Santiago de Cuba.- OSCAR Luis Colás tiene 17 años y su mayor anhelo es convertirse en un jugador que marque una nueva etapa en la rica historia del béisbol indómito.



Su versatilidad en el terreno, pues se desempeña como lanzador, primera base y jardinero, además de la enorme pasión que siente por el deporte de las bolas y los strikes, hacen que más de uno apuesten por ese sueño, que de continuar con la progresión actual pudiera convertirse en realidad en poco tiempo.



Sus inicios como pelotero fueron en el “Parque de los Muñequitos” de la Ciudad Héroe, donde se reunía para jugar con otros pequeños del barrio, quienes siempre reconocieron el talento innato del muchacho del distrito José Martí.



«Integré con buenos resultados el equipo nacional de la categoría 9-10, y desde entonces los entrenadores de la EIDE y los otros que me han acompañado siguen lo que hago en el campo de juego. Luego fui convocado nuevamente a las preselecciones nacionales en de las categorías 11-12 y 13-14, pero finalmente no estuve en esos equipos», comentó sonriente Colás.



Tímido, buen compañero, atrevido como pitcher y bateador... Así lo describen sus compañeros del lenco juvenil de Santiago de Cuba, donde cubre su último año en esa categoría.



«Estoy en el juvenil desde los 16 años. En el primer curso bateé .308 de average y en el segundo .325, además de que tuve buenos resultados como pitcher en ese tiempo», agregó.



Precisamente por sus excelentes incursiones como juvenil fue llamado a la selección de la isla participante en un evento internacional celebrado en Japón, donde esta terminó quinta.



Como bateador designado el santiaguero promedió sobre.300, y en su condición de lanzador consiguió la victoria en el segundo juego, seis carreras por cero frente a los sudafricanos. El torneo lo dominó Estados Unidos, seguido por Japón, Corea del Sur y Australia.



Sobre esa experiencia enfatizó: «Los rivales también tenían mucha calidad. Nosotros salimos a darlo todo, pero lastimosamente al final las cosas no salieron bien».



Pero él tiene claros los propósitos que le animan: «Seguir adelante y ayudar al equipo tanto en el picheo como en el bateo, para escalar en las primeras posiciones del sub-18 nacional, porque el año pasado tuvimos que conformarnos con el cuarto lugar».



El nuevo diamante del béisbol indómito fue seleccionado el pasado 2015 como uno de los diez mejores atletas juveniles de esta suroriental provincia, justo premio por su dedicación y disciplina.

«Espero estar pronto en el sub-23, y aunque me gusta batear, mi mayor deseo es ser pitcher en el equipo de mi provincia y de mi país. Quiero seguir los pasos de Braudilio Vinent, Norge Luis Vera y otros lanzadores que han hecho historia en Cuba», sentenció Colás.