Que levanten la mano todos aquellos que, antes de la temporada, vieron la nómina de Artemisa y vaticinaron que los Cazadores estarían en el quinto lugar de la 57 Serie Nacional de béisbol, a falta de 13 juegos para concluir la primera etapa. Estoy seguro que no muchos podrán ahora alzar los brazos, básicamente porque dar un pronóstico de ese tipo podía ser temerario un par de meses atrás.
Los artemiseños, dirigidos otra vez por Danny Valdespino, presentaban un elenco sin demasiada experiencia entre sus jugadores de campo, con tres receptores que jamás habían calzado los arreos en una campaña completa al máximo nivel, y desprovistos de dinamita en su infield y jardines. Si bien su pitcheo resaltaba gracias a varios tiradores internacionales, no existían garantías de que solo ellos podrían conducir la nave a puerto seguro.
Pero luego de 32 partidos (tienen uno sellado con Isla de la Juventud con ventaja de 3-1), los Cazadores están en zona privilegiada, con 19 triunfos y una enorme sensación de confianza, pues han ganado cuatro subseries en fila.
Desde el punto de vista estadístico, Artemisa sustenta su paso en el pitcheo, con un trío de zurdos que se han apuntado diez sonrisas. Misael Villa, Geonel Gutiérrez y Ricardo Martínez son los ejes del staff, que espera una mejoría de Michael Ortiz, otro tirador de la llamada mano equivocada, cuya misión es vital en el relevo.
A ellos se unen los experimentados derechos José Ángel García e Israel Sánchez, quienes de conjunto acumulan seis sonrisas y 11 rescates. La faena del «Barbero de Guanajay», el apagafuegos con mejores números en la historia del béisbol cubano, es impresionante, con nueve salvamentos, efectividad de 1.45 y promedio oponente de 123.
En materia de bateo, el peso cae sobre unos pocos maderos, algo previsible dadas las limitaciones en el plato de un equipo que, probablemente no superará el umbral de 255/345/370 en su línea ofensiva de average, promedio de embasado y slugging, cuando la media de la liga es 285/371/394.
La creación de carreras depende de Yariel Duque, el portentoso Lázaro Hernández y Yosvani Peñalver, quienes han impulsado 62 de las 141 anotaciones de los artemiseños, con 23 extrabases y 11 jonrones. Del resto, el capitalino Jorge Alomá ha despachado tres dobles y dos vuelacercas con hombres en los senderos, pero en sentido general la producción se concentra demasiado, un riesgo mayúsculo si los responsables de empujar caen en un slump.
No obstante, el mero hecho de plantar bandera con una nómina modesta e inferior en el papel, ubica a los Cazadores como la revelación de la lid, y están en condiciones de continuar su paso exitoso, más ahora que se les incorporó Miguel Lahera (contratado en la Liga Canam con Trois-Rivières Aigles), serpentinero que puede aportarles calidad tanto en funciones de abridor como de relevista.
Por supuesto, el trabajo está muy lejos de ser completado, pues se les avecina una temporada de depredadores, en la cual deberán mostrar sus mejores cualidades. Las Tunas y Pinar del Río en fila medirán la eficiencia de Valdespino y sus pupilos, quienes además tienen que chocar con Industriales y Sancti Spíritus.
Los artemiseños, dirigidos otra vez por Danny Valdespino, presentaban un elenco sin demasiada experiencia entre sus jugadores de campo, con tres receptores que jamás habían calzado los arreos en una campaña completa al máximo nivel, y desprovistos de dinamita en su infield y jardines. Si bien su pitcheo resaltaba gracias a varios tiradores internacionales, no existían garantías de que solo ellos podrían conducir la nave a puerto seguro.
Pero luego de 32 partidos (tienen uno sellado con Isla de la Juventud con ventaja de 3-1), los Cazadores están en zona privilegiada, con 19 triunfos y una enorme sensación de confianza, pues han ganado cuatro subseries en fila.
Desde el punto de vista estadístico, Artemisa sustenta su paso en el pitcheo, con un trío de zurdos que se han apuntado diez sonrisas. Misael Villa, Geonel Gutiérrez y Ricardo Martínez son los ejes del staff, que espera una mejoría de Michael Ortiz, otro tirador de la llamada mano equivocada, cuya misión es vital en el relevo.
A ellos se unen los experimentados derechos José Ángel García e Israel Sánchez, quienes de conjunto acumulan seis sonrisas y 11 rescates. La faena del «Barbero de Guanajay», el apagafuegos con mejores números en la historia del béisbol cubano, es impresionante, con nueve salvamentos, efectividad de 1.45 y promedio oponente de 123.
En materia de bateo, el peso cae sobre unos pocos maderos, algo previsible dadas las limitaciones en el plato de un equipo que, probablemente no superará el umbral de 255/345/370 en su línea ofensiva de average, promedio de embasado y slugging, cuando la media de la liga es 285/371/394.
La creación de carreras depende de Yariel Duque, el portentoso Lázaro Hernández y Yosvani Peñalver, quienes han impulsado 62 de las 141 anotaciones de los artemiseños, con 23 extrabases y 11 jonrones. Del resto, el capitalino Jorge Alomá ha despachado tres dobles y dos vuelacercas con hombres en los senderos, pero en sentido general la producción se concentra demasiado, un riesgo mayúsculo si los responsables de empujar caen en un slump.
No obstante, el mero hecho de plantar bandera con una nómina modesta e inferior en el papel, ubica a los Cazadores como la revelación de la lid, y están en condiciones de continuar su paso exitoso, más ahora que se les incorporó Miguel Lahera (contratado en la Liga Canam con Trois-Rivières Aigles), serpentinero que puede aportarles calidad tanto en funciones de abridor como de relevista.
Por supuesto, el trabajo está muy lejos de ser completado, pues se les avecina una temporada de depredadores, en la cual deberán mostrar sus mejores cualidades. Las Tunas y Pinar del Río en fila medirán la eficiencia de Valdespino y sus pupilos, quienes además tienen que chocar con Industriales y Sancti Spíritus.