Este jueves los Cocodrilos de Matanzas dejaron fuera de combate a los Gallos espirituanos 10-0 en su cuartel general del Victoria de Girón y se colocaron a solo un paso de la cima del campeonato.

Después de varias temporadas ubicándose entre los tres primeros lugares de la serie bajo las riendas de Víctor Mesa, los yumurinos cayeron estrepitosamente en la tabla de posiciones comandados por Víctor Figueroa en la anterior campaña, sorprendiendo a su fiel fanaticada que se había acostumbrado a la estabilidad de su equipo.

Un nuevo director que ha insertado en la nómina del conjunto a peloteros de otras latitudes, incluyendo al único que ha regresado al país después de haber jugado en las Grandes Ligas, les ha dado otra vez esperanzas después de los resultados que han tenido en el terreno de juego sobrepasada la primera mitad de la etapa clasificatoria.

Cubadebate conversó con el artífice principal de este regreso matancero a los primeros puestos, su mentor Armando Ferrer, muy feliz con estas ocho victorias en los últimos diez partidos que los ha llevado al tercer escaño del evento.

-¿Cuánto tiene que ver Armando Ferrer en el cambio de un año a otro que ha tenido este equipo?

“Yo no puedo hablarte de la serie pasada. Llegué aquí con una premisa: disciplina y entrega al terreno, no tengo secretos y no creo que yo haga otra cosa distinta a lo que hacen otros directores.

Me ha dado muy buenos resultados aquí y fuera del país, si implantas disciplina lo demás viene solo. Tú puedes preparar bien físicamente a los atletas, con conocimientos técnico-tácticos, pero en un campeonato tan largo como es la Serie Nacional, todo depende de la disciplina, del deseo de hacer las cosas y de la motivación que tenga tu colectivo.

Este equipo me lo encontré disciplinado gracias a Víctor Mesa. Él podrá tener defectos, pero en el plano personal no le veo ninguno. Nadie pude decir que Víctor no impuso disciplina en los equipos que dirigió, no tengo problemas en ningún hotel con los atletas ni en el terreno y eso no lo enseñé yo, eso es un mérito de él.

-Hablando de Víctor Mesa, has mantenido la misma filosofía de él al recibir a peloteros de otras provincias. ¿No frena esto el desarrollo de las jóvenes figuras que hay en Matanzas?

“El pelotero que tiene calidad y está disponible porque no lo están utilizando en otra provincia, lo traigo aquí. No te voy a hablar del caso de Arruebarruena que es un caso atípico que se quiso repatriar por Matanzas, te hablo de los casos de Entenza, de Mena y de Camero. Yo hablé con el comisionado, me los entregaron y ahí están rindiendo para el equipo con sentido de pertenencia que es lo que tiene que hacer todo atleta.

Estamos en Cuba, da lo mismo que ellos estén en cualquier provincia, si en un territorio no hay la calidad para cubrir una posición determinada veo bien que lo busquen en otro lugar. Creo que es beneficioso para todos y para el béisbol.

Aquí traje también a Olivera el receptor de Villa Clara que ni jugaba en el sub 23 y aquí se le ha dado oportunidades. Eso lo hablé con Paret y aquí se está preparando por espacio de un año con un documento firmado. Yo lo necesito este año, todo está en que las provincias se pongan de acuerdo.

Esa filosofía de “no te voy a dar un arma mía para que después me mates con ella” no es buena para el béisbol, se frena el desarrollo de los peloteros y pierde calidad este deporte”

-Formaste parte del último cuerpo de dirección que llevó a un equipo matancero a lograr la corona nacional. ¿Cuánto hay de Sile Junco en Armando Ferrer?

“Sile para mí fue un maestro, por su filosofía y por su comportamiento. Es un hombre que hacía lo que había que hacer, muy justo y no hablaba por gusto, iba directo al grano.

Aprendí mucho de él y lo he utilizado aquí y en el exterior porque al final el béisbol es el mismo donde quiera que se juegue. Cada vez que hago una alineación para cada partido hago un concilio con todo el cuerpo de dirección porque me gusta darles participación a todos, eso lo aprendí también de Jorge Fuentes.

Junco jaraneaba mucho con sus atletas pero siempre había un margen de respeto entre el entrenador y el atleta, pero ellos tienen una edad en que también tienen que distraerse y divertirse y hay que comprender esas cosas. El béisbol no se puede volver un presidio, hay que tener control de los atletas pero sin olvidar esos detalles. Todo eso me lo enseñó Sile y siempre me ha dado muy buenos resultados. Mira la manera que se entregaron esos muchachos de Henequeneros ganando dos campeonatos nacionales seguidos. Aquí tengo a Lázaro Junco y a Garro en el cuerpo de dirección que conocen bien esas cosas porque estuvieron en esos equipos”