Granma anhela el título de campeón de la edición 60 de las series de béisbol de Cuba, celebradas desde 1962, para escribir su nombre como el décimo equipo con tres ascensos a la cima en esos torneos.

Pospuesta cinco meses por el impacto de la letal Covid-19, dicha versión del pasatiempo nacional comenzó el 12 de septiembre y finalizará, según su calendario, a inicios de febrero de 2021 tras el desarrollo de la postemporada, a la cual accederá la mitad de los 16 elencos participantes.

En la etapa inicial de los playoffs, después de 75 partidos de la fase regular para cada conjunto, el dueño de la primera plaza chocará contra el ocupante de la octava, el segundo se enfrentará al séptimo, el tercero rivalizará con el sexto, y el cuarto tendrá como oponente al quinto.

Cada vencedor, en pugnas de un máximo de cinco desafíos, avanzará a semifinales, y una vez organizados por sus resultados en la etapa clasificatoria y con cuatro refuerzos de los conjuntos eliminados, el poseedor del primer escaño desafiará al cuarto, y el segundo se medirá al tercero.

Finalmente, por la máxima gloria lucharán los dos mejores elencos, o para ser precisos, aquellos todavía imbatibles, y de la misma manera que en la instancia anterior el más agraciado será el primero en obtener la victoria en cuatro duelos.

Pocos especialistas del deporte de los jonrones en Cuba sitúan a Granma entre los favoritos a ganar la corona, pero aún están muy frescos en la memoria colectiva sus éxitos consecutivos en las campañas 56 y 57, correspondientes a 2016-2017 y 2017-2018.

Los granmenses, conocidos como los Alazanes, cuentan para sus empeños con el concurso de jugadores destacados del estilo del camarero Carlos Benítez, el jardinero Roel Santos y el lanzador Lázaro Blanco, los dos últimos poseedores de experiencia en ligas foráneas y todos en la selección nacional.

A ellos, se puede sumar en la postemporada Alfredo Despaigne, un temido slugger y figura destacada de la Liga Profesional de Japón hace más de un lustro, aunque este 2020, atípico a nivel global por el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, ha tenido limitado su talento.

Más allá de los deseos de triunfo, Gramna deberá mostrar un juego cohesionado en cada salida al terreno y estar muy atento al desempeño del campeón defensor Matanzas; el subtitular vigente Camaguey; los legendarios Industriales, Santiago de Cuba, Pinar del Río y Villa Clara; Las Tunas, mandamás en la contienda de 2018-2019; y Ciego de Ávila.

Ese último equipo se convirtió en 2016 en el noveno con tres premios aúreos tras derrotar 4-3 en la final a Pinar del Río y repetir la actuación de la serie precedente y de la 2011-2012, cuando abrió su senda hacia la cúspide.

Aquella selección derrotada hace poco más de cuatro años fue la antecesora de los avileños en el mencionado club pues en el torneo de 2010-2011 sumó su tercer banderín dorado después de las coronas sucesivas en los certámenes de 1996-1997 y 1997-1998.

Sin embargo, los pinareños, con el nombre de su provincia en el uniforme, acumulan cuatro primeros lugares pues también se impusieron en 2014 en el momento decisivo.

De acuerdo con estadísticas oficiales, a estas cuatro sonrisas completas, Pinar del Río adiciona como espacio geográfico seis coronas gracias a los éxitos del desaparecido Vegueros en las series de 1977-1978, 1980-1981, 1981-1982, 1984-1985, 1986-1987 y 1987-1988.

Con un cuerpo inigualable de lanzadores, la novena de Vegueros resultó tan dominante en el penúltimo decenio del siglo anterior que ninguna otra escaló cinco veces hasta la parte más alta del podio de premiaciones en una misma década.

Industriales, en representación de la capital cubana, constituyó el primer conjunto en ganar tres campeonatos al imponerse en los eventos de 1962-1963, 1963-1964 y 1964-1965.

Entonces, como recuerdan muchos de los detractores de la nave azul para minimizar sus resultados, participaban cuatro equipos, pero cuando se sumaron otros dos, Industriales alargó su hegemonía a un cuarteto de satisfacciones plenas de forma consecutiva.

Tal hazaña se mantiene inimitable para las otras casi 40 selecciones que han tenido acción con nombres diferentes en las series nacionales de béisbol en Cuba.

Querido y odiado, casi hasta el delirio, el conjunto insignia de la pelota cubana guarda en sus vitrinas otras ocho medallas de oro, alcanzadas en las ediciones de 1972-1973, 1985-1986, 1991-1992, 1995-1996, 2002-2003, 2003-2004, 2005-2006 y 2009-2010.

Los parciales de la capital, cuyo principal elenco tiene el mayor número de asistencias a dicha competencia, con 56, también festejaron como nadie en la campaña de 1974-1975 por el triunfo de Agricultores.

Detrás de Industriales, la selección más ganadora con la misma denominación es Santiago de Cuba, de la provincia de igual nombre, debido a sus ochos éxitos en los torneos de 1979-1980, 1988-1989, 1998-1999, 1999-2000, 2000-01, 2004-2005, 2006-2007 y 2007-2008.

Entre los conjuntos indómitos de finales de la vigésima centuria y la primera década de la presente resulta inolvidable la llamada Aplanadora (1999-2000) que rubricó la imbatible marca de 11 victorias sin reveses en partidos de postemporada.

Igual de añorada por los amantes del béisbol cubano aparece la banda de la provincia de Villa Clara, la Naranja Mecánica, que comandó inobjetablemnte tres veces, de 1993 a 1995, y disputó cinco finales consecutivas.

Antes de esa proeza, los villaclareños ganaron la justa de 1982-1983, y volvieron a ser reyes en la de 2012-2013, con el plus de viajar a la Serie del Caribe de Béisbol, en Venezuela, como parte del regreso de Cuba a esa lid tras más de medio siglo ausente.

Para muchos, Villa Clara heredó la gloria del extinto Azucareros, que con peloteros de ese central territorio y los vecinos de Cienfuegos y Sancti Spíritus, reinó en las temporadas de 1968-1969, 1970-1971 y la siguiente.

Inmediatamente después de la gran alegría inicial de 'los dulces', el igualmente desaparecido Henequeneros, de la occidental provincia de Matanzas, se convirtió en campeón en la campaña de 1969-1970, y así ocurrió pasados 20 y 21 años, respectivamente.

Los matanceros, quienes se coronaron este 2020 por primera vez con el nombre de su provincia en el uniforme, también vivieron instantes de éxtasis en las series de 1976-1977 y 1983-1984 por la dorada labor del ahora inexistente Citricultores.

Gracias a estos resultados, Matanzas, sede del primer juego oficial de béisbol en la mayor de las Antillas, aparece junto a La Habana (13), Pinar del Río (10) y Santiago de Cuba (ocho) entre los territorios con más campeonatos ganados.

Hasta el momento, 19 equipos conquistaron al menos una serie, y de esa cantidad nueve dejaron de jugar hace más de dos décadas y media, excepto Habana, antecesor de los actuales Artemisa y Mayabeque a raíz de la útima división política administrativa del país, que lo hizo en 2011, dos años después de ser monarca por tercera vez.

La gran alegría inicial de Habana acontenció en la contienda de 1967-1968 y la segunda ocurrió seis torneos más tarde.

Además de los conjuntos mencionados como campeones, alcanzaron esa condición Occidentales, el primero de todos en 1962, Orientales (1966-1967), Ganaderos (1975-1976), Sancti Spíritus (1978-1979) y Holguín (2002).