Con un lanzamiento descontrolado del doctor Anthony Fauci, principal experto en enfermedades infecciosas de Estados Unidos, quedó inaugurada la atípica temporada 2020 en la Gran Carpa, la más corta pactada desde 1878 al contar solo con 60 partidos en su calendario regular por la pandemia del coronavirus.

En una ceremonia inaugural sin público en los graderíos por primera vez en la historia, el National Park, casa de los Nacionales de Washington, fue testigo de una acción sin precedentes, cuando todos los anfitriones y los visitantes Yankees de Nueva York se arrodillaron en la arcilla antes de entonar el Himno Nacional en alusión directa a las protestas contra el racismo y en honor a las víctimas de la pandemia. Antes, algunos jugadores y otros miembros de ambos equipos habían sostenido un listón negro gigante mientras se colocaban en ambas líneas del terreno.

Los Mulos de Manhattan decidieron el desafío bien temprano cuando en la misma primera entrada el gigante Aaron Judge pegó sencillo a la banda izquierda y Giancarlo Stanton le “enganchó” una cutter al derecho Max Scherzer que venía a 95 millas por hora y la puso a volar por encima de la barda del jardín central a una distancia de 459 pies, para lograr una ventaja definitoria.

El partido se tuvo que dar por terminado por una tormenta eléctrica espantosa después de jugarse cinco entradas y un tercio cuando los Yankees mandaban 4-1, para convertirse en el desafío inaugural más corto en más de 20 años.

Gerrit Cole se lució en la lomita por los ganadores estrenando su traje Yankee después de firmar un jugoso contrato de 324 millones de dólares, ponchando a cinco rivales y tolerando apenasun hit: un bambinazo de Adam Eaton por la banda derecha en el primer capítulo sobre un rectazo de 98 millas.

Las otras anotaciones de los Mulos fueron empujadas por el mismo Judge (3-2) con doblete en la alta de la tercera entrada y otra vez por Stanton (3-2) con un imparable en la quinta con las bases congestionadas.

Scherzer recetó once ponches pero cargó con el revés al soportar seis inatrapables y cuatro limpias en 5.1 entradas de labor. En el otro partido de la jornada los Dodgers de los Ángeles fabricaron un racimo de cinco anotaciones en la parte baja del séptimo capítulo y “machacaron” a los Gigantes de San Francisco 8-1 apoyados en el madero del boricua Enrique Hernández y en una excelente labor monticular del picheo de relevo.

Hernández arrancó esta temporada por todo lo alto pegando cuatro imparables en cinco turnos, incluido un cuadrangular y cinco carreras remolcadas para convertirse en el jugador más valioso del partido.

El diestro Dustin May tuvo que abandonar el montículo sin poder completar la quinta entrada cuando había soportado siete imparables aunque solo le habían anotado una carrera y no pudo aspirar a la victoria. El éxito fue a la cuenta de Adam Kolarek, uno de los cuatro relevistas que usó el cuerpo de dirección, quienes en conjunto pararon en seco el ímpetu de los visitantes tolerando solo un sencillo a la hora de recoger los bates.

Johnny Cueto lanzó cuatro entradas con una carrera permitida por los derrotados y el revés lo cargó el relevista Tyler Rogers al soportar cuatro anotaciones en apenas dos tercios de entrada.

La única carrera de los Gigantes la remolcó Pablo Sandoval con un elevado de sacrificio al jardín izquierdo.