Desde hace poco más de dos décadas en Cuba, en cuanto a beisbol se refiere, se ha estado hablando de los cuatro equipos grandes históricos. ¿Cuán acertada es tal concepción? ¿Será perpetuamente este un grupo cerrado al cual ningún otro equipo tiene acceso? ¿Habrá sido cada uno de los cuatro considerado “grande histórico” siempre? ¿Cómo ha sido la evolución de esta concepción?
Un breve análisis de la historia del clásico nacional en Cuba, arrojará luz a estas interesantes preguntas.
El surgimiento de las Series Nacionales de Beisbol Amateur en 1962 tuvo sus precursores en la pequeña liga profesional de invierno de Cuba, donde participaban los equipos Almendares, Marianao, Habana y Cienfuegos. En la primera edición del clásico nacional participaron también cuatro equipos, uno de los cuales (el Habana) se convertiría con gran rapidez en el gran equipo histórico e insignia de la pelota cubana, pero con el nombre que adoptaría en la 2da Serie Nacional: Industriales.
Aunque en la primera edición del campeonato nacional se coronara el equipo de Occidente, en apenas 5 años Industriales logró ser campeón durante 4 años consecutivos, convirtiéndose de inmediato en el primer equipo grande histórico de la isla.
Por supuesto, en estas primeras ediciones las probabilidades de ser campeón nacional eran mucho mayores, pues las tres primeras coronas las logró en series donde participaban 4 equipos, y el cuarto campeonato lo ganaron en la primera edición con la estructura de 6.
Es de destacar además, que este equipo se nutrió de los tres de los 4 equipos profesionales ancestrales de la liga de invierno de Cuba (Habana, Marianao y Almendares). Claro está, con los jugadores nativos de esos equipos que permanecieron en el país. De ahí, provenía también la fuente que generó desde un principio la hegemonía de Industriales en las versiones primitivas del clásico nacional.
Hubo de transcurrir muchos años antes de que se llegara a una estructura donde tuvieran participación la mayoría de los equipos que hoy tenemos representando cada provincia del país. De hecho fue 11 años después, en el 73, que el número se amplió a 14 equipos. Pero hasta aquí, continuaba de solitario en esa categoría un solo grande histórico: Industriales.
Aunque el Azucareros se había quedado con tres títulos nacionales de los 11 discutidos hasta esa fecha, este no llegaría a ser uno de los grandes históricos pues sus crónicas como equipo estaban a punto de desaparecer.
En este año 1973 se unen dos nuevos equipos para que por 5 años se jugaran las series de 14 equipos, el Constructores y el Metropolitanos, que por demás, se constituiría en fuente de fortalecimiento para el primer grande histórico, y sobreviviría no solo el resto del Siglo XX, sino también otras tantas series más durante la primera década del nuevo milenio.
No fue sino hasta 1978 que aparecieron en escena dos de los que a la postre iban a presionar duro para incluirse (sin siquiera pretenderlo) en el selecto grupo de los Cuatro Grandes Históricos. Me refiero a Santiago de Cuba y Villa Clara. Sin embargo, nadie se hubiera atrevido a decir que la hegemonía de Industriales, que había sido campeón en cinco ocasiones y en cuatro habían quedado como subcampeones, estaba a punto de ser amenazada por estos dos equipos en las próximas dos décadas.
Fue sorprendente que luego de dos temporadas de existencia el Santiago de Cuba ganara su primera corona, y el Villa Clara fuera subcampeón en su segunda Serie Nacional, repitiendo en esta posición durante tres campeonatos consecutivos. Es de notar, que pudo haber sido de muchos de los fanáticos del beisbol de entonces la idea de que Villa Clara ya se había convertido en el “gran segundón”, y que no tenían carácter para hacerse del título nacional. Pero la historia demostraría lo contrario.
En la contienda del 83 lograrían tener el mayor numero de ganados y perdido de la temporada lo cual les iba a conceder el preciado título de Campeón Nacional por primera vez.
A todas estas, nadie se hubiera atrevido a llamarlos “grandes históricos”. En primer lugar tal vez debido a que esa concepción aun no se empleaba. Pudo también haber sido porque lo habían logrado solo una vez, y eran sobre esa base para algunos, equipos con suerte y nada más. Esto pudo haber sido así, aun cuando el primer “gran histórico” Industriales, se había prácticamente desaparecido de los planos estelares durante 13 temporadas que transcurrieron entre su 5ta y 6ta corona, período durante el cual Industriales solo alcanzó ser subcampeón en dos ocasiones.
El año 1993 trajo cambios a la estructura de la Serie una vez más, esta vez con la fusión de varios de sus equipos, para de cuatro hacer 2 y que todos, menos los dos de la capital, mantuvieran o asumieran como nombre de equipo aquel del de sus respectivas provincias. De ahí surgió el cuarto gigante de los clásicos beisboleros de la isla: El gran Pinar del Rio, que nace de la unión de dos conjuntos Vegueros (que había conquistado 6 campeonatos), y Forestales.
Tal vez la labor durante su existencia del 6 veces campeón Vegueros hizo de Pinar del Río el cuarto inquilino del selecto grupo de los grandes históricos. Sus tres coronas hasta la Serie de Oro, vendrían a confirmarlo en esa categoría.
¿Cómo han llegado todos estos a la actualidad?
- Industriales con 12 títulos (pero solo 7 de ellos durante su coexistencia con el Santiago de Cuba).
- Santiago de Cuba 8 títulos.
- Villa Clara 4 titulos.
- Pinar del Río 3 títulos.
A estas alturas, pudiéramos regresar a las preguntas que retóricamente se planteaban al inicio de este artículo:
¿Cuán acertada es la concepción de GRANDES HISTORICOS?
Es acertada solo y obviamente desde esta parte de la historia, al haber sido testigos de sus respectivas victorias, luchas, muestras de gran beisbol, campeonatos luchados, y ganados, la rivalidad planteada. Cada uno de estos factores y otros que se pudieran añadir, hacen de estos equipos, los grandes históricos. Sobre todo el Industriales que con 52 Series de existencia es el que más títulos se ha adjudicado, y siendo además el de la capital del país, y el más veterano de los equipos de Series Nacionales, es también el equipo insignia de la pelota cubana.
¿Será perpetuamente este un grupo cerrado al cual ningún otro equipo tiene acceso?
No necesariamente. Pues un día Industriales era el único gran campeón en repetidas ocasiones, hasta que apareció, un Azucareros (3), un Vegueros (6), un Henequeneros (3), o un Citricultores (4), esto de los desparecidos. O los grandes Santiago (8), Villa Clara (4), Y Pinar (3).
¿Habrá sido cada uno de los cuatro considerado “grande histórico” siempre?
Por supuesto que no. Tal vez si muchos de los que hoy discuten de beisbol, y que con avidez tildan a los nuevos equipos que están emergiendo como grandes, sea Sancti Spiritus, o Ciego de Avila, Holguín, o La Isla, Matanzas o Artemisa, algunos de los cuales han conquistado una corona, los tildan de ser equipos de segunda, o que no tienen posibilidades de ser de los grandes; si algunos de estos conocedores de beisbol hubiera sido parte de la fanaticada de aquellos días en que los que luego se sumaron al primer gran equipo, y que hoy junto a Industriales son grandes históricos, en los días en que esos comenzaron a ganar y demostrar que también podían ser grandes muy probablemente hubieran cometido el error de condenar por la eternidad a esos equipos.
Lo que no sospechaban los cubanos amantes del beisbol en aquellos días es que estaban siendo testigos del génesis de los otros tres grandes del selecto grupo de los “cuatro grandes históricos”. No se daban cuenta de que estaban viviendo días que pasarían a la historia de eso que tanto amaban llamado BEISBOL, sencillamente porque quizá estaban o centrados en el único gran histórico hasta entonces, o frustrados porque sus equipos eran inestables y no lograban ni una corona.
Lo mismo puede estar sucediendo hoy. Puede que esté pasando delante de nuestros ojos y no nos demos cuenta. Puede que estemos tan llenos de fanatismo por nuestros grandes equipos que no lo veamos, o tan llenos de rechazo al cambio, y al surgimiento de nuevos grandes, tal vez debido a un sin número de factores negativos que se evidencian día a día en esos equipos emergentes, y en sus juegos con otros, que ni siquiera lo concibamos.
Puede que estemos viviendo días durante los cuales ese diafragma que encierra solo a cuatro se esté rompiendo para dar espacio a uno, dos o más equipos grandes que ganan varios campeonatos: Equipos Grandes Históricos. Sin embargo, es muy probable que no nos demos cuenta, porque la historia esta aun por contarse, y cada equipo de hoy debe consolidarse como de excelencia antes de lograr colarse en el selecto grupo. Algunos han dado pasos incuestionables, pero la cuestión no es llegar, sino mantenerse, y eso… eso lo dirá la historia.