Cuando ya se han jugado 18 partidos en la 53 Serie Nacional de Béisbol en Cuba, no pocos especialista se sorprenden por la nivelación que se evidencia entre la gran mayoría de los equipos, aunque en verdad, esto era de esperar por las características con que inició la lid.
No olvidemos la ausencia de cerca de 25 peloteros de reconocida calidad que jugaron en la última temporada y que escuadras históricas como Industriales y Santiago de Cuba presentan un cuerpo de lanzadores nada confiable y que Ciego de Ávila, Villa Clara, y mucho menos Cienfuegos, son los mismos conjuntos de anteriores competencias.
Si observamos la tabla de posiciones actual, veremos que la diferencia entre el primero y el último puesto es de solo 5,5 juegos. Camagüey y Cienfuegos, los colistas, están a solo 3,5 de entrar en zona de clasificación.
Lo anterior quiere decir que la afición de todas las provincias no ve imposible el boleto para la segunda fase. Y esto, sin lugar a dudas, le da un mayor incentivo al campeonato.
Comparando este panorama con el fútbol español, en el béisbol cubano no se da que existan un Real Madrid y un Barcelona que desde antes de comenzar la competencia todos saben que uno de ellos será el campeón y que las restantes escuadras deberán luchar por el tercer peldaño.
En el caso de los Tigres, los dos fracasos ante Artemisa han dado más de una preocupación, no solo a sus parciales, sino al colectivo de dirección que ya decidió darle la función de apagafuegos a su tercer abridor Dachel Duquesne, pues los relevistas han estado muy mal en este inicio de campaña.
Basta decir que el promedio de carreras limpias de Ciego de Ávila es de 3,07, pero el de sus relevistas se encuentra en 3,91. En esas condiciones es casi imposible aspirar al triunfo en las postrimerías de los encuentros.
El ataque también ha experimentado un descenso, pues el equipo promedia 254 y ya está por debajo de la media del campeonato que es de 260.
Este miércoles, en el estadio José Ramón Cepero, los avileños enfrentarán a Sancti Spíritus, equipo que también ha estado casi nulo con el madero al promediar solo 240. Los parciales avileños esperan que los Tigres no vayan cuesta abajo.
No olvidemos la ausencia de cerca de 25 peloteros de reconocida calidad que jugaron en la última temporada y que escuadras históricas como Industriales y Santiago de Cuba presentan un cuerpo de lanzadores nada confiable y que Ciego de Ávila, Villa Clara, y mucho menos Cienfuegos, son los mismos conjuntos de anteriores competencias.
Si observamos la tabla de posiciones actual, veremos que la diferencia entre el primero y el último puesto es de solo 5,5 juegos. Camagüey y Cienfuegos, los colistas, están a solo 3,5 de entrar en zona de clasificación.
Lo anterior quiere decir que la afición de todas las provincias no ve imposible el boleto para la segunda fase. Y esto, sin lugar a dudas, le da un mayor incentivo al campeonato.
Comparando este panorama con el fútbol español, en el béisbol cubano no se da que existan un Real Madrid y un Barcelona que desde antes de comenzar la competencia todos saben que uno de ellos será el campeón y que las restantes escuadras deberán luchar por el tercer peldaño.
En el caso de los Tigres, los dos fracasos ante Artemisa han dado más de una preocupación, no solo a sus parciales, sino al colectivo de dirección que ya decidió darle la función de apagafuegos a su tercer abridor Dachel Duquesne, pues los relevistas han estado muy mal en este inicio de campaña.
Basta decir que el promedio de carreras limpias de Ciego de Ávila es de 3,07, pero el de sus relevistas se encuentra en 3,91. En esas condiciones es casi imposible aspirar al triunfo en las postrimerías de los encuentros.
El ataque también ha experimentado un descenso, pues el equipo promedia 254 y ya está por debajo de la media del campeonato que es de 260.
Este miércoles, en el estadio José Ramón Cepero, los avileños enfrentarán a Sancti Spíritus, equipo que también ha estado casi nulo con el madero al promediar solo 240. Los parciales avileños esperan que los Tigres no vayan cuesta abajo.