Cuando decíamos el pasado miércoles, al concluir la fase semifinal de la postemporada de la 58 Serie Nacional de Béisbol, que no veíamos cómo se le podían ganar cuatro juegos de siete a Las Tunas, afincábamos esa afirmación en que el de los Leñadores es una maquinaria de jugar pelota. Este sábado, en la apertura de la disputa por el título frente a Villa Clara, dio muestra de ese engranaje perfecto.
Comenzaron delante con una combinación de fuerza al bate y hermético pitcheo del astro pinareño Erlis Casanova en cuatro entradas y al cierre de ese tiempo de juego ya tenían diez carreras, con nueve jits, incluyendo dos jonrones y un doble. Increíblemente el lanzador, con esa ventaja, perdió el comando de sus pitcheos y por mucho que quiso arreglarse manejando sus tiempos (frecuencia entre envíos), no pudo salir del mal momento y se fue antes de finalizar la quinta.
En ese episodio, cuatro boletos, un pelotazo, un passball y un error se entrelazaron con un cuadrangular y un inofensivo jit entre pitcher y receptor para el paquete de cinco anotaciones de los Leopardos anaranjados. Hasta ese momento Casanova estaba tirando prácticamente un juego de cero jits cero carreras, pues el único indiscutible que aparecía en los bates oponentes era por regla al pegarle la bola a un corredor. Sin embargo, en el sótano de esa misma escena, con solo dos jits y una base, los tuneros pisaron el home dos veces más y pusieron tierra de por medio ante sus entonces envalentonados adversarios y luego remataron en el octavo con una más.
Es decir, falló el abridor pese al tempranero marcador abultado, pero no dejaron de producir y tras los tres indiscutibles que le pegaron al rescatista Yadian Martínez, con los que Villa Clara pudo anotar la sexta y última del partido en la séptima, otra variante salvadora de las hachas de doble filo apareció en la figura del zurdo Yudiel Rodríguez, quien con un lanzamiento liquidó la nueva amenaza de dos hombres en bases y un out, obligando al peligroso cuarto madero de los Azucareros, Yurién Vizcaino, a batear para dobleplay en fácil lance por él mismo, quien además se fue con el crédito del éxito en el cotejo, sin permitir anotaciones y aceptando un solo incogible.
Los tuneros también mostraron su versatilidad en el ataque al poner la velocidad en función de este con sus hombres rápidos empatando la parte baja de la alineación con su punta, conexión que logran con el noveno turno, defendido por Andrés Quiala, y el hombre proa, el veloz Yunieski Larduet, y cuando eso funciona es tan mortífero sobre sus rivales como su producción de largo metraje, porque después entran tres hombres letales, Jorge Johnson, Don Danel Castro y Yosvani Alarcón.
Si el pitcheo contrario no domina a esos efectivos el bosque de los Leñadores se lo traga literalmente. En el primer juego de la final esto tuvo una nítida expresión. Quiala no pego jit, pero llegó dos veces a circulación, las mismas que Larduet, quien sí pegó dos inatrapables, y el resultado es que anotaron las cuatro veces y Johnson y Danel trajeron siete de las 13 de su equipo, es decir más de la mitad. El segundo bate con tres y el de la juventud acumulada con cuatro, con un bambinazo y un tubey.
Y precisamente Johnson con cuatro incogibles, entre ellos un tubey, tres anotadas e igual cantidad de empujadas, fue uno de los mejores bateadores del choque. En conferencia de prensa con nuestros colegas en Las Tunas, contestó que «sí, no había estado bien en la postemporada anterior, pero la pausa de diciembre que me dio el mentor Pablo Civil me ha venido muy bien. Lo importante es aportar», dijo quien en las últimas ocho veces al bate ha pegado siete imparables.
Cuando se trata de un juego importante, y el primero de la porfía por el cetro es crucial, Danel Castro nunca está ausente de los cintillos de prensa. El balance de 5-2, con dos anotadas, jonrón y doble, y cuatro impulsadas, lo vuelven a vestir de Leñador mayor, y esto me hace insistir una vez más. ¿Hay hoy en el país un pelotero de esta clase en los momentos que más necesita un equipo? Cuba se enrolará tras la Serie del Caribe de febrero próximo en la difícil ruta de la clasificación olímpica y hombres como este son imprescindibles en torneos de alta demanda que aparecen en el futuro cercano. Su edad es una fortaleza y una oportunidad, por la experiencia y el temple, solo queda ajustarle una preparación adecuada a ella, y tendremos, como tiene Las Tunas, un seguro de triunfo. Por cierto, él nunca ha sido campeón con su equipo, pero sí cuenta con una corona, justo la que alcanzó con el que hoy es su contrincante, cuando en la 53 Serie Nacional fue refuerzo de los anaranjados y con quienes acudió a la Serie del Caribe de febrero del 2014, en Isla Margarita, Venezuela, que marcó el retorno de Cuba a esas lides.
Cuando uno ve a un equipo con tantas herramientas, con tantas fórmulas vencedoras, viene a la memoria un músico, amigo de Cuba y de su pelota, Gilertico Santarosa, y se nos ocurre entonces parafrasearlo: Que alguien me diga cómo… se le gana a Las Tunas.
Pero esto es pelota, el deporte más impredecible y el de más riqueza táctica de cuantos se conocen, por lo tanto ni con una victoria Las Tunas es campeón ni con una derrota Villa Clara está fuera de posibilidades de titularse, aun cuando el abrir delante es decisivo y que el golpe haya sido demoledor. El hecho de que los principales abridores hayan visto acción ganadora en los últimos desafíos de las semifinales, impidió un duelo entre el zurdo Yoannis Yera, quien refuerza a los del Balcón del Oriente cubano, y Freddy Asiel Álvarez, la figura principal de los del centro de la Isla, en este arranque de la final. Pero que Alain ocupara esa responsabilidad en el estreno de la discusión del título, tampoco se veía como una mala oportunidad. Fue el hombre que maniató a la ofensiva tunera en la pasada final, cuando reforzó a Granma.
Esta vez los Leñadores no creyeron en él y ante un repleto estadio Julio A. Mella, convertido en otro leñador más, le hicieron seis con la misma cantidad de jits, entre ellos dos cuadrangulares y un tubey, además dio dos boletos y ponchó a uno en un efímero paso por la lomita de dos entradas y dos tercios. A su relevo, Javier Mirabal, le marcaron otras cuatro, con tres indiscutibles y dos transferencias, y solo pudo sacar un out. Fue el espigado Daniel Conde el que más tiempo se sostuvo en el infernal bosque. Lanzó cuatro y un tercio, toleró cuatro jits y le pisaron el plato tres veces, pero dos de ellas de manera inmerecida.
Si las armas villaclareñas, pitcheo y defensa, sobre todo la primera, no cumplen es muy difícil sostener una aspiración a la diadema de la pelota cubana. A Sancti Spíritus en la semifinal le pudo ganar fabricando cinco carreras, pero si a los tuneros los lanzadores no le amarran los bates, entonces hay que anotar mucho más que cinco para vencer. El primer choque de la final fue igualmente una prueba de este precepto.
Un viejo refrán beisbolero dice que ningún juego se parece a otro y eso le da a la pelota ese halo de suspenso que la convierte en misteriosa y mágica. Mas el segundo encuentro de este domingo presupone un reto para los villaclareños, ahora urgidos de un triunfo, pues tendrán en el montículo tunero al zurdo Dariel Góngora, un hombre que en la temporada no solo es que no haya perdido con los Leopardos, sino que los ha vencido en cinco ocasiones. También de esa mano será la propuesta de los Azucareros, porque el designado por el timonel Eduardo Paret es Misael Villa.
Al respecto se refirieron los dos directores en conferencia de prensa y en declaraciones a los reporteros de la televisión cubana, tras el primer choque. Eduardo Paret: «no salió bien Alain y tampoco estuvo certera la defensa, es el primer juego, aquí vinimos a dividir y sabíamos que no sería fácil. Felicito al equipo de Las Tunas y mañana esperamos un mejor desempeño». Pablo Civil: «sí, creo que es el año de Las Tunas, en la anterior lid veníamos buscando mejorar un sexto lugar y alcanzamos un meritorio segundo, cayendo en la final, ahora vamos por más. De cualquier manera hemos ganado solo un juego y hay que hacerlo en cuatro, no hay nada definido todavía. Como ven, tenemos un compromiso con el pueblo que ha demostrado su amor por este equipo y que espera mucho de él».
Lo cierto es que para los del centro, amén de la presencia de Góngora, es vital y diríamos casi decisivo lograr la victoria el domingo, pues si a los Leñadores es difícil que le ganen cuatro de siete, es prácticamente imposible, en la forma que se muestran hoy, doblegarles en cuatro de cinco.
DE DESPAIGNE DICE PARET QUE NO SABÍA NADA
La posibilidad de que Alfredo Despaigne juegue con Villa Clara ante Las Tunas, lo cual se convirtió en la primera noticia de esta final, tuvo ayer algunos detalles, pero la verdad es que no aportaron mucha luz, aunque sí nos acercaron a la humanidad del estelar pelotero. Yosvani Aragón reiteró lo que le había dicho a Granma, que el director de Villa Clara tendría que sacar a alguno de los ocho refuerzos para darle entrada a AD54, el código cubano del jonrón, y que hasta el inicio del primer partido por el banderín, la dirección de esa escuadra no había comunicado nada al respecto.
Luego Guillermo Rodríguez, de Radio Rebelde, le preguntó a Paret qué había de cierto ante esa posibilidad y el destacado torpedero de los equipo Cuba y hoy director de los Leopardos, dijo que él no sabía nada de eso, que se enteró el día anterior del primer choque por el cetro de la pelota cubana. Explicó que Despaigne es un gran pelotero, que todo el mundo lo quiere, y por eso ellos lo habían solicitado en la primera toma de refuerzos, pero que tendría que reunirse con la dirección de su equipo, que no sabía en qué condiciones estaba Despaigne, si había entrenado lo suficiente y que de lo que tenía referencias era de que había estado lesionado.
Antes, en la descripción televisa del juego, se informó que la periodista Glenda Torres había conversado con el jonronero y que este había planteado su disposición a jugar si era llamado, pero que no le gustaría que tuvieran que sacar a un jugador por él.
Nos quedamos con esta última opinión, porque está más cerca del deportista y del ser humano que es Alfredo Despaigne, quien en septiembre había planteado que no podría jugar por la intensidad de la campaña en el béisbol japonés y por las lesiones que había sufrido. Sin embargo, ya en el terruño y con la convocatoria de su béisbol, ha dado su disposición a participar. Juegue o no, ese es su primer jonrón, y repito, con el que nos quedamos.
Comenzaron delante con una combinación de fuerza al bate y hermético pitcheo del astro pinareño Erlis Casanova en cuatro entradas y al cierre de ese tiempo de juego ya tenían diez carreras, con nueve jits, incluyendo dos jonrones y un doble. Increíblemente el lanzador, con esa ventaja, perdió el comando de sus pitcheos y por mucho que quiso arreglarse manejando sus tiempos (frecuencia entre envíos), no pudo salir del mal momento y se fue antes de finalizar la quinta.
En ese episodio, cuatro boletos, un pelotazo, un passball y un error se entrelazaron con un cuadrangular y un inofensivo jit entre pitcher y receptor para el paquete de cinco anotaciones de los Leopardos anaranjados. Hasta ese momento Casanova estaba tirando prácticamente un juego de cero jits cero carreras, pues el único indiscutible que aparecía en los bates oponentes era por regla al pegarle la bola a un corredor. Sin embargo, en el sótano de esa misma escena, con solo dos jits y una base, los tuneros pisaron el home dos veces más y pusieron tierra de por medio ante sus entonces envalentonados adversarios y luego remataron en el octavo con una más.
Es decir, falló el abridor pese al tempranero marcador abultado, pero no dejaron de producir y tras los tres indiscutibles que le pegaron al rescatista Yadian Martínez, con los que Villa Clara pudo anotar la sexta y última del partido en la séptima, otra variante salvadora de las hachas de doble filo apareció en la figura del zurdo Yudiel Rodríguez, quien con un lanzamiento liquidó la nueva amenaza de dos hombres en bases y un out, obligando al peligroso cuarto madero de los Azucareros, Yurién Vizcaino, a batear para dobleplay en fácil lance por él mismo, quien además se fue con el crédito del éxito en el cotejo, sin permitir anotaciones y aceptando un solo incogible.
Los tuneros también mostraron su versatilidad en el ataque al poner la velocidad en función de este con sus hombres rápidos empatando la parte baja de la alineación con su punta, conexión que logran con el noveno turno, defendido por Andrés Quiala, y el hombre proa, el veloz Yunieski Larduet, y cuando eso funciona es tan mortífero sobre sus rivales como su producción de largo metraje, porque después entran tres hombres letales, Jorge Johnson, Don Danel Castro y Yosvani Alarcón.
Si el pitcheo contrario no domina a esos efectivos el bosque de los Leñadores se lo traga literalmente. En el primer juego de la final esto tuvo una nítida expresión. Quiala no pego jit, pero llegó dos veces a circulación, las mismas que Larduet, quien sí pegó dos inatrapables, y el resultado es que anotaron las cuatro veces y Johnson y Danel trajeron siete de las 13 de su equipo, es decir más de la mitad. El segundo bate con tres y el de la juventud acumulada con cuatro, con un bambinazo y un tubey.
Y precisamente Johnson con cuatro incogibles, entre ellos un tubey, tres anotadas e igual cantidad de empujadas, fue uno de los mejores bateadores del choque. En conferencia de prensa con nuestros colegas en Las Tunas, contestó que «sí, no había estado bien en la postemporada anterior, pero la pausa de diciembre que me dio el mentor Pablo Civil me ha venido muy bien. Lo importante es aportar», dijo quien en las últimas ocho veces al bate ha pegado siete imparables.
Cuando se trata de un juego importante, y el primero de la porfía por el cetro es crucial, Danel Castro nunca está ausente de los cintillos de prensa. El balance de 5-2, con dos anotadas, jonrón y doble, y cuatro impulsadas, lo vuelven a vestir de Leñador mayor, y esto me hace insistir una vez más. ¿Hay hoy en el país un pelotero de esta clase en los momentos que más necesita un equipo? Cuba se enrolará tras la Serie del Caribe de febrero próximo en la difícil ruta de la clasificación olímpica y hombres como este son imprescindibles en torneos de alta demanda que aparecen en el futuro cercano. Su edad es una fortaleza y una oportunidad, por la experiencia y el temple, solo queda ajustarle una preparación adecuada a ella, y tendremos, como tiene Las Tunas, un seguro de triunfo. Por cierto, él nunca ha sido campeón con su equipo, pero sí cuenta con una corona, justo la que alcanzó con el que hoy es su contrincante, cuando en la 53 Serie Nacional fue refuerzo de los anaranjados y con quienes acudió a la Serie del Caribe de febrero del 2014, en Isla Margarita, Venezuela, que marcó el retorno de Cuba a esas lides.
Cuando uno ve a un equipo con tantas herramientas, con tantas fórmulas vencedoras, viene a la memoria un músico, amigo de Cuba y de su pelota, Gilertico Santarosa, y se nos ocurre entonces parafrasearlo: Que alguien me diga cómo… se le gana a Las Tunas.
Pero esto es pelota, el deporte más impredecible y el de más riqueza táctica de cuantos se conocen, por lo tanto ni con una victoria Las Tunas es campeón ni con una derrota Villa Clara está fuera de posibilidades de titularse, aun cuando el abrir delante es decisivo y que el golpe haya sido demoledor. El hecho de que los principales abridores hayan visto acción ganadora en los últimos desafíos de las semifinales, impidió un duelo entre el zurdo Yoannis Yera, quien refuerza a los del Balcón del Oriente cubano, y Freddy Asiel Álvarez, la figura principal de los del centro de la Isla, en este arranque de la final. Pero que Alain ocupara esa responsabilidad en el estreno de la discusión del título, tampoco se veía como una mala oportunidad. Fue el hombre que maniató a la ofensiva tunera en la pasada final, cuando reforzó a Granma.
Esta vez los Leñadores no creyeron en él y ante un repleto estadio Julio A. Mella, convertido en otro leñador más, le hicieron seis con la misma cantidad de jits, entre ellos dos cuadrangulares y un tubey, además dio dos boletos y ponchó a uno en un efímero paso por la lomita de dos entradas y dos tercios. A su relevo, Javier Mirabal, le marcaron otras cuatro, con tres indiscutibles y dos transferencias, y solo pudo sacar un out. Fue el espigado Daniel Conde el que más tiempo se sostuvo en el infernal bosque. Lanzó cuatro y un tercio, toleró cuatro jits y le pisaron el plato tres veces, pero dos de ellas de manera inmerecida.
Si las armas villaclareñas, pitcheo y defensa, sobre todo la primera, no cumplen es muy difícil sostener una aspiración a la diadema de la pelota cubana. A Sancti Spíritus en la semifinal le pudo ganar fabricando cinco carreras, pero si a los tuneros los lanzadores no le amarran los bates, entonces hay que anotar mucho más que cinco para vencer. El primer choque de la final fue igualmente una prueba de este precepto.
Un viejo refrán beisbolero dice que ningún juego se parece a otro y eso le da a la pelota ese halo de suspenso que la convierte en misteriosa y mágica. Mas el segundo encuentro de este domingo presupone un reto para los villaclareños, ahora urgidos de un triunfo, pues tendrán en el montículo tunero al zurdo Dariel Góngora, un hombre que en la temporada no solo es que no haya perdido con los Leopardos, sino que los ha vencido en cinco ocasiones. También de esa mano será la propuesta de los Azucareros, porque el designado por el timonel Eduardo Paret es Misael Villa.
Al respecto se refirieron los dos directores en conferencia de prensa y en declaraciones a los reporteros de la televisión cubana, tras el primer choque. Eduardo Paret: «no salió bien Alain y tampoco estuvo certera la defensa, es el primer juego, aquí vinimos a dividir y sabíamos que no sería fácil. Felicito al equipo de Las Tunas y mañana esperamos un mejor desempeño». Pablo Civil: «sí, creo que es el año de Las Tunas, en la anterior lid veníamos buscando mejorar un sexto lugar y alcanzamos un meritorio segundo, cayendo en la final, ahora vamos por más. De cualquier manera hemos ganado solo un juego y hay que hacerlo en cuatro, no hay nada definido todavía. Como ven, tenemos un compromiso con el pueblo que ha demostrado su amor por este equipo y que espera mucho de él».
Lo cierto es que para los del centro, amén de la presencia de Góngora, es vital y diríamos casi decisivo lograr la victoria el domingo, pues si a los Leñadores es difícil que le ganen cuatro de siete, es prácticamente imposible, en la forma que se muestran hoy, doblegarles en cuatro de cinco.
DE DESPAIGNE DICE PARET QUE NO SABÍA NADA
La posibilidad de que Alfredo Despaigne juegue con Villa Clara ante Las Tunas, lo cual se convirtió en la primera noticia de esta final, tuvo ayer algunos detalles, pero la verdad es que no aportaron mucha luz, aunque sí nos acercaron a la humanidad del estelar pelotero. Yosvani Aragón reiteró lo que le había dicho a Granma, que el director de Villa Clara tendría que sacar a alguno de los ocho refuerzos para darle entrada a AD54, el código cubano del jonrón, y que hasta el inicio del primer partido por el banderín, la dirección de esa escuadra no había comunicado nada al respecto.
Luego Guillermo Rodríguez, de Radio Rebelde, le preguntó a Paret qué había de cierto ante esa posibilidad y el destacado torpedero de los equipo Cuba y hoy director de los Leopardos, dijo que él no sabía nada de eso, que se enteró el día anterior del primer choque por el cetro de la pelota cubana. Explicó que Despaigne es un gran pelotero, que todo el mundo lo quiere, y por eso ellos lo habían solicitado en la primera toma de refuerzos, pero que tendría que reunirse con la dirección de su equipo, que no sabía en qué condiciones estaba Despaigne, si había entrenado lo suficiente y que de lo que tenía referencias era de que había estado lesionado.
Antes, en la descripción televisa del juego, se informó que la periodista Glenda Torres había conversado con el jonronero y que este había planteado su disposición a jugar si era llamado, pero que no le gustaría que tuvieran que sacar a un jugador por él.
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