Cuando mi hijo tenía más dedos en una mano que años en su existencia, lo llevaba a ver nuestro deporte predilecto. Le explicaba las reglas del juego y algunos detalles que su mente infantil pudiera asimilar sobre el tema. Hoy es un adolescente y es quien me lleva. Aquel niño que me preguntaba sobre beisbol ahora es quien me explica cuando muchos "avesados" tienen duda. Se ha convertido en mi asesor más querido y en mi loquero, pues muerto de risa me sostiene las manos cuando el equipo contrario hace una excelente jugada que me mueve a aplaudir (lo cual desgraciadamente no se acostumbra en nuestras gradas) o me aplaca mi disgusto cuando ocurre una pifia, sea de quien sea.
Por suerte, no todos, pero en una gran mayoría se ha hecho costumbre no reconocer los méritos ajenos, tratar de ridiculizar llegando hasta la ofensa de un valioso contrario.
Me gusta ver a mis equipos favoritos destacarse con un BUEN JUEGO pero no hay buen juego si el contrario no tiene calidad y no hace también un BUEN JUEGO. Ir al estadio para ver una pelea de "león pa' mono" es ir a perder el tiempo. Muchos de esos peloteros que algunos inconcebiblemente tratan de despreciar pueden hacernos saltar de un alegrón cuando jueguen en el equipo grande; pero hoy están representando a sus regiones.
Soy santiaguero, villaclareño, espirituano, pinareño, matancero, capitalino, granmense... etc, etc... pero por encima de todo este guajiro es cubano como lo son también esos compay's que agarran un bate para tratar de ofrecernos un beisbol del bueno.

Gracias por sus comentarios, llegue a pensar que era el único que su fanatismo lo movía al buen béisbol, veo que ustedes piensan como yo; e, invito a los detractores de los equipos de abajo a que echen su opinión cuando este equipo les gane.