Año nuevo, vida nueva, reza una frase muchas veces escuchada. Y en el caso del béisbol cubano, la entrada del 2012 ha significado la puesta en uso de otra pelota, la Mizuno 200, en sustitución de su hermana 150 la cual no será fabricada más.
Semanas atrás hubo contradicciones. Algunos afirmaron que ya se utilizó en la pasada Copa del Mundo efectuada en Panamá, pero la central de la empresa Mizuno, con sede en Tokio, asegura que será a partir de este año cuando la Mizuno 200 entrará a formar parte de los implementos oficiales en eventos internacionales organizados por la Federación Internacional de Béisbol (IBAF, siglas en inglés).
Lo cierto es que resulta en estos momentos toda una incógnita: si bota menos, ¿cuánto menos? ¿Desaparecerán los jonrones, tan abundantes en nuestro béisbol? ¿Reducirá sustancialmente el promedio de pitcheo, 4,56 hasta el pasado jueves 29 de diciembre? Mejor será preguntarles a los hombres que, madero en mano, se pararán en home a conectarla.
Para uno de los mejores bateadores de nuestra pelota, Yulieski Gourriel, “la Mizuno 200 bota menos, pero no tanto. Sí, se pueden conectar jonrones, lo que hay que darle bien, en el centro. Y tener en cuenta otros factores, el aire por ejemplo, que hoy (martes 3 de enero) bate muy fuerte y la pelota se queda parada en el aire”.
Eriel Sánchez, amparado en su experiencia de 18 Series Nacionales, todas en la receptoría, íntimamente ligada al trabajo de los pitchers, dice que “esta pelota pesa menos, lo que hace que tenga mayor movimiento, una ventaja para los lanzadores que dependen de sus rompimientos. Pero no es una bola ‘muerta’, si se le da bien camina”.
Fue profético Eriel, pues minutos después le botó la pelota al relevista de Industriales, Yohandry Portal, a más de 345 pies por el jardín derecho, en contra de su mano y a pesar del aire. Fue el octavo de los cuadrangulares conectados el primer día, a más de uno por juego. No hay duda, la Mizuno 200 no será tan viva como la 150, pero bota lo suyo.
Semanas atrás hubo contradicciones. Algunos afirmaron que ya se utilizó en la pasada Copa del Mundo efectuada en Panamá, pero la central de la empresa Mizuno, con sede en Tokio, asegura que será a partir de este año cuando la Mizuno 200 entrará a formar parte de los implementos oficiales en eventos internacionales organizados por la Federación Internacional de Béisbol (IBAF, siglas en inglés).
Lo cierto es que resulta en estos momentos toda una incógnita: si bota menos, ¿cuánto menos? ¿Desaparecerán los jonrones, tan abundantes en nuestro béisbol? ¿Reducirá sustancialmente el promedio de pitcheo, 4,56 hasta el pasado jueves 29 de diciembre? Mejor será preguntarles a los hombres que, madero en mano, se pararán en home a conectarla.
Para uno de los mejores bateadores de nuestra pelota, Yulieski Gourriel, “la Mizuno 200 bota menos, pero no tanto. Sí, se pueden conectar jonrones, lo que hay que darle bien, en el centro. Y tener en cuenta otros factores, el aire por ejemplo, que hoy (martes 3 de enero) bate muy fuerte y la pelota se queda parada en el aire”.
Eriel Sánchez, amparado en su experiencia de 18 Series Nacionales, todas en la receptoría, íntimamente ligada al trabajo de los pitchers, dice que “esta pelota pesa menos, lo que hace que tenga mayor movimiento, una ventaja para los lanzadores que dependen de sus rompimientos. Pero no es una bola ‘muerta’, si se le da bien camina”.
Fue profético Eriel, pues minutos después le botó la pelota al relevista de Industriales, Yohandry Portal, a más de 345 pies por el jardín derecho, en contra de su mano y a pesar del aire. Fue el octavo de los cuadrangulares conectados el primer día, a más de uno por juego. No hay duda, la Mizuno 200 no será tan viva como la 150, pero bota lo suyo.