Pinar del Río se resistió a ser barrido y venció a Ciego de Ávila (6×3) apoyado en las serpentinas de Erlis Casanova, el desborde atacante de Michael González y la garra de todos los demás. Hoy, Vladimir Baños tratará de provocar el regreso al Cepero con Lázaro Blanco en la trinchera opuesta.

HIGHLIGHTS

*Mientras Pinar salía al todo o nada (a regresar con el escudo o sobre él, como en la vieja Esparta), Ciego buscaba abrir la última puerta hacia la gloria. Apenas los llamados cuatro grandes: Santiago, Industriales, Villa Clara y el propio Pinar, habían logrado hacer el back-to-back en materia de triunfos en las Series Nacionales, y los Tigres querían entrar en ese grupo justo el 11 de abril, el mismo día en que se habían coronado el año previo a costa de la Isla. De imponerse, Roger Machado alcanzaría el triplete, igualando con Pedro Jova, Antonio Pacheco, Rey Vicente Anglada y Alfonso Urquiola, y solo por detrás de los tetracampeones Ramón Carneado, Jorge Fuentes e Higinio Vélez.

*El hijo de Luis Giraldo, Erlis, empezó a todo gas por el bando anfitrión, dando un strike tras otro en recta, curva y tenedor. Tanto es así que dio el escón con solo par de bolas (ambas a José Adolis) y estrucó a los tres hombres en turno, dos de ellos viendo pasar la esférica con impunidad. A diferencia suya, Vladimir García abrió con boleto a Lázaro Ramírez y, aunque luego propinó dos ponchetes, cuajó las almohadas con otro pasaporte gratis y dead ball. Eso sí, se las ingenió para sacar a Yordanis Alarcón por la vía de los strikes, ayudado por la errónea selección de lanzamientos del tunero. Como ayer, la improductividad volvía a asomar en la tropa de Gallardo.

*Al menos esa fue la tendencia inicial. En el segundo, dos pinareños quedaron en el circuito gracias a base y pelotazo. Y en el tercero, con el score adverso ya por jonrón de Luis Robert con uno en la intermedia, pareció que la película se iba a repetir, mas no. Esto fue lo ocurrido: Vladimir volvió a golpear a un bateador, ponchó al siguiente, y un error de Raúl González dejó a dos con vida en el camino. El diestro de Morón liquidó entonces a Yordanis Alarcón con otro ponche, pero el desconocido Michael González despachó su tercer cuadrangular de la postemporada y puso delante a los suyos, para locura de un estadio que no deja de apoyar en ninguna circunstancia.

*Seamos honestos: los Tigres son más integrales como conjunto, pero a combativos nadie les gana a los Vegueros. Demasiados factores obraban en su contra, y de todas maneras alzaron la cabeza. Esta noche no podían contar con Torres, su carta monticular de lujo. Ni tenían a Ibáñez, con una pierna a rastras. Y Saavedra, la clave, pasaba trabajo para apretar el bate, con el pulgar derecho lastimado. Para colmo, Yosvani Alarcón dejó el encuentro en el tercer capítulo, adolorido por un feroz dead ball. Súmele la presión de ganar o morir, la exigencia de un público que deploraba la posibilidad de la barrida, y la presencia de Vladimir García en el box rival. ¿Suficiente? No para ellos, los guerreros del béisbol.

*Un aparte para Ariel Borrero, pelotero de estamina y bateador del clutch, de esos tipos callados que hacen equipo a fuerza de consistencia y disciplina. A sus cuarenta y tantos, el naranja ha decidido decir adiós a la pelota, y va a hacerlo vestido con el uniforme rojiazul de ese Ciego que lo ha acogido en dos años sucesivos. Con él, tras él, para este cronista se irá uno de los mejores recuerdos de una época lastimosamente ida, por mucho que unos cuantos se empeñen en negarlo. La de los peloteros románticos, enamorados de su profesión de modo irreversible.

*Un vuelacercas de Lázaro Ramírez puso el choque 4×2 a la altura del sexto, mas en el lucky seven los monarcas vigentes volvieron a colocarse a una aprovechando un error mental del relevista Liván Moinelo, quien no se percató del corredor que iba rumbo a home y eligió sacar el out en primera. La situación –como ayer, como el jueves- recuperaba visos de tensión extrema.

*Séptimo abajo. Pinar perdona al intentar el toque en dos strikes. No obstante, el puntillazo llegaría en el octavo: hits de Reinier León (su sexto en dos jornadas) y Ramírez, toque de Laza que los adelantó, transferencia intencional a Donal y bolazo a Olber Peña, el improvisado cuarto bate que había reemplazado a Alarcón. 5×3. Y elevado a los jardines de Saavedra empujó una más, decisiva, fulminante, final. No habría escoba en el Capitán San Luis.

POSITIVO: La sobresaliente apertura de Erlis Casanova, la sangre beisbolera de Lázaro Ramírez, los desafueros ofensivos de Michael González y Reinier León… En sentido general, el espectáculo de los dos equipos.

NEGATIVO: Nunca voy a cansarme de criticar los sacrificios con el bateador en dos strikes. Esa no existe, y el juego lo corrobora muy a menudo.

PREOCUPANTE: Las lesiones se han cebado en Pinar, pero también a Ciego le han quitado a Borroto y Charles.

INCOMPRENSIBLE: El error mental de Liván Moinelo, un pitcher ya acostumbrado a los relevos.

RECOMENDABLE: Dado su inesperado momento ofensivo, Michael González podría subir al sexto turno ofensivo de los verdes.

Por Michel Contreras