Puede usted sacar cuentas y más cuentas para tratar de adivinar —sí, adivinar— cuáles serán los últimos clasificados para la segunda etapa de la 52 Serie Nacional de Béisbol. Pero será muy difícil que dé en el clavo. Cuatro equipos envueltos en una batalla campal y un quinto que aún necesita ganar un partido. Esa es la palabra clave: ganar.
Tan reñida como esta jugada será el final de la primera vuelta. Foto: Ricardo López HeviaTan reñida como esta jugada será el final de la primera vuelta. Foto: Ricardo López Hevia
De todos los encartados el de más difícil pronóstico es Las Tunas. A los Leñadores de Juan Miguel Gordo les tocó bailar con la más fea pues tienen que andar por carretera y por mar para topar con los Tiburones de Armando Jonson, en el Labra, hambrientos de victoria y a un paso de entrar en el grupo elite, sin poder al bate (nueve jonrones), pero con la mejor defensa del torneo, un pitcheo por debajo de la media, 3,43, tercero en lechadas (siete) y ¡quién lo iba a decir! con tres carreras anotadas más que los tuneros. Un dato adicional: la Isla es el tercer equipo de mejor average jugando en su terreno, 722 (13-5).
Otro es el panorama cuando cambiamos la vista hacia el Nelson Fernández. El Tsunami de Giraldo González tiene las subseries particulares perdidas con Las Tunas (0-3), Ciego y Villa Clara, ambas por 1-2. No le queda más remedio que intentar pasarles la escoba a los Huracanes de Rigoberto Madera, un equipo desplomado en la segunda parte de la justa, con 13 fracasos en sus últimas 16 salidas. Pero, nunca olvidar que en la confianza está el peligro.
Los actuales campeones nacionales, los Tigres de Roger Machado, se juegan el todo por el todo en el bayamés Mártires de Barbados, apoyados en el cuerpo de lanzadores más efectivo de la justa, un 2,63 de ensueño cuya misión fundamental será tratar de mantener la pelota dentro del estadio frente al equipo líder en jonrones (42), de ellos 18 con hombres en circulación.
Mejor suerte, al menos en el papel, tienen los Naranjas de Ramón Moré. Jugarán en el Sandino, que ha sido para ellos un paraíso, pues acumulan 15 victorias y solo tres derrotas, 822 de average, el mejor de la Serie. El rival, Santiago de Cuba, ha mejorado en sus últimas presentaciones, empatado con otros cuatro elencos y ansioso por quedar en una mejor posición. Un dato curioso: a pesar de solo acumular 25 jonrones, son los villaclareños líderes en cuadrangulares en el primer inning, con cinco.
Para todos ellos ganar es la única alternativa segura. Si los cuatro barren a sus respectivos adversarios terminarían con 25-20 (a los naranjas les falta un desafío versus Sancti Spíritus) y serían finalistas pues la Isla quedaría eliminada, con 24-21. ¿Posible? ¡Vaya usted a asegurar o negar algo en esta Serie Nacional que no se ha parecido a ninguna!
Tan reñida como esta jugada será el final de la primera vuelta. Foto: Ricardo López HeviaTan reñida como esta jugada será el final de la primera vuelta. Foto: Ricardo López Hevia
De todos los encartados el de más difícil pronóstico es Las Tunas. A los Leñadores de Juan Miguel Gordo les tocó bailar con la más fea pues tienen que andar por carretera y por mar para topar con los Tiburones de Armando Jonson, en el Labra, hambrientos de victoria y a un paso de entrar en el grupo elite, sin poder al bate (nueve jonrones), pero con la mejor defensa del torneo, un pitcheo por debajo de la media, 3,43, tercero en lechadas (siete) y ¡quién lo iba a decir! con tres carreras anotadas más que los tuneros. Un dato adicional: la Isla es el tercer equipo de mejor average jugando en su terreno, 722 (13-5).
Otro es el panorama cuando cambiamos la vista hacia el Nelson Fernández. El Tsunami de Giraldo González tiene las subseries particulares perdidas con Las Tunas (0-3), Ciego y Villa Clara, ambas por 1-2. No le queda más remedio que intentar pasarles la escoba a los Huracanes de Rigoberto Madera, un equipo desplomado en la segunda parte de la justa, con 13 fracasos en sus últimas 16 salidas. Pero, nunca olvidar que en la confianza está el peligro.
Los actuales campeones nacionales, los Tigres de Roger Machado, se juegan el todo por el todo en el bayamés Mártires de Barbados, apoyados en el cuerpo de lanzadores más efectivo de la justa, un 2,63 de ensueño cuya misión fundamental será tratar de mantener la pelota dentro del estadio frente al equipo líder en jonrones (42), de ellos 18 con hombres en circulación.
Mejor suerte, al menos en el papel, tienen los Naranjas de Ramón Moré. Jugarán en el Sandino, que ha sido para ellos un paraíso, pues acumulan 15 victorias y solo tres derrotas, 822 de average, el mejor de la Serie. El rival, Santiago de Cuba, ha mejorado en sus últimas presentaciones, empatado con otros cuatro elencos y ansioso por quedar en una mejor posición. Un dato curioso: a pesar de solo acumular 25 jonrones, son los villaclareños líderes en cuadrangulares en el primer inning, con cinco.
Para todos ellos ganar es la única alternativa segura. Si los cuatro barren a sus respectivos adversarios terminarían con 25-20 (a los naranjas les falta un desafío versus Sancti Spíritus) y serían finalistas pues la Isla quedaría eliminada, con 24-21. ¿Posible? ¡Vaya usted a asegurar o negar algo en esta Serie Nacional que no se ha parecido a ninguna!