Álex Cora tuvo la oportunidad de ver en acción al cubano Yulieski Gurriel cuando despuntaba en el béisbol internacional. Este ‘joven maravilla’ apenas contaba con 21 años cuando participó en Puerto Rico en el 2006 durante las dos rondas iniciales de la primera edición del Clásico Mundial de Béisbol con la novena de Cuba.

Cora, quien fue el intermedista titular de la novena puertorriqueña en ese torneo, llegó a la conclusión en ese entonces de estar en presencia de uno de los peloteros jóvenes más talentosos del mundo.

Once años después de esa primera cita mundialista, Cora puede hablar desde otra perspectiva de ese mismo Gurriel, ahora con 32 años y probándose en las Grandes Ligas con los Astros de Houston.

“Fue el prospecto número uno en el mundo. Tuve la oportunidad de verlo jugar cuando era el mejor jugador de Cuba. Yulieski ya no es el atleta del 2006, pero es un jugador maduro. Es genuino. La habilidad está ahí”, dijo Cora, quien ocupa la plaza de coach del banco de los Astros.

Con 21 años, Gurriel era la gran figura cubana del momento. Era descrito como un jugador de cinco herramientas al contar con habilidad para batear con fuerza, promedio, velocidad, defensa y buen brazo.

Aunque ya era un ídolo en su país, no fue hasta ese primer Clásico que los ojos de los equipos de Grandes Ligas comenzaron a posarse en él.

No existían dudas de que Gurriel, quien para entonces jugaba en la segunda base, tenía las condiciones para triunfar en las Mayores. Pero Gurriel no desertó en ese momento y lo hizo ya siendo un veterano, posiblemente, dejando sus mejores años en el béisbol internacional.

Pero Cora tiene otro punto de vista. “La industria es injusta. Piensan que estos jugadores que vienen de Cuba van a llegar a Grandes Ligas a producir, pero todos ellos tienen que pasar por un proceso de adaptación. Hay un periodo de ajustes. Esto es un proceso. A estos jugadores le dan tanto dinero y se piensa que van a producir rápido y que van a salvar esto, pero no es como la gente dice”.

Por ejemplo, Cora señala que algunos jugadores cubanos llegan a las Grandes Ligas con diferentes hábitos de trabajo y una disciplina de juego diferente.

“El nivel de juego de donde vienen es más bajo. Vienen a jugar a un nivel alto. En Cuba por ejemplo no juegan todos los días, la carga es diferente. El pitcheo es diferente. No es la misma velocidad. Incluso la zona del strike es diferente. En Cuba es gigante y aquí es más pequeña. Allá los bateadores le hacen ‘swing’ a todo”.

Tal vez por eso es que Gurriel ha podido integrarse rápido a las Grandes Ligas pasados los 30 años de edad. Gurriel debutó en las Mayores el 21 de agosto del año pasado, tras jugar apenas 15 juegos en cuatro ligas en las Menores.

En el 2016, en 130 turnos oficiales, bateó para .262 con tres cuadrangulares y 15 empujadas.

Ahora con más experiencia y teniendo en su resumé participación en el béisbol de Japón, Gurriel ha sabido hacerlos ajustes necesarios gracias a que posee mayor madurez.

Pero de inmediato surge la pregunta: ¿Cuánto perdió Gurriel al no poder jugar hace diez años en las Grandes Ligas? ¿Cuánto perdió el béisbol de las Mayores al no poder contar con un talento como ese?

“La edad que tiene ahora lo ha ayudado mucho. Tiene buenos hábitos de trabajo. Es un jugador que escucha y sabe hacer sus ajustes especialmente con la zona del strike. Cuando él expande la zona no hace sólidos contactos. Cuando hace el ajuste le da duro a la bola”.

Gurriel, quien desertó en el 2016 luego de la Serie del Caribe celebrada en República Dominicana y firmó unos meses después un contrato por cinco temporadas y $47.5 millones, luce muy adaptado al estilo de juego de las Mayores.

En 102 turnos oficiales esta temporada, el ahora inicialista promedia .294 con dos jonrones, siete dobles, ocho remolcadas y 11 anotadas, tras un un lento comienzo en el que bateó para apenas .095 en los primeros seis partidos.

“Al principio bateó octavo. Sin mucha presión. Ya está sexto y produciendo. También ha hecho un trabajo excelente en primera base. Lo bueno que tiene es que no se pone ‘down’. Es consistente y le gusta trabajar”.

Mientras, Dickie Thon, un extorpedero de Grandes Ligas, dijo que desde que vio a Gurriel, sabía que tenía madera de la buena.

“Creo que hubiese sido una superestrella.". dijo refiriéndose a la oportunidad que no tuvo para entonces el cotizado jugador cubano.

“Ya está entrando en edad y se ve como un gran pelotero. Claro, ya no está tan rápido. Las veces que lo vi en Puerto Rico en el Clásico, en torneos internacionales y ahora que lo ví hace unos días en Houston, me demostró que el tipo es un bateador natural. Es un bateador fuerte”.

“El año pasado tuvo pocos turnos aunque lució, pero este año se ve muy bien. Yo creo que hubiese sido uno de los mejores peloteros que haya salido de Cuba. Es un bateador buenísmo. Todavía se le ve que tiene mucha conciencia en el bateo. Lo hace para todos lados. Fildea bien y corre bien las bases. Es un pelotero que luce todo un profesional”.

Thon, quien jugó 15 temporadas en las Mayores, indicó que un Gurriel a los 21 años se hubiese adaptado rápido a las Mayores si en aquel entonces hubiese tenido la oportunidad, tomando como base la calidad de juego de Cuba.

“La calidad que ellos juegan en Cuba e internacional es tan buena como Estados Unidos. El pelotero bueno es bueno donde quiera. Si eres bueno en Japón o Cuba lo eres en Grandes Ligas . El empezó a jugar en Cuba cuando el béisbol estaba en su apogeo. Ese muchacho jugó con todos esos jugadores estrellas y él era la estrella del equipo”.

Pero ya próximo a cumplir 33 años, Thon entiende que Gurriel, aunque está cumpliendo con las expectativas, no tendrá muchas más temporadas por venir.

“A los 32 años tiene la experiencia pero no lo veo tan rápido como cuando tenía 22. Es callado. Es profesional en su práctica. No loveo con mucho ‘show’. No sube ni baja. Se mantiene consistente. Le queda este año y dos o tres más. Lo veo más llenito, más grande. No sé que entrenamiento hace, me dicen que entrena fuerte. Pero generalmente a los 35 o 36 uno empieza a bajar”, concluyó Thon.