Similar a un crucigrama aritmético, sume por aquí, reste por allá, o al ajedrez con sus disímiles variantes, así se nos presenta el epílogo de la 53 Serie Nacional de Béisbol, en su etapa clasificatoria, en la cual aparecen tres equipos empatados en promedio de ganados y perdidos, luchando por las dos plazas que quedan vacantes.
Ellos son Santiago de Cuba, Artemisa y Ciego de Ávila, los cuales exhiben un balance de 22 victorias y 20 fracasos, como resultado de los desenlaces de las subseries que se iniciaron el martes y concluyeron el jueves.
Una simple ojeada a la tabla de posiciones indica que no hay nada decidido aún por lo que obligatoriamente habrá que esperar qué sucede en la doble jornada de mañana sábado y en los juegos sencillos del domingo, siempre con hora de comienzo a las diez de la mañana.
Las avispas santiagueras, después de picar en el primer pleito ante la novena vueltabajera, con Aalín Delá en la lomita, cayeron en los dos restantes compromisos, nada menos que con Alberto Bicet y Danny Betancourt.
Además hay que reconocer que batearon poco, tres indiscutibles en un choque, y siete aislados hits en el otro. Si a esto usted le suma el par de errores cometidos en cada uno de los encuentros, entonces no resulta difícil encontrar el porqué de estos descalabros.
Por otra parte, los cazadores artemiseños barrieron con los gallos espirituanos, de las tres sonrisas dos fueron por el margen de una carrera, pero en el béisbol esto no cuenta, ya que los éxitos al fin al cabo éxitos son.
Los tigres avileños se vieron imposibilitados de aplicarle la escoba a los leones azules de la capital, cuando perdieron el segundo partido, ese que inexplicablemente fue sellado por oscuridad y hubo que reanudarlo al otro día, en un estadio donde hay luz artificial, que incluso llegó a encenderse.
Desde el punto de vista posicional el combinado rojinegro presenta una ligera ventaja sobre sus dos rivales pues a cada uno de ellos les ganó la subserie particular. O sea, que en caso de empate con cualquiera de los dos, el boleto sería para los indómitos.
Sin embargo, los montañeses tienen en contra el tener un final de competencia muy espinoso al concluir la justa con Matanzas, en el "Victoria de Girón", mientras que Artemisa finaliza con Granma y Ciego de Ávila con Mayabeque.
Si bien esto es lo que se aprecia en el papel, en el terreno es donde se dicta la última palabra, sin dejar de reconocer que la misión que tienen por delante lo santiagueros es difícil pero no imposible: ganar y ganar para no depender de nadie.
Ellos son Santiago de Cuba, Artemisa y Ciego de Ávila, los cuales exhiben un balance de 22 victorias y 20 fracasos, como resultado de los desenlaces de las subseries que se iniciaron el martes y concluyeron el jueves.
Una simple ojeada a la tabla de posiciones indica que no hay nada decidido aún por lo que obligatoriamente habrá que esperar qué sucede en la doble jornada de mañana sábado y en los juegos sencillos del domingo, siempre con hora de comienzo a las diez de la mañana.
Las avispas santiagueras, después de picar en el primer pleito ante la novena vueltabajera, con Aalín Delá en la lomita, cayeron en los dos restantes compromisos, nada menos que con Alberto Bicet y Danny Betancourt.
Además hay que reconocer que batearon poco, tres indiscutibles en un choque, y siete aislados hits en el otro. Si a esto usted le suma el par de errores cometidos en cada uno de los encuentros, entonces no resulta difícil encontrar el porqué de estos descalabros.
Por otra parte, los cazadores artemiseños barrieron con los gallos espirituanos, de las tres sonrisas dos fueron por el margen de una carrera, pero en el béisbol esto no cuenta, ya que los éxitos al fin al cabo éxitos son.
Los tigres avileños se vieron imposibilitados de aplicarle la escoba a los leones azules de la capital, cuando perdieron el segundo partido, ese que inexplicablemente fue sellado por oscuridad y hubo que reanudarlo al otro día, en un estadio donde hay luz artificial, que incluso llegó a encenderse.
Desde el punto de vista posicional el combinado rojinegro presenta una ligera ventaja sobre sus dos rivales pues a cada uno de ellos les ganó la subserie particular. O sea, que en caso de empate con cualquiera de los dos, el boleto sería para los indómitos.
Sin embargo, los montañeses tienen en contra el tener un final de competencia muy espinoso al concluir la justa con Matanzas, en el "Victoria de Girón", mientras que Artemisa finaliza con Granma y Ciego de Ávila con Mayabeque.
Si bien esto es lo que se aprecia en el papel, en el terreno es donde se dicta la última palabra, sin dejar de reconocer que la misión que tienen por delante lo santiagueros es difícil pero no imposible: ganar y ganar para no depender de nadie.