Amador Hernández Hernández, de Calabazar de Sagua; Oscar Bellido Aguilera, de Holguín; Carlos Cuesta, de Camagüey; Juan Nistal, de Granma; Luis Ernesto, Jorge Alfonso, Pablo Pérez, entre cientos de aficionados se han dirigido a nuestro periódico, ya sea por correo electrónico, postal o en los foros de la web del diario, para participar en el debate sobre el béisbol.
Aunque algunos se empeñen en afirmar que la hemos dejado a un lado, hasta el punto de que no nos interese porque los resultados internacionales o los torneos caseros no pasen por su mejor momento, la pelota nos sigue convocando. A ella la amamos aun cuando nos enerve un desenlace deportivo no favorable. Tras el Clásico Mundial 2017, no explotó una bomba, esa la llevamos siempre porque el béisbol está asido a esa cualidad de inconformidad que llevamos dentro y por la cual siempre pensamos en la victoria, incluso si la evaluación de las posibilidades no nos depare un mejor final.
Una cosa es la polémica, el debate o la controversia y otra bien distinta la apatía, que nunca irá aparejada al béisbol. Somos un pueblo beisbolero, que sufre y se alegra con un jonrón. Y claro, justamente por eso es muy crítico con el pasatiempo nacional. Es su manera de no dejar de defender ese patrimonio de la nación.
Desde el domingo tendremos la Serie Sub-23, sobre la cual el presidente del Inder, doctor Antonio Becalí Garrido expresó que «tiene que convertirse en una competencia de primer nivel». El llamado no puede interpretarse como una consigna, sino como una necesidad imperiosa, en ella está nuestra futura selección nacional y aquellos que han de tributar, si se aprobara, a un certamen élite. Si no la concebimos con rigor y calidad, que no solo la aportan los jugadores, es también responsabilidad de directivos, árbitros, de quienes aseguren las condiciones de vida de los deportistas —léase terrenos, dogaut, alimentación, hospedaje, transportación, uniformes vistosos, facilidades para aficionados en los estadios para que se sientan a gusto con el escenario y con el espectáculo y un grupo más de requisitos— hasta el propio entorno social favorecedor del acontecimiento, los esfuerzos caerían en saco roto.
Lo hemos dicho otras veces, vemos a la Sub-23 como el verdadero campeonato nacional, con las 16 provincias representadas, por eso coincidimos plenamente con el presidente del Inder, en que está necesitada del mayor nivel y atención de los territorios. De igual manera demanda de un calendario más amplio, el cual pudiera ser factible, si concretáramos un torneo élite con menos conjuntos (cuatro o seis), en el que participen los mejores del país y con convocatoria abierta, no con límite de edad, entre noviembre y enero. A ese se podrían incorporar, si bien no a todas las fechas si de la mitad hacia delante, aquellos peloteros contratados en otras ligas.
Insistimos, no doblaríamos una justa de 16 equipos, ganaríamos en calidad al concentrarse esta y con nuevas formas organizativas podría ser rentable económicamente.
Tanto la Sub-23 y esa otra lid, han de estar precedidas por un sistema en el que en las categorías Sub-12, Sub-15 y Sub-18, se compita para acumular una buena cantidad de juegos que proporcione el dominio táctico de un deporte tan complejo. En él, como en el tan popular fútbol que vemos en las pantallas de nuestros hogares, se juega entrenando o lo que es lo mismo, hay más sesiones de juego que de entrenamiento.
Lo cierto es que ya tenemos la Sub-23 encima y como es lógico, no solo nosotros, sino toda la afición y los protagonistas la vamos a ver con buenos ojos, pero severos, no para cebarnos en una crítica, sino porque la queremos mejor cada día. Por lo pronto, nos aportaría el regreso de Ariel Pestano a los terrenos, ahora vestido de director de su Villa Clara.
Y como hablamos de pelota, nos llegó la noticia, de que en el mismo primer juego en que participó Alfredo Despaigne en la pretemporada de la liga japonesa, con su nuevo equipo los Halcones de Fukuoka Softbank, el granmense tuvo un rol protagónico como quinto bate y designado. Pegó un jit en tres turnos, pero ese sencillo en el séptimo se convirtió luego en la única carrera del juego en el que salió derrotado el Hiroshima Toyo Carp, que, además, no conectó jit.
También se conoció el ranking mundial de la WBSC (Confederación Mundial de Béisbol y Softbol), en la cual Cuba aparece en la quinta posición con 3 737 puntos, adelantada por Japón (5 699); Estados Unidos (5 378); Sudcorea (4 789) y Taipei de China (3 901). Del seis al 12, el listado es como sigue: México (2 961); Venezuela (2 804); Australia (2 433); Holanda (2 071); Canadá (2 020); Puerto Rico (1 759) e Italia (1 708).
Aunque algunos se empeñen en afirmar que la hemos dejado a un lado, hasta el punto de que no nos interese porque los resultados internacionales o los torneos caseros no pasen por su mejor momento, la pelota nos sigue convocando. A ella la amamos aun cuando nos enerve un desenlace deportivo no favorable. Tras el Clásico Mundial 2017, no explotó una bomba, esa la llevamos siempre porque el béisbol está asido a esa cualidad de inconformidad que llevamos dentro y por la cual siempre pensamos en la victoria, incluso si la evaluación de las posibilidades no nos depare un mejor final.
Una cosa es la polémica, el debate o la controversia y otra bien distinta la apatía, que nunca irá aparejada al béisbol. Somos un pueblo beisbolero, que sufre y se alegra con un jonrón. Y claro, justamente por eso es muy crítico con el pasatiempo nacional. Es su manera de no dejar de defender ese patrimonio de la nación.
Desde el domingo tendremos la Serie Sub-23, sobre la cual el presidente del Inder, doctor Antonio Becalí Garrido expresó que «tiene que convertirse en una competencia de primer nivel». El llamado no puede interpretarse como una consigna, sino como una necesidad imperiosa, en ella está nuestra futura selección nacional y aquellos que han de tributar, si se aprobara, a un certamen élite. Si no la concebimos con rigor y calidad, que no solo la aportan los jugadores, es también responsabilidad de directivos, árbitros, de quienes aseguren las condiciones de vida de los deportistas —léase terrenos, dogaut, alimentación, hospedaje, transportación, uniformes vistosos, facilidades para aficionados en los estadios para que se sientan a gusto con el escenario y con el espectáculo y un grupo más de requisitos— hasta el propio entorno social favorecedor del acontecimiento, los esfuerzos caerían en saco roto.
Lo hemos dicho otras veces, vemos a la Sub-23 como el verdadero campeonato nacional, con las 16 provincias representadas, por eso coincidimos plenamente con el presidente del Inder, en que está necesitada del mayor nivel y atención de los territorios. De igual manera demanda de un calendario más amplio, el cual pudiera ser factible, si concretáramos un torneo élite con menos conjuntos (cuatro o seis), en el que participen los mejores del país y con convocatoria abierta, no con límite de edad, entre noviembre y enero. A ese se podrían incorporar, si bien no a todas las fechas si de la mitad hacia delante, aquellos peloteros contratados en otras ligas.
Insistimos, no doblaríamos una justa de 16 equipos, ganaríamos en calidad al concentrarse esta y con nuevas formas organizativas podría ser rentable económicamente.
Tanto la Sub-23 y esa otra lid, han de estar precedidas por un sistema en el que en las categorías Sub-12, Sub-15 y Sub-18, se compita para acumular una buena cantidad de juegos que proporcione el dominio táctico de un deporte tan complejo. En él, como en el tan popular fútbol que vemos en las pantallas de nuestros hogares, se juega entrenando o lo que es lo mismo, hay más sesiones de juego que de entrenamiento.
Lo cierto es que ya tenemos la Sub-23 encima y como es lógico, no solo nosotros, sino toda la afición y los protagonistas la vamos a ver con buenos ojos, pero severos, no para cebarnos en una crítica, sino porque la queremos mejor cada día. Por lo pronto, nos aportaría el regreso de Ariel Pestano a los terrenos, ahora vestido de director de su Villa Clara.
Y como hablamos de pelota, nos llegó la noticia, de que en el mismo primer juego en que participó Alfredo Despaigne en la pretemporada de la liga japonesa, con su nuevo equipo los Halcones de Fukuoka Softbank, el granmense tuvo un rol protagónico como quinto bate y designado. Pegó un jit en tres turnos, pero ese sencillo en el séptimo se convirtió luego en la única carrera del juego en el que salió derrotado el Hiroshima Toyo Carp, que, además, no conectó jit.
También se conoció el ranking mundial de la WBSC (Confederación Mundial de Béisbol y Softbol), en la cual Cuba aparece en la quinta posición con 3 737 puntos, adelantada por Japón (5 699); Estados Unidos (5 378); Sudcorea (4 789) y Taipei de China (3 901). Del seis al 12, el listado es como sigue: México (2 961); Venezuela (2 804); Australia (2 433); Holanda (2 071); Canadá (2 020); Puerto Rico (1 759) e Italia (1 708).
Debes Iniciar sesión o Regístrate!!! para votar
( click en este cuadro para cerrar )No puedes votar elementos creados por ti
( click en este cuadro para cerrar )Has agotado tus 20 votos para 24 horas
( click en este cuadro para cerrar )Debes tener +10 de Reputación para votar
( click en este cuadro para cerrar )Debes Iniciar sesión o Regístrate!!! para denunciar
( click en este cuadro para cerrar )No puedes denunciar elementos creados por ti
( click en este cuadro para cerrar )Has agotado tus 10 denuncias para 24 horas
( click en este cuadro para cerrar )Debes tener +10 de Reputación para denunciar
( click en este cuadro para cerrar )Ya denunciastes este elemento
( click en este cuadro para cerrar )Motivo de la denuncia: