La única verdad en la pelota es que no hay cosas imposibles. Por estos días, luego de un comienzo más que incierto, Pinar del Río se empeña en demostrarlo. Por desgracia, hoy la lección tuvo a nuestro equipo como “tema de clase” en su primera salida ante la afición que colmó el parque “Capitán San Luis”.
Esta vez el marcador se “tiñó” de verde 1-4, con derrota a la cuenta del derecho Fidel Romero (su primera sin definiciones, en lo que va de campeonato). El éxito fue para Yosbany Torres (2-3) y el salvado quedó en el registro de Vladimir Gutiérrez (5). Los del Occidente se anotaron además un cuadrangular a nombre de David Castillo.
Cumplida con la cortesía de reflejar el desempeño de los ganadores, apunto la labor de nuestra armada. Comencemos por el abridor. Una peculiar decisión signó el compromiso inicial en predios vueltabajeros: Fidel Romero, un hombre que hasta ahora se había mantenido desempeñando labores de relevista (ocho partidos en la segunda línea).
Tal sorpresa no resulta inédita. A lo largo de la campaña Camagüey ha aplicado diversas variantes para abrir sus juegos. Además de los hombres “fijos” de la rotación (Vicyonhadri Odelín y Norge Luis Ruiz), también han marcado primero Dariel Góngora, Arbelio Quiroz, Frank Madan y Lisander Hernández, con éxito discreto en todos los casos.
Sin embargo, y siendo justos, Romero no tuvo una mala tarde; caminó cinco completos en los que toleró par de limpias (una de ellas por el único vuelacerca del desafío) y en su hoja de anotaciones quedaron cuatro hits, igual cantidad de boletos y tres ponches.
José Ramón Rodríguez, Yosimar Cousin y Carlos Pérez lanzaron el resto del partido; el primero en un tercio sufrió par de llegadas al plato en las que contó con el mal respaldo del novato Cousin, y Pérez asumió sin sobresaltos la tarea de retirar el octavo.
Por nuestra batería los más notables fueron Dary Bartolomé, con el doble impulsador de la igualada (sexto capítulo), y Dairon Blanco, Alexander Ayala y Rafael Lastre, todos con par de incogibles en cuatro turnos, y el primero de ellos con nuestra única anotada.
En suma, Pinar abrió delante en el tercero, Camagüey emparejó en el sexto y los anfitriones se fueron con tres arriba en la despedida de esa misma entrada; pocos sobresaltos y muy buena labor de los serpentineros pativerdes, que en todo el encuentro aceptaron ocho imparables.
Sin intenciones de pecar por absoluta, nada como para celebrar. Perdimos ante un equipo en pleno ascenso, que por demás nos puso frente a su mejor lanzador, pero nada más. Ni fue una de esas tardes que vale la pena recordar, ni –al menos– alguno de nuestros hombres se distinguió por alguna actuación especialmente sobresaliente.
Las palmas entonces para una selección (la pinareña) que a fuerza de vergüenza lucha por sacudirse el mal paso de los inicios de campeonato; por Camagüey no queda mucho por decir.
Esta vez el marcador se “tiñó” de verde 1-4, con derrota a la cuenta del derecho Fidel Romero (su primera sin definiciones, en lo que va de campeonato). El éxito fue para Yosbany Torres (2-3) y el salvado quedó en el registro de Vladimir Gutiérrez (5). Los del Occidente se anotaron además un cuadrangular a nombre de David Castillo.
Cumplida con la cortesía de reflejar el desempeño de los ganadores, apunto la labor de nuestra armada. Comencemos por el abridor. Una peculiar decisión signó el compromiso inicial en predios vueltabajeros: Fidel Romero, un hombre que hasta ahora se había mantenido desempeñando labores de relevista (ocho partidos en la segunda línea).
Tal sorpresa no resulta inédita. A lo largo de la campaña Camagüey ha aplicado diversas variantes para abrir sus juegos. Además de los hombres “fijos” de la rotación (Vicyonhadri Odelín y Norge Luis Ruiz), también han marcado primero Dariel Góngora, Arbelio Quiroz, Frank Madan y Lisander Hernández, con éxito discreto en todos los casos.
Sin embargo, y siendo justos, Romero no tuvo una mala tarde; caminó cinco completos en los que toleró par de limpias (una de ellas por el único vuelacerca del desafío) y en su hoja de anotaciones quedaron cuatro hits, igual cantidad de boletos y tres ponches.
José Ramón Rodríguez, Yosimar Cousin y Carlos Pérez lanzaron el resto del partido; el primero en un tercio sufrió par de llegadas al plato en las que contó con el mal respaldo del novato Cousin, y Pérez asumió sin sobresaltos la tarea de retirar el octavo.
Por nuestra batería los más notables fueron Dary Bartolomé, con el doble impulsador de la igualada (sexto capítulo), y Dairon Blanco, Alexander Ayala y Rafael Lastre, todos con par de incogibles en cuatro turnos, y el primero de ellos con nuestra única anotada.
En suma, Pinar abrió delante en el tercero, Camagüey emparejó en el sexto y los anfitriones se fueron con tres arriba en la despedida de esa misma entrada; pocos sobresaltos y muy buena labor de los serpentineros pativerdes, que en todo el encuentro aceptaron ocho imparables.
Sin intenciones de pecar por absoluta, nada como para celebrar. Perdimos ante un equipo en pleno ascenso, que por demás nos puso frente a su mejor lanzador, pero nada más. Ni fue una de esas tardes que vale la pena recordar, ni –al menos– alguno de nuestros hombres se distinguió por alguna actuación especialmente sobresaliente.
Las palmas entonces para una selección (la pinareña) que a fuerza de vergüenza lucha por sacudirse el mal paso de los inicios de campeonato; por Camagüey no queda mucho por decir.
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