Justo a la hora en que suele salir el sol en nuestra geografía, el equipo cubano asumía en las lejanas tierras de Taipéi de China su último compromiso de la etapa clasificatoria, correspondiente a la XXVI edición de la Copa del Mundo de béisbol para jugadores menores de 18 años.

En su nueva incursión, los peloteritos dirigidos por Luis Cuba tenían como oponentes a unos australianos que este viernes entonaron la nota más sorprendente: cedieron su invicto a manos del débil elenco de Italia y comprometieron aun más sus posibilidades al caer ante los sudcoreanos.

De tal forma, el partido ante los cubanitos les era crucial para avanzar hacia la ronda semifinal. Todo lo contrario sucedía con la tropa de la Mayor de las Antillas, cuya división de honores en el doble programa de este martes les aseguró, amén de su último resultado, un cupo en la llamada fase de semifinales.

La jornada comenzó sin novedades, pues el KO de 10-0 sobre la representación de Colombia fue una soberana muestra de superioridad. Apenas necesitaron los cubanitos par de entradas para inclinar notablemente la pizarra con un racimo de ocho anotaciones.

Otra carrera subida en el cuarto episodio dejó lista la escena para el fulminante puntillazo en el séptimo que apuntaló la soberbia actuación monticular de Rubén Hernández. El diestro cubrió todo el trayecto permitiendo un solitario hit en el segundo inning y repartiendo cuatro ponches y un boleto.

Pero a segunda hora los criollitos fueron dejados al campo por la novena de Estados Unidos, campeona defensora del cetro. Sucedió en la parte baja del noveno, cuando los norteños abrieron con cañonazo de Brigman antes del efectivo sacrificio de Tucker y el boleto intencional a Loher.

En esas circunstancias el alto mando cubano echó mano al relevista Yoandry Caro, pero este no pudo impedir el imparable impulsor del antesalista Michael Rivera que estableció el desfavorable 5-6 en el marcador final.

Hasta esa misma entrada habían llegado los caribeños con desventaja de dos, pero combinaron un imparable de Yoan Moncada con un triple de Randy Arrozarena, más un error en tiro, para igualar las acciones.

Después de ese resultado, Cuba y Estados Unidos ocupaban el primer puesto del grupo B con tres triunfos en cuatro salidas. Los norteños, también clasificados, tenían grandes posibilidades de avanzar como primeros, pues eran favoritos para doblegar a los colombianos.

De cumplirse ese vaticinio y vencer los cubanos a los australianos, sucedería un abrazo en la cima, pero el sistema de desempate favorecería a los estadounidenses por haber ganado el duelo particular.

En caso de una derrota de los antillanos se plantearía un empate entre estos y los australianos con balance de 3-2. Entonces la definición favorecería a los de la Isla Continente.

A ese mismo acumulado podían acceder los sudcoreanos si vencían a los italianos. De ser así, los cubanos serían segundos por su triunfo frente a los asiáticos, quienes se incluirían entre los tres clasificados gracias a su victoria contra los australianos.

Como ven, las posibilidades son variadas. Mas en este caso, la tranquilidad estaba de nuestro lado.
Otros resultados de la jornada

Grupo A: Japón (4-0) venció a República Checa (0-4) por 15-0 Súper KO; Taipéi de China (3-1) a Venezuela (2-2) por 10-0 KO; Canadá (2-2) a México (1-3) por 11-4; Grupo B: Estados Unidos (3-1) a Corea del Sur (2-2) por 2-1; Italia (1-3) a Australia (2-2) por 7-4; Corea del Sur a Australia por 4-0; Colombia (1-3) a Italia por 6-4.