un equipo que prácticamente es muy integral, con atletas que son parte del equipo Cuba. Es un equipo mucho más completo”.
UN SABOR DISTINTO
Jugar en Puerto Rico tiene otro significado para los cubanos. La hermandad entre estos dos pueblos siempre trae un sabor distinto y, los integrantes del conjunto cubano, lo tienen presente.
“Para nosotros es una gran satisfacción ir a Puerto Rico. Siempre ha habido una afinidad entre los pueblos de Cuba y Puerto Rico desde el punto de vista social y deportivo”, expresó Urquiola.
Otro que está que se las pela de alegría es el recio jardinero derecho Frederich Cepeda, quien vivió la experiencia junto a Gourriel y otros jugadoresque refuerzan al conjunto pinareño de estar en el Clásico Mundial de Béisbol en el 2006. Él no olvida el calor boricua.
“La idea de estar en Puerto Rico me da mucha alegría, pues es una sede donde siempre la afición nos ha dado un gran trato, que sabe de béisbol y qué bueno que el público boricua pueda disfrutar de esta oportunidad de ver buen béisbol y a nuestro equipo”, dijo Cepeda, un fanático acérrimo del reguetón puertorriqueño que siempre ha denotado gran cariño por la música de Wisin y Yandel y agradecería poder conocerlos en persona.
Gourriel, quien juega para Industriales de La Habana en la Serie Nacional, está igualmente feliz por volver a suelo boricua.
“Estoy muy contento. A todos los puertorriqueños esperemos que gocen del juego de Cuba y vamos a dar los mejor para que salgan lo más satisfechos posible”, manifestó.
¿Qué esperas de esos días en Puerto Rico?, le pregunto El Nuevo Día a Gourriel.
“Mucha salsa, mucho merengue y mucho reguetón, que sabemos son los mejores en el mundo”, dijo sonriente, con ese aire picarón que caracteriza a los cubanos.