Se dice fácil, pero pegar 20 cuadrangulares en las primeras cinco temporadas es algo de mucho mérito. El que no lo crea puede contemplar la carrera de José Abreu, quien el martes en la noche conectó su vigésimo palo de vuelta entera en el choque de los Medias Blancas contra los Yankees.

Con este número de jonrones, el cubano empató con Jemaine Dye y José Valentín como los otros peloteros de esa organización que alcanzaron esa racha en el inicio de sus trayectorias con Chicago. Si quieren saber el significado de la palabra consistencia, solo tiene que mirarlo.

Como si fuera poco, Abreu se convirtió en el 18vo pelotero en las Mayores que llega a cinco temporadas en fila con 20 o más sacadas del parque.

Este vuelacercas es la confirmación de que el slugger de Cienfuegos está despegando en la segunda mitad, luego de unos primeros tres meses bastante irregulares, a pesar de su selección al Juego de las Estrellas en Washington.
Si para el 26 de mayo Abre conectaba para .319, en los siguientes 45 encuentros su línea ofensiva se redujo a .180/.230/.308 con apenas cuatro cuadrangulares y 22 impulsadas para ponerle punto final a la primera mitad, nada que ver con el hombre que de por vida batea para .301/.359/.524, además de sumar 124 jonrones y 410 remolcadas en sus primeras cuatro contiendas.

La visita a Washington parece haber obrado un efecto positivo en Abreu, pues tras 17 juegos -sin contar el del martes- desde la cita estelar el primera base exhibe una mejoría enorme con .344/.425/.703 con seis para la calle y 11 impulsadas. Un ejemplo claro de cómo un pelotero batalla contra un letargo y sale de él a tiempo y en forma.

Tal vez Abreu pueda continuar su cadena de 25 o más cuadrangulares por quinta temporada consecutiva, aunque deberá seguir cerrando a toda máquina para sumar 100 impulsadas en su quinto año con una organización que aprecia sobre todo su ética de trabajo y su ejemplo sobre jóvenes como su compatriota Yoan Moncada.