Otrora estelar camarero del equipo de béisbol de Isla de la Juventud, Alexander Ramos sueña hoy con conquistar como entrenador ese título de campeón que nunca no pudo lograr en su etapa de jugador.
Ramos integró la destacada generación de peloteros isleños que ancló en el tercer escaño del clásico beisbolero doméstico en la temporada de 1998-1999, de los que solo quedan en activo el antesalista Michel Enríquez y el primera base Luis Felipe Rivera.
En aquel momento contábamos con un equipo sólido en todos los aspectos, con figuras importantes en el pitcheo y la ofensiva, pero nos faltó quizá la unidad y combatividad que ostenta la escuadra de la Isla que discute ahora la corona ante Ciego de Ávila, confesó a la AIN el reconocido exatleta.
Alexander Ramos significó el orgullo de todos los peloteros isleños por haber llegado hasta la Gran Final, el mejor resultado de la historia para un equipo lastrado por bajas significativas de una campaña a la otra, pero cargado de suficiente coraje para dejar en el camino a escuadras superiores en el papel.
El terreno premia a los aguerridos, nunca imaginamos la posibilidad de discutir el campeonato pues la meta inicial era clasificar entre los ocho primeros, pero el elenco se convenció de que podía avanzar más allá de las expectativas, aseveró quien se caracterizara por su sólido desempeño madero en ristre.
Modelo de entrega al deporte nacional, Alexander Ramos participó en 18 temporadas del béisbol cubano, durante las cuales intervino en mil 608 partidos y bateó para promedio ofensivo de 339, con dos mil 30 imparables, 965 carreras anotadas y 732 impulsadas.
Ganar el campeonato sería para el equipo de Isla de la Juventud un reconocimiento a la combatividad sin límites de los jugadores y al trabajo realizado por técnicos y entrenadores, pero también un premio a esos veteranos que en nuestro tiempo nos quedamos con deseos de abrazar la gloria, precisó.
Con la Gran Final del Béisbol cubano reserva para este martes en tercer partido en el estadio Cristóbal Labra, donde el plantel anfitrión de Isla de la Juventud buscará igualar la serie contra Ciego de Ávila a dos victorias por bando.
Ramos integró la destacada generación de peloteros isleños que ancló en el tercer escaño del clásico beisbolero doméstico en la temporada de 1998-1999, de los que solo quedan en activo el antesalista Michel Enríquez y el primera base Luis Felipe Rivera.
En aquel momento contábamos con un equipo sólido en todos los aspectos, con figuras importantes en el pitcheo y la ofensiva, pero nos faltó quizá la unidad y combatividad que ostenta la escuadra de la Isla que discute ahora la corona ante Ciego de Ávila, confesó a la AIN el reconocido exatleta.
Alexander Ramos significó el orgullo de todos los peloteros isleños por haber llegado hasta la Gran Final, el mejor resultado de la historia para un equipo lastrado por bajas significativas de una campaña a la otra, pero cargado de suficiente coraje para dejar en el camino a escuadras superiores en el papel.
El terreno premia a los aguerridos, nunca imaginamos la posibilidad de discutir el campeonato pues la meta inicial era clasificar entre los ocho primeros, pero el elenco se convenció de que podía avanzar más allá de las expectativas, aseveró quien se caracterizara por su sólido desempeño madero en ristre.
Modelo de entrega al deporte nacional, Alexander Ramos participó en 18 temporadas del béisbol cubano, durante las cuales intervino en mil 608 partidos y bateó para promedio ofensivo de 339, con dos mil 30 imparables, 965 carreras anotadas y 732 impulsadas.
Ganar el campeonato sería para el equipo de Isla de la Juventud un reconocimiento a la combatividad sin límites de los jugadores y al trabajo realizado por técnicos y entrenadores, pero también un premio a esos veteranos que en nuestro tiempo nos quedamos con deseos de abrazar la gloria, precisó.
Con la Gran Final del Béisbol cubano reserva para este martes en tercer partido en el estadio Cristóbal Labra, donde el plantel anfitrión de Isla de la Juventud buscará igualar la serie contra Ciego de Ávila a dos victorias por bando.