Con el número 76 en su camiseta y una voluntad inmensa para volver a estar entre rectas y curvas, retornó a su conjunto de los Toros camagüeyanos en esta 60 Serie Nacional de Béisbol, el lanzador zurdo Yusney Saborit, tras siete años alejado de la lomita por una afección cardiovascular.

El espigado atleta, protagonista de cuatro victorias desde el inicio del evento, de ellas dos consecutivas frente a Santiago de Cuba y Las Tunas, con un promedio de carreras limpias de 2,92, fue electo el jugador más valioso de la semana, en la que ganó dos desafíos. El estímulo, según confesó a Granma, lo recibió sorprendido y orgulloso.

«Este es un resultado que no esperaba y agradezco enormemente la confianza que me han dado el profesor Miguel Borroto, el cuerpo técnico, los médicos y mis compañeros, porque cuando solicité reincorporarme, ya el equipo estaba conformado y aun así me aceptaron», dijo este lanzador, quien debutó en la Serie Nacional en 2008 y, luego de cinco temporadas, debió abandonar el terreno en 2013, aquejado por un trastorno de la válvula mitral del corazón.

«Mi mejor medicina ha sido volver al box, aunque al principio fue difícil, porque solo tuve dos semanas de preparación para el campeonato. Eran muchas caras nuevas dentro del conjunto. El respeto y apoyo con el que me acogieron los muchachos, y el hecho de que sin tirar una pelota me dijeran usted es el cuarto abridor del equipo, me estimuló muchísimo, por eso en cada salida lo doy todo», agregó Saborit.

Consciente de su responsabilidad con los Toros de la llanura, subcampeones en la pasada contienda y posicionados como los líderes de la actual, el muchacho de Vertientes siente que donde mejor late ahora su corazón es en las victorias logradas desde la lomita.

«Mi mayor deuda es con el terreno y quiero hacer de todo, pero es paulatinamente, porque siete años de inactividad deportiva afectan y todavía debo ajustarme más para evitar lesiones».