Este rasgo poco común en los serpentineros de la llamada mano equivocada reviste vital importancia en el desempeño de este jugador de 29 años de edad, con 11 campañas a cuestas y quien registra su mejor Serie Nacional.

Muy seguro de sí mismo, con resolución y siempre sereno en la lomita, el refuerzo de los Cocodrilos es líder en juegos ganados de la temporada, con 11, que incluye actuación perfecta en cinco aperturas en la segunda fase.

Quizá es el pitcher más integral de la campaña, que avanza casi todos los juegos, a quien le batean muy poco, exhibe excelente whip (jits más bases por bolas por entradas) y un buen promedio de carreras limpias.

Aunque la naturaleza no lo colmó del don de tirar tan duro como otros, Yamichel Pérez se siente orgulloso de su capacidad de trabajo y de poder arreglárselas para sacar out.

La cosa no está en ser supersónico, sino en poner la bola allí donde más daño hace a los bateadores, expresó el lanzador espirituano. 

–Este pudiera ser tu año decisivo, ¿a qué obedece ese salto en tu rendimiento?

–Es mi mejor temporada, desde el inicio de la Serie con Sancti Spíritus y luego en esta segunda fase defendiendo a Matanzas. Tuve una buena preparación física y el apoyo de Ismel Jiménez, primero, y ahora con Jesús Salgado. Ellos me han ayudado a perfeccionar la mecánica de lanzar y a mejorar en lo técnico-táctico, así como en lo físico y la preparación mental. Sus consejos y enseñanzas me han servido de mucho.

–¿Cuál consideras tu arma favorita?

–El control, ese es mi pitcheo estelar, así impongo el ritmo de juego que me interesa. Si además puedes controlar las emociones para que no te afecte ningún detalle, ni siquiera el público, entonces vas a tener mejores resultados. Puedes ser un buen lanzador sin tirar más de 90 millas por hora.

–No pierdes tiempo entre un lanzamiento y otro, ¿lo haces para no concederles acomodo a los bateadores?

–Imagínate, apelo a todos los recursos posibles para sacar ventaja, especialmente en esta etapa en la cual te enfrentas a bateadores de mayor calidad y que te obligan a concentrarte en cada envío. 

–Casi nunca le protestas el conteo a los árbitros y al parecer no te molesta cuando tus compañeros cometen errores. ¿Eso es solo en apariencias?

–Claro que le concedo valor a todo eso, pero salgo al terreno a divertirme, a disfrutar. Todos tienen derecho a equivocarse, así le digo a mi familia y, cuando uno «mete perreta», lo más probable es que te vayas del juego. En los aprietos trato de alzar de nuevo la cabeza y buscar la forma de seguir.

–De los lanzadores que has visto, ¿cuáles te impresionaron más?

–Norge Luis Vera, por su forma de tirar, relajado; Ismel Jiménez, quien también imponía respeto; Yadel Martí, Vicyohandry Odelín. Me gustaba verlos jugar.

–¿El bateador que se te hace más difícil?

–Yordanis Samón, es muy agresivo en el home, no sigue un plan muy definido. Siempre está despierto, a la viva, por eso se me hace incómodo.

Según Jesús Salgado, entrenador de pitcheo de los Cocodrilos, Yamichel Pérez ha crecido como pelotero y debe ser tomado en cuenta para empeños mayores. Destaca su arsenal de lanzamientos y, sobre todo, su cambio de velocidad.   

El zurdo espirituano nació y vive en el Consejo Popular de Ojo de Agua, en el municipio de Taguasco, en la tierra del Yayabo. Se muestra agradecido por su acogida en territorio matancero, y de la posibilidad de disifrutar de su gente, de su bahía, y de sus ríos Yumurí y San Juan.

–¿Ves a los Cocodrilos con opciones de clasificar entre los cuatro y de discutir el título?

–No es que ahora mismo esté aquí, pero para mí este año Matanzas debe ser el campeón. Es lo que veo, todo está bien en el equipo, incluido un excelente ambiente.