Qué suspicacias tiene el béisbol! Aunque en verdad, lo exacto sería escribir: ¡qué injusto es este deporte! Ahora resulta que fue Yosvany Alarcón el culpable de que Las Tunas no alzara su primer título en la LVII Serie Nacional de Béisbol en Cuba. A los “prisioneros de las circunstancias” se les olvidó, por un mal corrido, todo lo que ayudó al equipo en la lid.

Bueno, en verdad, no solo injusto, sino superficial, pues quienes achacan al receptor de Los Leñadores todas las culpas, se olvidan también que antes el equipo había perdido tres duelos en el estadio Mártires de Barbados cuando con un solo éxito, a la postre, hubiesen obtenido la corona.

Además, afirmar que el desenlace fue por tal desliz es, a la vez, restarle méritos al triunfo de Granma, que por cierto, fue el conjunto que mejor lo hizo en los momentos clave. No pifió cuando no se podía pifiar. Al Alazán lo que es del Alazán.

Y si me piden valorar ese intento de robo, repetiré algo que ya he dicho en otros espacios: ordenar esa jugada con el marcador adverso no se puede calificar de desacertada. Nunca lo será si se llega sin problemas a la almohadilla, por aquello de que a “caballo regalado no se le mira el colmillo”, pero si se es puesto out, entonces no había tal regalo y la decisión puede calificarse, como ahora, de garrafal.