Equipo Metropolitanos (MET)
Durante largos años aparece como el segundo equipo representativo de la capital cubana, razón por la cual, a juicio de sus seguidores y muchos especialistas, esa circunstancia siempre los perjudicó, porque cada vez que surge un talentoso jugador, se traslada hacia Industriales. Las autoridades encargadas de solucionar la situación insisten en mantener un equipo poderoso, sin tomar en consideración las posibilidades de los Metros, y los resultados competitivos en las últimas tres temporadas lo convierten, junto a Matanzas, en guardianes del sótano. En el período de tiempo mencionado, Metropolitanos ha jugado en total 268 encuentros y solo ha podido ganar 81, para un anémico promedio del 30%, indicador muy discreto en el máximo nivel de la pelota cubana.
Cuando observamos la última nómina, el panorama es aún más crítico, pues, salvo los casos de Michel Fors (12 temporadas) y el recién cambiado Abdel Quintana (10), ninguno de los restantes jugadores se acercan a esa cifra. Sin embargo, a lo largo de 33 presentaciones consecutivas en los torneos nacionales, con altas y bajas del rendimiento colectivo, numerosos peloteros pasaron por sus distintas nóminas: Agustín Marquetti, Armando Capiró, Rodolfo Puente, Rey Vicente Anglada y muchos otros, que también brillaron en el cuadro azul. El balance de los Metros permite situarlos en el grupo de segunda división, a partir del patrón de menos victorias que derrotas, no siempre aceptada por los fieles seguidores.
Dentro del grupo de las individualidades históricas encontramos a Jorge Milián, su actual director, con 15 años como defensor de esa camiseta y bien satisfecho de hacerlo. La responsabilidad de Milián en el juego activo comprendió la defensa de los jardines con maestría singular, de manera especial el centro, aunque el promedio en el rol de artillero no resulta asombroso. Pasado el tiempo, ahora timón en mano, disfruta como pocos el juego desde el dugout y trabaja con tesón para incorporar a los predios capitalinos valiosos peloteros.
Apenas en dos oportunidades, Metropolitanos ha subido la podio de premiaciones (1976-1977 y 1981-1982), como conquistador de sendos terceros lugares en las tablas finales de posiciones. La llegada del tercer milenio significó un sentido retroceso, hasta el punto de que en los siete campeonatos celebrados nunca alcanzó equilibrar éxitos y fracasos, situación alto comprometida para los planes inmediatos del mentor Jorge Milián, a todas luces empeñado en llevar a los muchachos a planos estelares. En realidad, soñar no cuesta nada y la aspiración es una constante motivación, pero el optimismo no gana juegos de pelota y la actuación en la XLVII Serie Nacional dejó mucho que desear.
Tomado de: Radio Rebelde
Cuando observamos la última nómina, el panorama es aún más crítico, pues, salvo los casos de Michel Fors (12 temporadas) y el recién cambiado Abdel Quintana (10), ninguno de los restantes jugadores se acercan a esa cifra. Sin embargo, a lo largo de 33 presentaciones consecutivas en los torneos nacionales, con altas y bajas del rendimiento colectivo, numerosos peloteros pasaron por sus distintas nóminas: Agustín Marquetti, Armando Capiró, Rodolfo Puente, Rey Vicente Anglada y muchos otros, que también brillaron en el cuadro azul. El balance de los Metros permite situarlos en el grupo de segunda división, a partir del patrón de menos victorias que derrotas, no siempre aceptada por los fieles seguidores.
Dentro del grupo de las individualidades históricas encontramos a Jorge Milián, su actual director, con 15 años como defensor de esa camiseta y bien satisfecho de hacerlo. La responsabilidad de Milián en el juego activo comprendió la defensa de los jardines con maestría singular, de manera especial el centro, aunque el promedio en el rol de artillero no resulta asombroso. Pasado el tiempo, ahora timón en mano, disfruta como pocos el juego desde el dugout y trabaja con tesón para incorporar a los predios capitalinos valiosos peloteros.
Apenas en dos oportunidades, Metropolitanos ha subido la podio de premiaciones (1976-1977 y 1981-1982), como conquistador de sendos terceros lugares en las tablas finales de posiciones. La llegada del tercer milenio significó un sentido retroceso, hasta el punto de que en los siete campeonatos celebrados nunca alcanzó equilibrar éxitos y fracasos, situación alto comprometida para los planes inmediatos del mentor Jorge Milián, a todas luces empeñado en llevar a los muchachos a planos estelares. En realidad, soñar no cuesta nada y la aspiración es una constante motivación, pero el optimismo no gana juegos de pelota y la actuación en la XLVII Serie Nacional dejó mucho que desear.
Tomado de: Radio Rebelde
