Foros / Serie Nacional de Béisbol
El cuartico esta igualito 1
En dos semanas, cuatro subseries y casi un centenar de juegos, la 57 Serie Nacional suma 779 bases por bolas, solo 107 jonrones, un juego finiquitado por forfeit y varios lanzadores sancionados por tirar bolazos. Más allá de esos datos, al clásico beisbolero cubano se le amontonan un sinfín de interrogantes que se repiten como una pesada carga día tras día en cualquier arteria de la nación
La gente que desea ir a los estadios y finalmente termina sentado frente al televisor, consumiendo un partido de fútbol, se pregunta si realmente quieren ver un choque de pelota en el que los lanzadores tienen un promedio de velocidad inferior a las 86 millas, o en el que las posibilidades de ver un error o un doble play son, literalmente, las mismas.
El aficionado beisbolero cubano, ese de toda la vida, el que vio los jonrones de Capiró, el tenedor de Rogelio y el pivoteo de Telemaco, se pregunta por qué ninguno de los pitchers –insisto, ninguno–tiene un lanzamiento efectivo a la hora de ponchar. El apasionado se devora los sesos pensando en las razones para que la cantidad de boletos y pelotazos (901) supere la cifra de estrucados (845).
Esos que se sientan en los jardines en pos de tener una perspectiva diferente del juego, o simplemente porque les gusta ver el vuelo de la pelota, se preguntan qué ha pasado con los jonroneros, dónde están los sluggers, si algún día volverán los batazos kilométricos al estilo de Kindelán, Romelio o «Cheíto», y, sobre todo, cómo es posible que el ritmo de sacrificios (97) sea muy cercano al de vuelacercas (107)
Quienes aman el béisbol y defienden la idea de que se trate como patrimonio del país, no dan crédito ante un espectáculo, en el que se roban pocas bases y no se batea por detrás del corredor. Un torneo en el que un partido diurno (como sucedió en el Camagüey-Matanzas del pasado 10 de agosto), se juegue prácticamente a oscuras.
Quienes aman el béisbol no desean que se repita el veredicto de comisarios y árbitros de reanudar un pleito en un estadio sin alumbrado casi a las seis de la tarde, tras mucha lluvia, solo para lograr que el duelo sea válido y no arrastrar una suspensión, como sucedió en el choque de Ciego de Ávila y Sancti Spíritus del pasado 12 de agosto, liquidado a la postre por forfeit, pues los avileños determinaron no salir al terreno en dichas circunstancias, una decisión también criticable, por la cual fue sancionado el mentor Roger Machado a dos subseries sin dirigir.
Industriales campeón
La gente que desea ir a los estadios y finalmente termina sentado frente al televisor, consumiendo un partido de fútbol, se pregunta si realmente quieren ver un choque de pelota en el que los lanzadores tienen un promedio de velocidad inferior a las 86 millas, o en el que las posibilidades de ver un error o un doble play son, literalmente, las mismas.
El aficionado beisbolero cubano, ese de toda la vida, el que vio los jonrones de Capiró, el tenedor de Rogelio y el pivoteo de Telemaco, se pregunta por qué ninguno de los pitchers –insisto, ninguno–tiene un lanzamiento efectivo a la hora de ponchar. El apasionado se devora los sesos pensando en las razones para que la cantidad de boletos y pelotazos (901) supere la cifra de estrucados (845).
Esos que se sientan en los jardines en pos de tener una perspectiva diferente del juego, o simplemente porque les gusta ver el vuelo de la pelota, se preguntan qué ha pasado con los jonroneros, dónde están los sluggers, si algún día volverán los batazos kilométricos al estilo de Kindelán, Romelio o «Cheíto», y, sobre todo, cómo es posible que el ritmo de sacrificios (97) sea muy cercano al de vuelacercas (107)
Quienes aman el béisbol y defienden la idea de que se trate como patrimonio del país, no dan crédito ante un espectáculo, en el que se roban pocas bases y no se batea por detrás del corredor. Un torneo en el que un partido diurno (como sucedió en el Camagüey-Matanzas del pasado 10 de agosto), se juegue prácticamente a oscuras.
Quienes aman el béisbol no desean que se repita el veredicto de comisarios y árbitros de reanudar un pleito en un estadio sin alumbrado casi a las seis de la tarde, tras mucha lluvia, solo para lograr que el duelo sea válido y no arrastrar una suspensión, como sucedió en el choque de Ciego de Ávila y Sancti Spíritus del pasado 12 de agosto, liquidado a la postre por forfeit, pues los avileños determinaron no salir al terreno en dichas circunstancias, una decisión también criticable, por la cual fue sancionado el mentor Roger Machado a dos subseries sin dirigir.
Industriales campeón

· Denunciar
Debes Iniciar sesión o Regístrate!!! para votar
( click en este cuadro para cerrar )No puedes votar elementos creados por ti
( click en este cuadro para cerrar )Has agotado tus 20 votos para 24 horas
( click en este cuadro para cerrar )Debes tener +10 de Reputación para votar
( click en este cuadro para cerrar )Debes Iniciar sesión o Regístrate!!! para denunciar
( click en este cuadro para cerrar )No puedes denunciar elementos creados por ti
( click en este cuadro para cerrar )Has agotado tus 10 denuncias para 24 horas
( click en este cuadro para cerrar )Debes tener +10 de Reputación para denunciar
( click en este cuadro para cerrar )Ya denunciastes este elemento
( click en este cuadro para cerrar )Motivo de la denuncia:
Publicar nueva respuesta
No has iniciado sesión. No puedes publicar temas o respuestas. Por favor inicia sesión o registrate para poder publicar.