Pensemos en justicia y dejemos el fanatismo a un lado. Iván Prieto
debe jugar otra vez con Granma.

Como muchos holguineros quisiera a Iván con los Cachorros, pero así pienso yo y me culpo de egoísta. Ni siquiera tengo ganas de escribir este comentario. Desearía darle mil vueltas metafóricas a este asunto y convencer al propio receptor que se quede en Holguín.

Lo primero es escuchar a Iván, y no se lo vuelvan a preguntar: él quiere jugar otro año con Granma. Quizás cambie de criterio y su indecisión hay que respetarla. Él está en medio de todo el dilema.
Las razones del receptor están claras, pero se tienen que reiterar, todavía algunos no las entienden o no las quieren comprender.

Granma confío en Iván, le abrió sus puertas, como también lo hizo con el hijo de Pestano. Carlos Martí no pensó en genética, brindó oportunidades y jugó más quien mejor lo hizo.

El pueblo de Bayamo trató a Iván como su hijo y los Alazanes fueron sus nuevos hermanos. Tanta fue la conexión que el holguinero parecía un granmense nato. El talentoso jugador quiere vestir el uniforme de campeón nacional, algo por lo que luchó y se siente súper feliz.

Holguín le enseñó a jugar beisbol, le otorgó el permiso a irse y por eso Iván desea volver a jugar con los Sabuesos, pero después, ahora siente deudas con Granma. La personalidad del joven ha demostrado que no se olvida de su provincia de origen. Por eso me atrevo a asegurar que extraña otro jonrón con su camiseta de los Cachorros, la que guarda con orgullo.

Sería injusto afirmarle a Iván que será el receptor regular de todos los partidos con los Cachorros. Aballe también merece respeto, así como el resto de los jugadores que luchan por un puesto en la nómina holguinera. Un buen director juega con los mejores del momento, no piensa en nombres, ni historias, les deja la duda de poder jugar o no. El puesto de regular hay que ganárselo en el campeonato.

Soy del criterio que Iván mereció más oportunidades en los Cachorros antes de partir a Granma. La solución no está en que juegue primera base si el muchacho es un "mounstro" detrás del home.

Analicemos bien todos estos factores y no compliquemos las cosas. La decisión final tiene que ser del pelotero. Pensemos en el futuro del beisbol cubano. No seamos regionalistas dentro de una misma Cuba.