Aún sin sus principales artilleros, los Alazanes de Granma se las han arreglado para liderar holgadamente la llamada Segunda División de la presente Serie Nacional, una cuestionada alternativa que da continuidad de juego a los ocho equipos que quedaron sin opciones de pelear por el cetro.

Valorar en su justa medida el desempeño de los elencos involucrados en esta ronda de consuelo es una tarea sumamente ingrata. Cada una de las nóminas ha sido afectada, en mayor o menor medida, con la salida de sus mejores hombres en calidad de «refuerzos» hacia los equipos que animan la categoría élite de nuestro béisbol.

Por ejemplo, los granmenses vieron salir a Alfredo Despaigne y Yordanis Samón rumbo a Pinar del Río e Isla de la Juventud, respectivamente. Muchos pensamos que quedaría «tocada» su ofensiva, pero lo cierto es que otros han tapado muy bien los huecos, y el equipo hoy produce colectivamente para .306.

Llama la atención que en la producción de extrabases exhiban cifras destacables, con un total de 106 divididos en 67 dobles, cinco triples y 34 vuelacercas en los 36 partidos.

Claro, que el pitcheo de esta división no es un manojo de virtudes, pero es parejo para todos. Entre Hubert Sánchez y Guillermo José Avilés han despachado, a partes iguales, una docena de cuadrangulares, y Ramón Tamayo anda por cinco, con ocho dobles también a su cuenta.

El corcel de referencia desde la lomita ha sido el experimentado Ciro Silvino Licea, quien no estuvo a plenitud durante la primera parte del torneo. El «Indio» ha iniciado ocho partidos en esta fase, completado uno, y ganado cuatro, para de esa forma completar —sumado el desempeño en ambas rondas— las cinco victorias que le separaban de la emblemática cifra de 200 éxitos.

La hazaña sucedió el pasado 4 de abril, cuando Ciro Silvino tiró las siete entradas que su equipo necesitó para doblegar por 10-0 a la representación holguinera. Con ese triunfo, según los archivos de Beingno Daquinta, se unió al selecto grupo que integran el pinareño Pedro Luis Lazo (257 triunfos), el pinero Carlos Yanes (235), el matancero Jorge Luis Valdés (234), el santiaguero Braudilio Vinent (221), el capitalino Lázaro de la Torre (208) y el vueltabajero Rogelio García (202).

Algo tarde —lo reconozco—, pero bien merece el reconocimiento un lanzador que se ha mantenido durante 20 temporadas defendiendo los colores de su provincia, y tiene asegurado su espacio entre los lanzadores más consistentes que han pasado por el béisbol cubano.
Otro paso del elefante

El diestro Jorge Hernández se presentó intransitable durante siete capítulos, en los que apenas toleró los únicos tres hits de la ofensiva espirituana, para guiar a los

Elefantes de Cienfuegos a un triunfo que le permite aumentar su ventaja en la punta del segundo tramo de la actual Serie Nacional.

Mientras, la ofensiva de los paquidermos se lució ante sus parciales con tres vuelacercas, uno de ellos salido del bate de José Dariel Abreu, quien llegó a 17 y se confirmó como líder de ese departamento.

También enviaron la pelota más allá de los límites los camagüeyanos William Luis y Lednier Ricardo, una muestra más de lo provechosa que han sido sus incorporaciones a la «manada».
Más movimientos

Dos bajas, motivadas por lesión y enfermedad, fueron divulgadas este miércoles por la Dirección Nacional de Béisbol, y afectan a los equipos de Matanzas y Pinar del Río.

La circular enviada a los medios da cuenta que definitivamente el lanzador Yasiel Lazo abandona las filas de los Cocodrilos yumurinos debido —según la nota— a que sufre una hepatitis viral, tipo A. Su puesto será ocupado ahora por el también serpentinero Jorge Alberto Martínez Roque, quien tuvo un excelente balance de 11-4 durante la pasada campaña vistiendo los colores del equipo matancero.

También trascendió que el diestro Jesús Guerra no seguirá en el staff del pitcheo del equipo de Pinar de Río, pues sufre de una epitrocleitis en su brazo de lanzar.

Para suplir esta ausencia, el mentor Giraldo González decidió sumar al jugador de cuadro Yansiel Ajete.