De la 54 se ha dicho todo y no me cansaría de escribir que lo mejor que le pasó fue la Isla de la Juventud
“Esperaba hicieras un resumen de la pasada Serie Nacional”. La observación pareciera del director del periódico, pero es de Juan Manuel, uno de nuestros fervientes aficionados. Y entre las cosas que me comenta está el formato de la campaña beisbolera, sobre el cual dice que bajo ningún concepto se deben reducir los 16 equipos.
Moises Orta y Omar Expósito, otros dos exigentes seguidores del pasatiempo nacional, me preguntan si no voy a decir nada sobre las declaraciones del mentor de Pinar del Río, Alfonso Urquiola, que se regaron como pólvora en la red, al afirmar el vueltabajero que en la pelota había corrupción o que estaba decepcionado, razón por la cual no dirigiría más.
Gustavo Dueñas, fiel a su roja Matanzas, me increpó con preocupación: ¿Víctor seguirá con los Cocodrilos? Y Pedrito García me soltó otro tema trepado en el hit parade de las bolas y los strike ¿Qué hay detrás de lo de Yulieski Gurriel?
De la 54 se ha dicho todo y no me cansaría de escribir que lo mejor que le pasó fue la Isla de la Juventud. Demostró que no hace falta una receta cargada de especies exóticas para un buen gusto, basta con mezclar bien lo que se tiene para un sabor exquisito. Los insulares nos regalaron un manjar que tuvo en suspenso al país, hasta que fue degustado por el equipo de mejor prestancia, entiéndase funcionamiento orgánico y en consecuencia rendimiento, en la temporada. Ciego de Ávila no fue obra de la casualidad, su segundo título, responde a que ningún otro jugó una pelota tan cohesionada, sin improvisaciones y coherente de acuerdo con la exigencia del rival.
Y sería injusto si faltara en la recién finalizada contienda un reconocimiento a los árbitros. No quiero ser absoluto ni exagerado, por eso solo digo que hacía mucho no veíamos tan destacada y certera actuación. Ellos también pegaron de jonrón e impulsaron la decisiva en el epílogo de la 54.
Sobre lo que todos llamamos estructura, cuando nos referimos al esquema competitivo de nuestro béisbol, he sido un defensor de sustituir ese vocablo por el de sistema de competencia de la pelota cubana, en el cual habiten varias estructuras: lides escolares, juveniles, campeonatos provinciales, serie nacional y el torneo élite, con menos conjuntos y más concentrada la calidad.
Veo a la actual justa Sub-23, que como ya se ha anunciado iniciaría en este 2015 el 21 del venidero mes de junio hasta el 15 de agosto, como el espacio idóneo para que adquiera carácter y jerarquía de campeonato nacional con sus 16 equipos. Solo que, a nuestro modo de ver, necesitaría más que los 36 juegos calendariados ahora, lo cual exigiría llevarla hasta mediados de septiembre. Detrás de ella y entre noviembre, diciembre y enero, podría hallar espacio lo que también hemos promovido como Liga Cubana de Béisbol (LCB), con seis conjuntos actuando como clubes, con identidad y autonomía de gestión, pero regidos por la Dirección Nacional de Béisbol, en calidad de rectora de la competencia y responsable de todos sus reglamentos.
Como hemos dicho, una temporada con ese diseño, no nos frenaría ningún calendario, pues las Series del Caribe, a la que asistiría el titular de esa sexagonal, se desarrollan en febrero; el Clásico Mundial, en marzo, y el Premier 12, aunque es en noviembre, involucra solo a un grupo de jugadores, que se incorporarían tras cubrir ese compromiso. El número de atletas por equipo de la LCB no debería pasar de 32, lo cual podría incrementar el salario de los protagonistas. Dicho sea de paso, vemos con acierto que ese sea el número en cada plantilla para la 55 Serie Nacional, que también se ha anunciado, será igual que la 54.
Sobre este tema muchos aficionados nos han hecho llegar disímiles propuestas. El 15 de marzo del 2014 les mostramos en nuestra web la de Tino Iturralde, un estudioso cienfueguero, con quien tenemos muchos puntos en común y que ahora acaba de enviarnos otra versión que puede verse en www.granma.cu.
¿Urquiola? Quien conoce a Alfonso, sabe de sus cualidades de hombre humilde, modesto, sincero y de pocas palabras. No creo que haya empleado el término corrupción como el delito de aquellos que utilizan sus funciones y medios para sacar provecho económico o de otra índole; sino por su estado de decepción, pues quien ama el béisbol, porque es su vida, como la suya, sufre cada acto que lo flagela.
Ver una final con uniformes con las letras colgando o sin ellas; una pizarra, como la del José Ramón Cepero avileño, que no puede registrar el partido; a los protagonistas de esa porfía sometidos a largos e intensos viajes sin una adecuada relación trabajo-descanso, que cuando es la correcta tributa un gran por ciento al espectáculo, lacera lo que hemos definido como una expresión de cultura nacional. La gala celebrada el pasado miércoles, pese a los esfuerzos y la calidad artística que sí llenó todo el bate, quedó por debajo. Faltó allí el principal, la afición, que hubiera repletado el el coliseo de la Ciudad Deportiva para ver de traje y corbata a sus ídolos y aplaudirlos.
El béisbol necesita de propuestas proactivas, donde el pelotero sea lo más importante. Se ha hecho mucho, por ejemplo en los club house, pero falta más en pos de crearles condiciones de vida adecuadas, como falta en concebir a nuestra pelota como espectáculo, en el cual el aficionado, además de espectador participe, lo mismo adquiriendo una camiseta de su jugador favorito, que lanzando la bola inicial en los partidos de la temporada. Si a la entrada del estadio, al azar, se otorgan dos boletos, uno que diga lanzador y otro bateador, cualquier aficionado podría ser el elegido para subirse a la lomita o empuñar el madero en esa sencilla ceremonia. En un país como el nuestro cualquier iniciativa hace grande al béisbol y a su pueblo.
Dueñas puede dormir tranquilo, Víctor Mesa no es de los que se retira, porque como Urquiola, Machado o Pantoja, le corre la pelota por las venas, sentirla así es la mejor manera de respetarla y de premiar al que llena las graderías. ¿Tras lo de Yulieski? Creo que deberíamos ante un contrato, lo mismo en el país que fuera, ser serios y cumplirlo. En los lineamientos aprobados en el Sexto Congreso del Partido, justamente en el diez, se define como instrumento esencial para la gestión económica. Pero hay que hacerlo bien, sin que el pelotero sufra y para eso es necesario contemplarlo todo en la negociación, elaboración, ejecución, reclamación y en la firma de este.
La pelota también necesita orden en aras de dotarla de profesionalidad, pues calidad le sobra. Tenemos hoy una de las mejores materias primas del mundo, el reto es hacerla un mejor producto.
“Esperaba hicieras un resumen de la pasada Serie Nacional”. La observación pareciera del director del periódico, pero es de Juan Manuel, uno de nuestros fervientes aficionados. Y entre las cosas que me comenta está el formato de la campaña beisbolera, sobre el cual dice que bajo ningún concepto se deben reducir los 16 equipos.
Moises Orta y Omar Expósito, otros dos exigentes seguidores del pasatiempo nacional, me preguntan si no voy a decir nada sobre las declaraciones del mentor de Pinar del Río, Alfonso Urquiola, que se regaron como pólvora en la red, al afirmar el vueltabajero que en la pelota había corrupción o que estaba decepcionado, razón por la cual no dirigiría más.
Gustavo Dueñas, fiel a su roja Matanzas, me increpó con preocupación: ¿Víctor seguirá con los Cocodrilos? Y Pedrito García me soltó otro tema trepado en el hit parade de las bolas y los strike ¿Qué hay detrás de lo de Yulieski Gurriel?
De la 54 se ha dicho todo y no me cansaría de escribir que lo mejor que le pasó fue la Isla de la Juventud. Demostró que no hace falta una receta cargada de especies exóticas para un buen gusto, basta con mezclar bien lo que se tiene para un sabor exquisito. Los insulares nos regalaron un manjar que tuvo en suspenso al país, hasta que fue degustado por el equipo de mejor prestancia, entiéndase funcionamiento orgánico y en consecuencia rendimiento, en la temporada. Ciego de Ávila no fue obra de la casualidad, su segundo título, responde a que ningún otro jugó una pelota tan cohesionada, sin improvisaciones y coherente de acuerdo con la exigencia del rival.
Y sería injusto si faltara en la recién finalizada contienda un reconocimiento a los árbitros. No quiero ser absoluto ni exagerado, por eso solo digo que hacía mucho no veíamos tan destacada y certera actuación. Ellos también pegaron de jonrón e impulsaron la decisiva en el epílogo de la 54.
Sobre lo que todos llamamos estructura, cuando nos referimos al esquema competitivo de nuestro béisbol, he sido un defensor de sustituir ese vocablo por el de sistema de competencia de la pelota cubana, en el cual habiten varias estructuras: lides escolares, juveniles, campeonatos provinciales, serie nacional y el torneo élite, con menos conjuntos y más concentrada la calidad.
Veo a la actual justa Sub-23, que como ya se ha anunciado iniciaría en este 2015 el 21 del venidero mes de junio hasta el 15 de agosto, como el espacio idóneo para que adquiera carácter y jerarquía de campeonato nacional con sus 16 equipos. Solo que, a nuestro modo de ver, necesitaría más que los 36 juegos calendariados ahora, lo cual exigiría llevarla hasta mediados de septiembre. Detrás de ella y entre noviembre, diciembre y enero, podría hallar espacio lo que también hemos promovido como Liga Cubana de Béisbol (LCB), con seis conjuntos actuando como clubes, con identidad y autonomía de gestión, pero regidos por la Dirección Nacional de Béisbol, en calidad de rectora de la competencia y responsable de todos sus reglamentos.
Como hemos dicho, una temporada con ese diseño, no nos frenaría ningún calendario, pues las Series del Caribe, a la que asistiría el titular de esa sexagonal, se desarrollan en febrero; el Clásico Mundial, en marzo, y el Premier 12, aunque es en noviembre, involucra solo a un grupo de jugadores, que se incorporarían tras cubrir ese compromiso. El número de atletas por equipo de la LCB no debería pasar de 32, lo cual podría incrementar el salario de los protagonistas. Dicho sea de paso, vemos con acierto que ese sea el número en cada plantilla para la 55 Serie Nacional, que también se ha anunciado, será igual que la 54.
Sobre este tema muchos aficionados nos han hecho llegar disímiles propuestas. El 15 de marzo del 2014 les mostramos en nuestra web la de Tino Iturralde, un estudioso cienfueguero, con quien tenemos muchos puntos en común y que ahora acaba de enviarnos otra versión que puede verse en www.granma.cu.
¿Urquiola? Quien conoce a Alfonso, sabe de sus cualidades de hombre humilde, modesto, sincero y de pocas palabras. No creo que haya empleado el término corrupción como el delito de aquellos que utilizan sus funciones y medios para sacar provecho económico o de otra índole; sino por su estado de decepción, pues quien ama el béisbol, porque es su vida, como la suya, sufre cada acto que lo flagela.
Ver una final con uniformes con las letras colgando o sin ellas; una pizarra, como la del José Ramón Cepero avileño, que no puede registrar el partido; a los protagonistas de esa porfía sometidos a largos e intensos viajes sin una adecuada relación trabajo-descanso, que cuando es la correcta tributa un gran por ciento al espectáculo, lacera lo que hemos definido como una expresión de cultura nacional. La gala celebrada el pasado miércoles, pese a los esfuerzos y la calidad artística que sí llenó todo el bate, quedó por debajo. Faltó allí el principal, la afición, que hubiera repletado el el coliseo de la Ciudad Deportiva para ver de traje y corbata a sus ídolos y aplaudirlos.
El béisbol necesita de propuestas proactivas, donde el pelotero sea lo más importante. Se ha hecho mucho, por ejemplo en los club house, pero falta más en pos de crearles condiciones de vida adecuadas, como falta en concebir a nuestra pelota como espectáculo, en el cual el aficionado, además de espectador participe, lo mismo adquiriendo una camiseta de su jugador favorito, que lanzando la bola inicial en los partidos de la temporada. Si a la entrada del estadio, al azar, se otorgan dos boletos, uno que diga lanzador y otro bateador, cualquier aficionado podría ser el elegido para subirse a la lomita o empuñar el madero en esa sencilla ceremonia. En un país como el nuestro cualquier iniciativa hace grande al béisbol y a su pueblo.
Dueñas puede dormir tranquilo, Víctor Mesa no es de los que se retira, porque como Urquiola, Machado o Pantoja, le corre la pelota por las venas, sentirla así es la mejor manera de respetarla y de premiar al que llena las graderías. ¿Tras lo de Yulieski? Creo que deberíamos ante un contrato, lo mismo en el país que fuera, ser serios y cumplirlo. En los lineamientos aprobados en el Sexto Congreso del Partido, justamente en el diez, se define como instrumento esencial para la gestión económica. Pero hay que hacerlo bien, sin que el pelotero sufra y para eso es necesario contemplarlo todo en la negociación, elaboración, ejecución, reclamación y en la firma de este.
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