El deterioro del campeonato cubano de pelota es tal que figuras de trayectoria y aún con capacidades deportivas por explotar prefieren emigrar legalmente a otros torneos. Pero no estoy hablando de ligas respetables como la japonesa, adonde jugará próximamente Frederich Cepeda, sino de certámenes como el italiano, considerado por algunos optimistas como un evento de categoría AA.
Me refiero a los casos del cienfueguero Norberto González y el tunero Joan Carlos Pedroso, quienes dijeron adiós a la Serie Nacional para desempeñarse en la península con el modesto Nettuno 2, recién ascendido a la Primera División.
El zurdo de la Perla del Sur dijo que colgaría el guante al término de la campaña antepasada, pero luego sopesó variantes y decidió estirar el brazo hasta donde le dé en busca de mejoras económicas de cara al porvenir. Mientras, el slugger oriental había sido desdeñado por su provincia, que ignoró los 300 jonrones que han salido del bate del moreno.
Pues bien, allá están ambos, vistiendo una camiseta que jamás imaginaron, ni vieron en ninguna postalita. Norberto lanzó hace unos días a magnífico nivel (seis entradas, una limpia, cinco ponches) pero una vez más sus compañeros no lo respaldaron y el siniestro perdió por tercera ocasión. Sin embargo, su promedio de efectividad de 1.80 (5 en 25.0 entradas) habla claramente del predominio que aún ejerce sobre los maderos adversarios.
Por su parte, Pedroso está ubicado como cuarto bate y al momento de revisar las estadísticas ocupaba plaza entre los diez primeros en dobles (3), OPS (.929) y OBP (.429).
Otros cubanos que se desempeñan allí, pero estos con residencia fuera de la Isla, son Laidel Chapellí, Rolexis Molina y Enobel Márquez.
En su séptima temporada en el circuito, Chapellí –ya nacionalizado italiano- aprovechó la cuarta fecha de contienda para arrollar precisamente al Nettuno 2, en defensa de los colores del Padova. Ese fin de semana, el natural de Camagüey conectó de 9-6 y exhibe actualmente 13 hits en 26 oportunidades (average de .500), con promedio de embasado de .588 y OPS de 1165.
Molina, en tanto, ha comenzado frío desde el tercer turno atacante de los Godo Knights y apenas acumula siete imparables en 27 turnos (.259), sin la sombra de un extrabase. Y por último, Márquez marcha al frente del PCL al no permitir carreras limpias en 8.1 innings laborados como relevista.
Sin el caché de las Grandes Ligas norteamericanas o japonesas, la Liga Italiana merecerá de todos modos otros comentarios en este mismo espacio, de manera que la afición sepa del rendimiento de sus compatriotas allende el Atlántico, y la información no quede reservada a las proezas de José Dariel Abreu, Aroldis Chapman, José Fernández, Yasiel Puig o Alfredo Despaigne, que ya empieza a carburar en la pelota mexicana.
Me refiero a los casos del cienfueguero Norberto González y el tunero Joan Carlos Pedroso, quienes dijeron adiós a la Serie Nacional para desempeñarse en la península con el modesto Nettuno 2, recién ascendido a la Primera División.
El zurdo de la Perla del Sur dijo que colgaría el guante al término de la campaña antepasada, pero luego sopesó variantes y decidió estirar el brazo hasta donde le dé en busca de mejoras económicas de cara al porvenir. Mientras, el slugger oriental había sido desdeñado por su provincia, que ignoró los 300 jonrones que han salido del bate del moreno.
Pues bien, allá están ambos, vistiendo una camiseta que jamás imaginaron, ni vieron en ninguna postalita. Norberto lanzó hace unos días a magnífico nivel (seis entradas, una limpia, cinco ponches) pero una vez más sus compañeros no lo respaldaron y el siniestro perdió por tercera ocasión. Sin embargo, su promedio de efectividad de 1.80 (5 en 25.0 entradas) habla claramente del predominio que aún ejerce sobre los maderos adversarios.
Por su parte, Pedroso está ubicado como cuarto bate y al momento de revisar las estadísticas ocupaba plaza entre los diez primeros en dobles (3), OPS (.929) y OBP (.429).
Otros cubanos que se desempeñan allí, pero estos con residencia fuera de la Isla, son Laidel Chapellí, Rolexis Molina y Enobel Márquez.
En su séptima temporada en el circuito, Chapellí –ya nacionalizado italiano- aprovechó la cuarta fecha de contienda para arrollar precisamente al Nettuno 2, en defensa de los colores del Padova. Ese fin de semana, el natural de Camagüey conectó de 9-6 y exhibe actualmente 13 hits en 26 oportunidades (average de .500), con promedio de embasado de .588 y OPS de 1165.
Molina, en tanto, ha comenzado frío desde el tercer turno atacante de los Godo Knights y apenas acumula siete imparables en 27 turnos (.259), sin la sombra de un extrabase. Y por último, Márquez marcha al frente del PCL al no permitir carreras limpias en 8.1 innings laborados como relevista.
Sin el caché de las Grandes Ligas norteamericanas o japonesas, la Liga Italiana merecerá de todos modos otros comentarios en este mismo espacio, de manera que la afición sepa del rendimiento de sus compatriotas allende el Atlántico, y la información no quede reservada a las proezas de José Dariel Abreu, Aroldis Chapman, José Fernández, Yasiel Puig o Alfredo Despaigne, que ya empieza a carburar en la pelota mexicana.
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