Por Raynol Paz Carmenate

Si algo ha caracterizado al béisbol cubano en la última década es su ya acostumbrada apuesta de no cumplir con determinadas cuestiones. El Juego de las Estrellas de la 55 Serie Nacional de Béisbol vuelve a dejar otro capítulo de los vicios crónicos de la pelota cubana: la falta de seriedad.

Al menos tres sucesos puntuales provocaron que esta edición del tradicional enfrentamiento entre Occidente y Oriente no tenga el esplendor de su versión anterior en Granma.

El mánager del equipo Cuba Víctor Mesa, aparecía en la nómina del equipo de veteranos de Occidentales y se esperaba que el autodenominado “hombre show de Cuba” participara en el choque de este sábado.

De hecho, Víctor estuvo todo el tiempo vestido en el dogout de las Estrellas Occidentales y el público estaba ansioso por ver jugar a uno de los más pimentosos peloteros que ha pasado por los diamantes cubanos y que además, ha sido protagonista directo de este espectáculo en los últimos años.

El también director de Matanzas apareció en escena solo para la ceremonia inaugural y no se le vio más, hasta el cierre de las actividades del primer día.

Para muchos de los reunidos, la apatía de Víctor se debió a que no quiso encontrarse cara a cara con su ex discípulo y coterráneo Ariel Pestano, quien sí se robó la mayoría de los aplausos del “Julio Antonio Mella”, en su primer desafío de veteranos.

La enemistad entre ambos causó revuelo en el 2013 cuando Víctor dejó fuera a Pestano de la Selección Nacional en el Tercer Clásico Mundial de Béisbol y después le echara de menos en la propia competencia, cuando sus receptores desentonaron sobremanera.

Ese mismo año, deparó el triunfo de Villa Clara sobre Matanzas en la final de la 52 Serie Nacional de Béisbol, con un batazo espectacular en el séptimo desafío que el enmascarado naranja disfrutó a plenitud en la misma nariz del mentor de los Cocodrilos.



Esa imagen acabó por sepultar cualquier intento de reconciliación entre ambos peloteros y abrió una herida en el corazón de Víctor Mesa que posiblemente no se cierre jamás.

De modo que la ausencia del jugador más explosivo de nuestra pelota dejó mal parado a quienes los invitaron al juego de veteranos y demuestra una vez más, el poder de Víctor Mesa.


Yulieski Gurriel y Lourdes Y. Gurriel aparecían inscriptos por la Comisión Nacional de Béisbol para disputar este sábado la primera fase del Derby de Jonrones, que incluía otros cuatro protagonistas: su compañero Alexander Mayeta y los representantes de Orientales Yosvani Alarcón, Osvaldo Vásquez y José Adolis García.

De estos seis aspirantes solo tres clasificarían para la final de este domingo donde retarían al sluggers Alfredo Despaigne. Eso se mantiene, aunque Yurisbel Gracial y Yusniel Ibáñez debieron sustituir a última hora al “Yuli” y al “Gurrielito”, porque los hermanos decidieron viajar por sus medios y se espera que estén para el juego de hoy.

A fin de cuentas para ellos dos, un Derby de Jonrones, de un Juego de Estrellas, de la desmejorada pelota cubana, no debe ser tan atractivo y es mejor incorporarse para cumplir y estar presentes.

Triste que para muchos esto sea un simple detalle, para otros, deudas del béisbol.