Liván Hernández celebra tras el triunfo de los Marlins de Florida sobre los Indios de Cleveland en la Serie Mundial, el 26 de octubre de 1997 en Miami. JOE RIMKUS JR. / MHS


JORGE EBRO
JEBRO@ELNUEVOHERALD.COM
Hace tiempo que Liván Hernández ya no grita aquello de “I love you Miami’’, pero no cabe duda de que Miami siempre le dirá que lo ama por aquellos momentos inolvidables de 1997, cuando el mundo y el Clásico de Octubre estaban en la palma de sus manos, y la ciudad era una fiesta innombrable.

Y mucho menos habrá de olvidarle ahora que se retira luego de 17 temporadas en las Mayores para poner fin a una carrera que le ubica entre los lanzadores más destacados de su generación y los mejores cubanos de todos los tiempos.

“Este es el mejor momento para hacerlo’’, expresó Hernández, quien por estos días es instructor de pitcheo en el campamento de los Nacionales de Washington, en Viera. “Tengo muchas cosas en la cabeza. Estaba esperando por el momento correcto’’.

Con 39 años, el medio hermano de Orlando “El Duque’’ Hernández deja detrás una estela de trabajo que es reconocida por todos y que, según el gerente general de los Nacionales, Mike Rizzo, le da el derecho de ser llamado “leyenda’’.

Primero con los entonces Marlins de la Florida y luego con otros nueve conjuntos, Hernández finalizó con balance de 178-177 y 4.44 de efectividad, pero su legado no puede analizarse en base a números fríos.

“Liván siempre le trajo un elemento de pasión al juego, aunque cuando lanzaba lo hacía con una tremenda sangre fría, pero era un competidor enorme’’, afirmó Tany Pérez, miembro del Salón de la Fama y Asistente Especial del Presidente de los Marlins. “Era un pitcher de acero, sin nervios, porque ese triunfo del 97, tan jovencito, recién llegado de Cuba…Se dice fácil, pero nada de eso’’.

Uno de los lanzadores más defensivos de todos los tiempos -sólo 15 errores en su carrera-, Liván siempre fue considerado un verdadero “Caballo de Hierro’’ en las Grandes Ligas, un devorador de innings.

Entre 1998 y el 2007 nunca sumó menos de 199 entradas, del 2003 al 2005 lideró la Liga Nacional en entradas trabajadas y en los dos primeros de esos años fue el mejor en juegos completos.

“Nunca perdí una salida por mi voluntad, jamás me he escondido tras una excusa para no salir a lanzar’’, explicó recientemente Hernández. “A algunos les duele una muela y a otros el estómago. Yo ni muriéndome dejé de hacer mi trabajo’’.

La carrera de Hernández es un ejemplo de supervivencia, pues si al principio usaba bastante una recta sobre lo corto de las 90 millas, mientras iba avanzando en las Grandes Ligas aprendió a lanzar con una velocidad limitada, mezclando envíos, confundiendo bateadores.

La inteligencia y la edad fueron sus mejores aliados cuando el brazo ya no contaba con la potencia del comienzo, pero Hernández supo salir adelante muchas de las veces de la misma manera en que lo hacían –salvando distancias- Greg Maddux o Tom Glavine.

Con sus 178 triunfos, Hernández se va como el cuarto en la lista de los más ganadores entre los lanzadores cubanos en la gran carpa, sólo por detrás de Luis Tiant (229), Adolfo Luque (194), y Mike Cuéllar (185) y por delante del gran Camilo Pascual (174).

“La gente nunca entendió que Liván era uno de los lanzadores más estudiosos del juego’’, afirmó el legendario narrador Felo Ramírez, quien siguió el devenir de Hernández desde que llegara el primer día a los Marlins. “Tras su sonrisa y su espíritu jovial siempre se escondió una persona que atendía los juegos, trataba de sacarle partido a lo que aprendía. Lanzar 17 años en las Mayores no es cosa de cuento’’.

Como si fuera poco, Hernández era uno de los serpentineros más temidos con el bate en la mano y con él no aplicaba esa frase sobre los lanzadores en la Liga Nacional, porque él si no era un out por regla.

No por gusto, Washington quiere atar a Hernández con un rol más importante dentro de su sistema de granja y por estos días se le ha visto dándole un consejo sobre cómo tirar un tenedor a Stephen Strasburg, que a usar un cambio de velocidad –su arma más temible- a un prospecto de nombre desconocido.

Pero aunque los Nacionales lo reclaman para ellos, lo cierto es que la historia de Hernández -el Mas Valioso de la Serie Mundial de 1997-, los Marlins y Miami está unida por lazos de tiempo e historia que nada ni nadie podrá desatar.

“Liván siempre será parte de la familia de los Marlins, porque lo que hizo en 1997 mantiene un eco que no se apagará nunca’’, indicó Juan Martínez, gerente de mercadeo latino de los peces. “Fue uno de nuestros primeros héroes y los héroes nunca desaparecen de la memoria de la gente’’.

enviar por email

Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2014/03/12/1700543/livan-hernandez-anuncia-su-retiro.html#storylink=cpy