El campeón vigente de la pelota nacional no aceptó la posibilidad de ser avergonzado en su terreno, se rebeló contra la hegemonía del visitante y extendió el play off semifinalista que sostiene contra los Cocodrilos matanceros.

Con la serie 3×0 en su contra, Villa Clara salió a salvar la honrilla y descargó toda la furia contenida sobre los envíos de Joel Suárez, masacrado (y expelido del box) por los tres primeros bateadores de la tanda.

Sucesivos dobletes de Flores y Borroto se combinaron con cuadrangular de Yordanis Linares, bombardeo suficiente para que Víctor Mesa apelara a Eduardo Blanco, un derecho de poca carretera y movimientos peculiares.

A partir de ese instante la ofensiva local se apagó como fogata bajo aguacero torrencial, tal como le había sucedido el jueves 27 al expulsar del montículo a Yoanni Yera. Y mientras el temprano relevista colgaba argolla tras argolla en la pizarra –soportó solo dos hits en 6.1 capítulos-, Matanzas se acercó hasta el límite, sembrando el pesimismo en el Sandino.

Los rojos anotaron una en la tercera entrada, apoyados en el poco comando de Yasmani Hernández Rojas y el innecesario tiro desviado a la intermedia de Rudeldis García, cuyo fuerte no es precisamente el arte de disparar a bases (este año le han robado 34, con 22 aciertos). Y subieron otra más a la registradora en el quinto a través de un enorme, tremendo, inmensurable jonronazo de Yasiel Santoya.

Remando a contracorriente, la tropa de VM32 avanzaba camino del remate definitivo en el dual meet, algo que le habría permitido clasificarse alrededor de una semana antes del ganador del match entre Industriales y Pinar. Descontaba poco a poco en el score, y el rival padecía un hechizo exasperante que no alcanzaban a romper ni los buenos oficios del público, ni la inspiración por los fildeos de Yeniet Pérez, ni las innovaciones introducidas en la alineación (volvía Lunar, Canto jugaba la segunda por Sarduy).

Por fortuna para el dueño de casa, Robelio Carrillo había reemplazado a Hernández Rojas con un dominio pleno de su curva de 11 a 5, y retaba sin melindres a golpes de una recta discreta pero bien localizada. Y así se llegó al tercio final, apretados los dientes en la afición naranja, esperanzado todo el Yumurí. El conocido Lázaro Blanco sustituyó al semidesconocido Eduardo Blanco, y aunque aguantó al rival en el séptimo episodio, no consiguió evitar que en el siguiente le marcaran una vez, víctima de los zurdos Flores y Linares, que esta tarde sí cumplió su misión como elemento clave en el line up.

La estocada parecía decisiva, y lo fue. A Carrillo lo castigaron duro en el inning de cierre, pero una excelente cogida de Borroto y otras dos de Yeniet decretaron el alargue del pulseo. El monarca evitaba la barrida sonrojante, y mañana habrá partido en Santa Clara.

Positivo: El relevo providencial de Robelio Carrillo. Negativo: El temerario robo de tercera de Flores en el octavo inning. Preocupante: El pitcheo abridor de Matanzas sigue sin hacer su trabajo. Recomendable: Villa Clara requiere de Andy Sarduy en la intermedia, dados los evidentes problemas de Canto para el pivoteo. Incomprensible: Si Ariel Sánchez no está lesionado o sancionado, nada explica su ausencia en la novena titular.