Ocho meses de espera llegaron a su fin cuando, este sábado, la pelota volvió a rodar con alegría por los estadios cubanos. Tras una pausa prolongada desde el cierre de la 63ra Serie Nacional, arrancó la III Liga Élite del Béisbol Cubano en el emblemático estadio Julio Antonio Mella, hogar de los Leñadores de Las Tunas. El béisbol, ese latido popular que define la identidad cubana, regresa para ofrecer a la afición un espectáculo deportivo que promete emociones intensas.

El público tunero, fiel a su equipo, llenó las gradas para ver el debut triunfal de los Leñadores ante los Tigres de Ciego de Ávila, un equipo combativo que, pese a las bajas en su plantilla, dejó claro que dará pelea en el torneo. Bajo la dirección de Abeysi Pantoja, los tuneros solo necesitaron dos entradas para inclinar la balanza a su favor y sellar un convincente triunfo por 8-4. 

La ofensiva local conectó 14 imparables, destacando el aporte de Yosvani Alarcón (4-2, 2 dobles, 3 impulsadas), mientras que el abridor Dariel Góngora firmó una actuación magistral desde el montículo, lanzando siete entradas de calidad con solo tres hits permitidos y una carrera limpia.

Inicio reñido en la Liga Élite

Los otros dos encuentros de la jornada inaugural también estuvieron cargados de emoción. En el clásico de Occidente, Industriales se impuso por 4-3 ante Pinar del Río en el estadio Capitán San Luis. El partido se decidió en el noveno capítulo cuando el cerrador Armando Dueñas retiró el último out con el empate en tercera base. Andy Vargas se llevó la victoria, mientras que Dennis Laza destacó al bate (4-2, 2 CI).

En otro duelo vibrante, los Alazanes de Granma remontaron en casa para vencer por 7-6 a las Avispas de Santiago de Cuba en extrainning. Los dirigidos por Ángel Ortega lograron igualar el marcador en el noveno capítulo y sellaron el triunfo en entradas extras, confirmando la paridad y competitividad que marcará esta edición de la Liga Élite.

Con este arranque cargado de intensidad, la III Liga Élite del Béisbol Cubano promete una temporada repleta de emociones y un espectáculo digno de la pasión beisbolera cubana.