Todo parecía indicar que el tren llegaría a la segunda fase de la presente Serie Nacional con un vagón repleto de Elefantes. Un enmudecido estadio Capitán San Luis estaba destinado a atestiguar la clasificación de los cienfuegueros. Solo un out separaba a los sureños del objetivo, y para conseguirlo contaban con los buenos oficios de Duniel Ibarra, el apagafuegos más consistente de los últimos tiempos. Pero en un pestañazo la historia cambió.

Pedro Luis Rodríguez prendió la mecha con el cañonazo que llenó las bases. Lorenzo Quintana le imitó para romper la lechada y después de un costosísimo error del receptor Adir Ferrán, Donal Duarte repitió la dosis que puso la igualdad en la pizarra. Los tabaqueros no se daban por vencidos, y en el graderío, ni siquiera aquellos que conservaron la fe, podían prever la apoteosis.

El alto mando visitante apostó por la salida de Ibarra, trajo del bullpen a Leodosbel Sánchez, y prefirió lanzarle a Peraza antes que llenar las bases y trabajar a Saavedra. Y lo pagó caro.

El designado vueltabajero, como otras veces ha hecho, no lo perdonó y le desapareció la pelota por el jardín izquierdo para mantener a flote las aspiraciones de los suyos. ¡Cómo me hubiese gustado ver aquello!

De perlas le vino el triunfo a la tropa de Giraldo González, pues en Bayamo los Alazanes granmenses se desbocaron ante el pitcheo de los tuneros —mal defendidos con seis errores—, al que le marcaron carreras en seis de las siete entradas que jugaron antes del fuera de combate. A Alfredo Despaigne no le gustó la compañía en el liderazgo de jonrones, y despachó su décimo vuelacercas de la campaña. También la sacaron del parque los vencedores Samón y Barrabí.

Mientras, los Gallos espirituanos no se quitaron las espuelas después de convertirse en los primeros clasificados, y terminaron de pasarle la escoba a los Indios de Guantánamo.

Lo de la defensa yayabera —cuatro pifias en el duelo— parece no tener remedio, y eso que jugaban en el Huelga, del cual deben conocer hasta su más mínima piedrecita. Sin embargo, su pitcheo no flaquea y los bateadores continúan respondiendo en los momentos oportunos para seguir defendiendo su privilegiada posición.

A su vez, los pineros hicieron todo lo que estaba a su alcance para certificar su avance, pues derrotaron a los monarcas Tigres avileños en su misma jaula. Los «cuestionados» Luis Felipe Rivera y Raicel Iglesias combinaron experiencia y juventud para erigirse como pilares del éxito. El primero llevando la pelota más allá de los límites en el segundo capítulo, y el otro lanzando siete entradas sin permitir carreras.

El tropiezo pone a los avileños en la zona de peligro, de la que se alejaron un poco los Sabuesos holguineros tras capitular ante los agramontinos.

También a la luz del sol, las Avispas santiagueras firmaron su primera barrida del torneo, y sus víctimas fueron los Cazadores artemiseños, sumidos cada vez más en el sótano de la tabla de posiciones.

Ambos equipos ya están destinados a ver desde lejos el desenlace de la presente campaña, y ya algunos equipos comienzan a pensar en varios de sus integrantes para reforzar sus respectivas plantillas.

Comoquiera que ya solo falta muy poco para bajar el telón de la etapa inicial del torneo, pronto estaremos escribiendo sobre los posibles jugadores que pudieran integrar la llamada «bolsa». No obstante, les invitamos a enviarnos sus criterios sobre el tema a la dirección electrónica esquinacaliente@juventudrebelde.cu para ponerle más temperatura a nuestra Esquina caliente.