ES UN COMENTARIO,largo pero muy interesante de alguien que ve las cosas con objetividad ,leanlo

martes, 12 de marzo de 2013
Esta derrota tiene los mismos padres de las anteriores.
12:31 Daniel de Malas 13 comments

Holanda ganó y no dejó dudas frente a Cuba
Ya no hay para dónde coger, el equipo Cuba perdió inobjetablemente en par de ocasiones frente a Holanda y el Clásico Mundial se le acabó, horas después les traigo un par de reflexiones sobre el paso de los míos por el evento.
A la pregunta de: ¿Por qué puerta salieron los míos en el Clásico? La respuesta es simple, por donde les tocaba, ni la puerta ancha ni la estrecha. El Cuba llegó hasta donde le fue posible y cuando las facultades se explotaron al máximo sin el resultado a su favor, les tocó recoger los matules y regresar a casa.
El conjunto nacional experimentó muchas improvisaciones en su confección de este año, desde el pasado verano se escogieron casi 100 peloteros para el evento magno del beisbol internacional. Esa enorme preselección comenzó a jugar topes contra Nicaragua y Estados Unidos, además de ir al torneo anual de Holanda, o sea tres equipos Cuba pudieron foguearse, pero en buena lid se repitieron muchos de los jugadores de siempre, en vez de ser justos y darle más oportunidades a los debutantes y balancear las opciones de aquella preselección.
Cuando llegó el otoño se hizo un primer corte básico a varios jugadores y se bajó a la cifra a poco más de 50, con varios peloteros que nunca pudieron probarse internacionalmente y la aparición de otros que no estaban en los planes iniciales.
Corte radical previo a la gira por Asia de noviembre, después de una pequeña y poco productiva incursión por México, y aquí casi todos creímos que ya los nombres que estaban eran los potenciales jugadores al Clásico Mundial. Pero no, en enero boquiabiertos recibimos la noticia de que lo que habíamos presenciado, valorado y criticado era por gusto, pues lo que verdaderamente valía era el rendimiento de la Serie Nacional y aparecieron 28 nombres, que en medida considerable distaban de la política inicial.
Por si esto fuera poco, días antes de marcharse el conjunto hacia tierras de Oriente volvieron a acometerse altas y bajas sustanciales, o sea que en resumen, ni la Comisión Nacional, ni Víctor tenían claro a quienes llevarían y se dejaron influenciar por quien está bateando más y quien pitcheando menos.
Para dejarles un ejemplo vívido de esta disparatada selección me voy con el caso de Yosvani Peraza, solo por citar uno.
Primera preselección, 78 peloteros, de ellos 10 receptores. Peraza no estaba allí.
Corte de septiembre, con mucho misterio se dieron a conocer 6 nombres nuevos, que totalizaron una cifra de 56 atletas, entre ellos Yosvani Peraza.
Reducción a 41 peloteros antes de los topes en México y Asia, Peraza es eliminado.
Roster oficial al Clásico, segunda quincena de enero, sorpresivamente se nombran 5 peloteros que no habían estado en ninguna de las preselecciones antes mencionadas. Peraza no está entre esos 28 jugadores.
El 4 de febrero se anuncian algunas altas en el roster del Clásico y varios partidos de preparación. Vuelve a retornar Pereza al Cuba y sobrevive el corte final.
En resumen Peraza fue y vino cuantas veces quiso Víctor y la Federación, pero estuvo tan fatal que ni fue a Nicaragua, ni se enfrentó a los Estados Unidos de América, ni conformó el equipo a Holanda, ni el que fue a México o el de Asia. Peraza no tuvo topes internacionales ninguno en más de 6 meses y pregunto: ¿Cuándo y cómo Víctor creyó que Peraza formaba parte de su equipo?
También cuestiono: ¿Será verdad que Holanda nos vapulea porque temporada tras temporada mandamos al mismo equipo grande a jugar en el torneo que ellos patrocinan en su país, en vez de enviar a los talentos emergentes o al Campeón Nacional?
Menciono ahora un caso opuesto: ¿a nadie se le ha ocurrido que quizás a Yadier Pedroso (hace menos de un año el mejor pitcher de Cuba) le jodimos (a lo cubano) el brazo con tantos topes internacionales, que en su caso no eran necesarios? Pedroso después de los dos primeros topes y el torneo de Holanda era el cuarto lanzador con más entradas de actuación (solamente superado por Freddy Asiel, Hinojosa y Vladimir). En julio del 2011, en este mismo blog preparé el trabajo “Rotterdam terminó siendo fracaso anunciado” y ¿adivinen qué? Allí critique que Pedroso se usó sobremanera (transcribo): “Roger Machado asumió al equipo Cuba como a Ciego de Ávila y repartió las tareas de los lanzadores a su manera, que es bastante inconsecuente por cierto. Yadier Pedroso (tranquilamente el mejor pitcher del staff y quizás el mejor de Cuba) resultó ser el tercer abridor y desde allí se convirtió en el de casi siempre. De hecho, en ocho días participó en 4 juegos, 2 como abridor y otros tantos como relevista, con 23 entradas y un tercio de actuación en ese lapso.”
Tranquilamente a Pedroso le venimos desbaratando el brazo desde hace rato y a nadie le importa o le duele.
Los 28 nombres al Clásico Mundial terminaron siendo escogidos por el rendimiento en la Serie Nacional, ¡Bravo!!! Pero entonces porque no se confía en ellos a la hora del juego, ¿Para que los llevaron?
Dos pitchers sin actuación, uno que no sacó outs, dos más que no tienen un inning pitcheado, otro par sin llegar a las 2 entradas de actuación y Wilber Pérez, con una salida de tres entradas y para de contar. Sumen y verán a ocho lanzadores que fueron, o para hacerlo mal o solo por dar el viaje. ¿De qué valió a esa hora el vilipendiado “rendimiento” de la Serie Nacional si los que se encargarían de ganar y perder serían unos pocos, y los mismos?
Sin embargo toda está indecisión y elaboración del equipo no es lo que dio pie a la derrota cubana. Yo, si me hubiera tocado decidir, llevaba a Yulieski González por Leandro Martínez/Darién Núñez, a Alexander Malleta por Luis Felipe Rivera, a Rusney Castillo por Guillermo Heredia y a Michel Enríquez por Andy Ibáñez, de seguro no lo harían peor, aunque no creo que Cuba hubiera pasado de la segunda fase a pesar de mis cambios.
Criterios aparte, lo que he tratado de hacer evidente, es la inconsecuencia y falta de todo que una vez más demuestra la Federación Cubana de Beisbol.
Nuestros federativos dicen una cosa hoy, hacen otra mañana y encuentran siempre una justificación.
Y es que el problema no está netamente en la selección del equipo, inclusive no está ni en el director del mismo (aunque ambas cosas influyen en un porciento de menor cuantía) sino en todos los años que lleva este país sin abrirse al mundo, creyéndonos el ombligo del mismo y los mejores, pues (según ellos) no necesitamos de otros para continuar deleitándonos con triunfos.
El beisbol es parte indisoluble de cada cultura y nación, y en Cuba esto no tiene por qué ser distinto. Cuando vino la debacle del socialismo en Europa, en el deporte cubano la repercusión no fue inmediata, pues llevábamos años dependiendo de la ayuda del CAME y en los primeros años sin nuestros “padrinos” aún quedaba un par de generaciones con buena formación física y la salida en masa de atletas de la isla todavía no era un hecho.
Entonces pasaron los años, pasó un águila por el mar, pero en el beisbol cubano nada pasó y aunque la política, la economía y la sociedad cubana tuvieron que asumir los cambios (muchas veces provocados por fuerzas mayores) el beisbol siguió pensando como aquel deporte amateur e inocente de los 80, error que aún comete.
En los 60 y 70 en Cuba le decían a los peloteros que tenían que cortar caña (UNA BARBARIDAD INCREIBLE, inclusive para esa época) y estos lo hacían. Yo reto a cualquiera hoy que pueda llevarse a cinco jugadores por equipo de la Serie Nacional a pintar una escuela, a ver qué pasa.
Hoy en día Cuba tiene una deuda enorme con su gran pasión, el beisbol, y el resultado de este Clásico Mundial, y el anterior, y el anterior al anterior (donde corrimos con muy buena ventura) no son más que el lugar que nos toca en un mundo que le paga a sus atletas, dinero contante y sonante; un mundo que se ocupa de pensar en el retiro de esos mismo que hoy le dan glorias; un mundo que asume la internacionalización de este deporte y no pone trabas para que sus peloteros jueguen por doquier; un mundo que se actualiza constantemente viendo el beisbol de otras latitudes y no teme a importar o exportar peloteros; pero sobre todo, un mundo que sabe que hoy el beisbol no es un juego, sino un gran negocio que necesita inversores, contratistas, mesas de negociación, acuerdos financieros y fondos.
Señores, mas allá de las arbitrariedades de Víctor (a quien le dedicaré otro trabajo) o de la inconformidad con algunos de los peloteros del equipo, no creo que se hubiera podido hacer más y sino consideren (sin especular demasiado) que hubiera pasado si en vez de empezar por Asia lo hiciéramos por el grupo de Puerto Rico o Estados Unidos, donde “trabucos” como Venezuela, México y Canadá se fueron a casa sin muchas contemplaciones.
El resultado del Clásico Mundial nos afecta a todos, pero es el resultado del poco profesionalismo de nuestra Federación Nacional, que no es capaz de fajarse por un poco más de cualquier cosa para nuestros atletas, como también es incapaz de dar el calendario de una competencia en el tiempo establecido.
Recuerdo con pena, que después da varios lleva y trae, e incumplimientos de fecha (muy habitual en la sociedad cubana), se informó el pasado verano que Cuba no asistiría a la Serie del Caribe por la sencilla razón que queríamos ser invitados (¡el ombligo del mundo es poco para lo que nos creemos!!!) y que el INDER no contaba con los recursos para financiar la presencia de un elenco cubano, pues el costo era de unos 3 millones en 4 años. El pueblo cubano ha sufrido y soportado estoicamente cuanto problema ha enfrentado el país en los últimos 50 años, por lo que estoy seguro que menos de un millón al año, en aras de recuperar el orgullo nacional son poca cosa y nos lo merecemos.
Mientras el beisbol siga siendo dirigido por incapaces que ni pueden cumplir con las fechas que ellos mismos se trazan o que se creen que a puro talento podemos ganar (que nadie duda que en Cuba hay talento, sino vean como Héctor Olivera fue forzado a retirarse por prescripción facultativa y apareció un José Miguel Fernández como remplazo de lujo), estaremos tratando de superar la avanzada de los 8 mejores equipos del mundo, cuando en realidad tenemos para estar entre los 4 con tranquilidad (no hoy, sino siempre que se haga buen trabajo).
Cavilemos juntos. ¿Cómo era posible que aquella pelota “esclava” de antes de la abolición del profesionalismo en Cuba nos tuviera en la elite profesional y amateur simultáneamente? La respuesta es obvia, así que se los dejo de tarea.
Un párrafo aparte merecen mis colegas de la prensa, asunto que trataré con el mayor respeto posible (por que quizás no sea el más indicado para este señalamiento y porque ya me han regañado anteriormente y no me gusta). La prensa deportiva cubana tiene que acabar de quitarse esas filosofías justificativas, paternalistas, antinorteamericanas e influidas por el amiguismo. Ciertamente no son todos y claro ejemplo fue el programa de ayer (lunes 11 de marzo) de Bola Viva, donde Hernández Lujan, Yasel Porto y Jesús Suarez Valmaña tomaron la posición crítica y analítica que merece la derrota cubana en el Clásico, pero no hay muchos más que tomen esos rumbos y me aturdí al escuchar, en el único trabajo televisivo del día de la derrota, decir algo como esto: “…que nadie se atreva a criticar a Víctor, que hizo los cambios con valentía…vamos bien…ojalá que tengamos a Víctor en el Cuba por mucho rato…”, pues una cosa es la tristeza de la derrota y otra la falsa imagen del deber cumplido, cuando la gran mayoría de los medios hablaba de San Francisco (guiados por el propio Víctor) como si fuera un hecho y terminó siendo (una vez más) funesto fracaso. Muy criticable también la posición de los narradores del Clásico, pues se escuchaban comentarios fuera de micrófono, expresiones de desacuerdo y resoplidos, siendo lo peor la teoría conspirativa que fue lanzada al aire, que sugería que Italia le había regalado el juego a Estados Unidos (suceso absurdo, irrespetuoso y muy atrevido) que al otro día estaba en boca de un porciento considerable de fanáticos en la calle. No es la primera vez (e imagino que no sea la última) que durante transmisiones deportivas (de todo tipo) se muestra ese sentimiento inapropiado antinorteamericano que no tiene ni sentido ni razón, pues que yo sepa los atletas de Estados Unidos de América jamás han tomado una lancha para tirotear un bote de pesca cubano, o han incendiado un circulo infantil, ni saboteado un avión. Esto no es la Olimpia de Moscú 80, ni la de los Ángeles 84 y menos la de Seúl 88, ¡por dios que estamos en el tercer milenio! El equipo de beisbol norteamericano ha sido, y siempre será el gran favorito, para ganar los Clásicos Mundiales, déjenlos a ellos decepcionar a su afición y encárguense de ver cuán amargo está nuestro vino.
Terminando con este subtema por favor. Está bueno ya de restregarnos la mentira de que somos la única nación que va a trasmitir los 39 partidos del Clásico Mundial, cuando en cualquier país usted compra el paquete televisivo que incluya el evento y podrá ver, no solo los 39 encuentros, sino también las ruedas de prensa, análisis pregame y otras novedades del torneo.
Llámenle karma o como quieran, que les aseguro estamos recogiendo lo que hemos sembrado, que no es más que la incompetencia, la falta de seriedad, la autosuficiencia, el poco profesionalismo, la falsa unanimidad y el secretismo, que han llevado el beisbol cubano al borde de un precipicio, donde por segunda vez consecutiva otros equipos de beisbol se ríen de nosotros, mientras se reparten los cuatro mejores lugares del orbe.
Hace un par de años, en el artículo de Rotterdam que les mencionaba antes, escribí lo siguiente: “Estamos parados en este instante en una ola gigantesca de justificaciones, que intentan, una vez más, minimizar el hecho que es muy evidente: EL BEISBOL CUBANO ESTÁ EN FRANCA DECADENCIA Y EL RESTO DEL MUNDO HA DEJADO DE PISARLE LOS TALONES PARA SUBÍRSELE ENCIMA.”
Ese fui yo, un periodista más, en el 2011. ¿Qué necesita el beisbol cubano para que alguien decida sacudir el árbol y deje caer todas las manzanas podridas y las que ya envejecieron?
No me voy a cansar, y aunque no me queda otra cosa por hacer que teclear en mi ordenador, seguiré intentando ayudar al beisbol cubano.
Sin más por ahora,
Daniel de Malas Andreu.