Decenas de miles de luces centelleaban en las gradas del Yankee Stadium cada vez que Yasiel Puig se acercaba al plato. Era el flash de las cámaras que intentaban capturar un vistazo del fenómeno cubano que ha cautivado a todo Grandes Ligas.

"Yankee Stadium es Yankee Stadium, como dice en la historia, y allí es donde una vez tuve un sueño de jugar y voy a dar lo mejor de mí allá afuera y mientras más fanáticos haya mejor será para mí", dijo Puig a ESPNDeportes.com previo al arranque de la serie entre Yankees y Dodgers.

Puig sobrepasó las expectativas de los más de 80,000 aficionados que se dieron cita en el Bronx para la doble jornada de la histórica primera visita del equipo angelino durante la serie regular.

"No siento temor de dar lo mejor de mí en cualquier estadio que esté, mientras más gente haya en un estadio de pelota más me gusta a mí", dijo el jardinero de 22 años, con una certeza que no parecía pretenciosa, no la que se acostumbra en los camerinos de Yankee Stadium, sino un sentimiento que recordaba el viejo dicho que "la juventud es atrevida".

El cubano añadió que su emoción de jugar en el Bronx radicaba en poder enfrentarse a tres de los peloteros que siempre había soñado conocer, Robinson Cano, Ichiro Suzuki y Mariano Rivera.

"[Ya conocí] a Canó, que es uno de los peloteros que más he admirado en Grandes Ligas y me siento muy orgulloso de ser compañero de él. Me gusta la forma de batear, de fildear, todo, es una gran persona que es dentro y fuera del terreno. Algún día pensé conocer a Canó, Ichiro y Mariano, y ahora me siento muy orgulloso de haber jugado contra ellos", añadió.

En su primer turno de la serie, Puig hizo fuerte contacto con la bola para un sencillo que intentó estirar a un doble, pero fue out tras buen tiro de Brett Gardner. En su tercer turno pegó una fuerte línea, fildeada perfectamente para out por Canó, su primera oportunidad de experimentar en carne propia la espectacular defensa que tanto admira del segunda base dominicano.

Pero fue su doblete al tope de la octava lo que más captó la atención de Ichiro Suzuki.

"Me pareció que estaba completamente enfocado y listo, incluso enfrentando a lanzadores que nunca antes había enfrentado, se vio muy bien en el plato, en todos los turnos pareció pegarle fuerte a la pelota, también corrió muy bien las bases, fue agresivo y tuvo buena defensa, me parece que es un jugador que puede marcar la diferencia", dijo Suzuki tras la victoria 6-4 en el primer partido, donde conectó tres imparables.

"También estoy muy contento y sorprendido que haya expresado su admiración por mí, y me coloque entre nombres como Canó y Mariano, que son héroes en Estados Unidos, es un honor ser considerado entre semejante compañía", añadió el astro japonés.

Por supuesto, el drama del primer partido no había terminado, porque en la parte baja del noveno, con los Dodgers abajo sólo dos carreras, el cubano tuvo su oportunidad de conocer a Rivera, de la manera que lo ha hecho por 19 años en Grandes Ligas, con un cutter que ponchó a Puig para su salvamento número 25 de la campaña.

"Me sentí muy contento, ya que quería enfrentarme a uno de los mejores cerradores de la historia, pero no le pude conectar hit y ganó él como es, el mejor cerrador", dijo Puig con una frustrada sonrisa.

Rivera por su parte, sólo tuvo palabras de admiración para el joven cubano.

"[Me conoció], en una forma diferente totalmente [a la que esperaba]", acotó Rivera tras registrar su segundo salvamento de por vida contra los Dodgers, y primero en el Bronx. "De veras que me gusta su forma de jugar, es agresivo, no tiene miedo, y esa es la forma que se juega, es la forma en que me encanta ver a los jóvenes cuando llegan a Grandes Ligas, especialmente los de nosotros, y me gusta lo que he visto de él".

Con palabras de elogio de sus héroes Suzuki y Rivera, ya parecía que el 19 de junio no podría haber sido un mejor día para Puig... pero lo mejor estaba por venir.

Arrancó el segundo partido con un fuerte hit contra Phil Hughes, el segundo de cuatro consecutivos contra el errático pitcher de los Yankees, que concedió dos carreras para iniciar el encuentro. En el quinto inning, Puig recibió bolazo con una recta de 90 millas por hora, tras la cual terminó en segunda con su segunda base robada de la campaña.

Al tope de la séptima se encendieron todos los flashes en el estadio, con un tremendo jonronazo del cubano al derecho contra el novato Adam Warren, su quinto cuadrangular de la temporada, y el cual se convirtió en su hit número 27 en 15 partidos, igualando la marca de Terry Pendleton y Joe DiMaggio para segunda mayor cantidad desde 1900.

Al hablar de su jonrón, Puig se mostró sumamente sorprendido al informarle de la estadística que ahora lo ubica en la misma conversación que uno de los Yankees más queridos y reconocidos en la historia.

"[Warren] me tiró slider hacia la parte afuera y le hice swing y así salió por el jardín derecho y me sentí muy contento de haber pegado un jonrón en este estadio, y me acabo de enterar que estoy igualando una marca de alguien porque no sigo eso& lo mío es salir al terreno a dar lo mejor de mí".

Con decenas de periodistas alrededor de su camerino, el nativo de Cienfuegos siguió utilizando las frases usuales de "lo que importa es que el equipo ganara" y "lo importante es salir a dar lo mejor de uno no importa en el estadio donde esté", pero su gran sonrisa lo decía todo: "Yankees Stadium es Yankee Stadium".

Y Yasiel Puig es ahora parte de la historia de la catedral del béisbol.