Tomado de http://www.swingcompleto.com

Todo nuevo año viene lleno de optimismo y con sus respectivas resoluciones, muchos nos proponemos dietas, ir al gimnasio, ser mejores profesionales, padres, hijos, en fin, regenerarnos en nosotros mismos. Acá queremos ayudar a la Comisión Nacional de Beisbol y adelantarle trabajo, que sabemos tiene muchas responsabilidades y les traemos la propuesta para sus resoluciones en este 2016.

Este listado de tareas para cumplir en el año que recién comienza y las deficiencias a eliminar, no queremos que sea una camisa de fuerza, por lo que si en alguno de los casos solo consiguen comenzar, el proceso lo aceptaremos con paciencia, pero por favor, no demoren 50 años en llegar a las metas propuestas.

No los demoro y sin más preámbulo:

· La Federación se propone aceptar la renuncia inmediata de Higinio Vélez, quien solo ha traído descredito, impopularidad y miseria al deporte nacional. El proceso debe ser público y sumario. Garantizado que no habrá lágrimas.

· La Comisión exige del gobierno la renovación absoluta de los 16 parques de beisbol y la parcial del resto de los estadios de cabecera, donde debe incluirse un proyecto diseñado para el esparcimiento de los fanáticos en las instalaciones deportivas, que las consignas políticas sean sustituidas por frases deportivas, la deplorable/inexistente gastronomía pase a manos privadas y el concepto ‘espectáculo’ sea real y enfocado en el aficionado, que es la razón de todo.

· A partir del 2016 el proceso de elección para la sede del Juego de Estrellas se basará en el por ciento de asistencia de público a los estadios contra la capacidad del mismo, así este partido se lo llevará la provincia que logre llenar su estadio con mayor frecuencia, estableciendo justa competencia donde (nuevamente) el beneficiado será el aficionado.

· El beisbol triplicará cualquiera que sea el salario actual de los árbitros.

· El INDER le devolverá la admiración y control del Salón de la Fama al grupo de entusiastas que consiguió reabrirlo. La injerencia, el chantaje y las amenazas deben desaparecer de inmediato.

· La Serie Nacional, cualquiera que sea su formato, terminará en la primera quincena de enero, para que el campeón pueda asistir a la Serie del Caribe y no tenga que esperar todo un año para hacerlo.

· La Serie Nacional tendrá fecha fija de desarrollo y no será interrumpida por ningún evento internacional.

· Todos los peloteros que hayan abandonado el país y deseen regresar a la isla serán bienvenidos y considerados para sus respectivas selecciones provinciales.

· Quedará abolida la sanción por intento de salida del país.

· La prensa deportiva tiene total libertad para solicitar y recibir una Rueda de Prensa cuando sea necesario. Las preguntas no serán censuradas y los entrevistados que se nieguen a responder de manera adecuada y respetuosa serán multados.

· Se aprobará una Asociación y Sindicato de peloteros, donde los atletas tengan quienes le representen, tanto legal como públicamente.

· No se establecerán restricciones de firmas internacionales, todo pelotero que consiga un contrato en el extranjero será liberado por su provincia.

· Los equipos de la Serie Nacional están libres de negociar patrocinadores, tanto locales como internacionales.

· El término ‘Gloria Deportiva’ será aplicado a TODOS los peloteros cubanos y no exclusivamente a los que terminaron sus carreras en las Series Nacionales y aun vivan en Cuba.

· Los peloteros que jueguen en ligas foráneas NO están obligados a participar en la Serie Nacional, pero pueden hacerlo de manera voluntaria sin restricciones.

· Los equipos de la Serie Nacional tienen absoluta autonomía para agregar peloteros internacionales en sus filas por términos de contratación, siempre que se establezca un límite por provincias.

De momento, con estas resoluciones la Comisión tiene para sacudirse y prepararse para los tiempos que corren.

Seguro que ustedes tienen otras muchas propuestas para ‘ayudar’ a la Comisión a establecer verdaderas metas, sobre todo útiles y reales. Háganos saber qué opina.

Sin más por ahora,

Daniel de Malas Andreu