El béisbol es pasión de los cubanos y los holguineros no nos quedamos detrás; la magia de este deporte de bolas y strikes nos atrapa y nos convierte en jugadores, analistas, árbitros y hasta directores.
Muchos quedaron decepcionados con la discreta actuación de los Cachorros holguineros en la campaña número 57, preguntándose ¿por qué no mordieron los Cachorros?
En este tema hay bastante tela por donde cortar, iniciando por las ausencias de peloteros que fueron claves en las novenas regulares de las pasadas serie nacionales (Yordan Manduley, Luis Domínguez, José Antonio Castañeda y Yeison Pacheco) con gran peso en los aspectos ofensivos y defensivos del elenco.
A ello se unen problemáticas presentadas durante la preparación con la alimentación de los preseleccionados, que impidieron al equipo técnico, aplicar cargas de trabajo a varios jugadores, minimizando su alistamiento para la competencia.
Para colmo, enfermedades virales que persiguieron a varios jugadores, antes y durante la serie, sacándolos de los terrenos e impidiendo alcanzar su forma deportiva y desempeño en el campo de juego.
Al arrancar la temporada, el alto mando holguinero se vio obligado a utilizar al receptor Raudelín Legrá en la posición de antesalista y mover a su tercera base titular, Yunior Paumier, para las labores de utility, así como alternar jugadores en el campo corto y la segunda base, estrategia que no surtió efecto, si tenemos en cuenta el pobre average defensivo mostrado por los cachorros (967 con 59 errores a más de una pifia por partido) que a la postre costaron varias derrotas.
En este aspecto muchos se preguntan ¿Por qué ante esta situación no se dejaron en el conjunto peloteros naturales de esa posición? Pero lo cierto es que cuando miramos a los no convocados, nos damos cuenta que no hay casi nada para escoger.
En cuanto al picheo, el cuerpo de abridores dejó mucho que desear (10 victorias y 17 fracasos y PCL de 5,47) con la excepción de Luís Ángel Gómez (4 y 0 y PCL de 1.70). En este sentido vimos lanzadores con muy poca velocidad, escasos recursos, dificultades en la concentración y grandes problemas para salir de situaciones con corredores en circulación.
Pero el picheo relevo no se queda detrás (seis sonrisas y nueve derrotas y PCL 5.79), con la diferencia de Yunier Suárez (2-2 y 7 salvados) y algunos destellos de Wilson Paredes (3 y 6) el resto fue incapaz de mantener una ventaja o solucionar entradas con corredores en circulación, siendo bateados por los contrarios.
En el aspecto ofensivo la producción de carreras y el bateo con hombres en circulación continúo siendo un mal para los equipos holguineros, aunque este apartado se mejoró en el último tercio del campeonato con un aceptable average de 280 con 233 carreras remolcadas.
Vimos jugadores con responsabilidades de impulsar dentro de la novena, que no cumplieron con su rol. Aquí destacar las actuaciones de Yunior Plumier, Raudelín Legra y Geydi Soler todos por encima de 300 y con 29 o más remolcadas para el plato.
Hay otros aspectos que no van a la hoja de anotación pero tienen un gran peso en cada juego; la concentración, el adelantarse a cada situación del partido, la selección de lanzamientos, el corrido de las bases y la decisión para enfrentar determinadas situaciones, elementos que fallaron dentro de la serie por los discípulos de Noelvis González.
Y ya que tocamos la Dirección del conjunto, es cierto que el alto mando de los Cachorros tomó –en algunas ocasiones- decisiones poco ortodoxas, en su afán de sacarle dividendos a cada jugador e incrementar las carreras anotadas, pero le recuerdo que no se le pueden pedir peras al olmo y cuando miramos la nómina holguinera nos damos cuenta que no hay mucho para escoger.
Noelvis González se puede haber equivocado como cualquier director, como ocurre en cualquier colectivo, pero lo cierto es que tiene un vasto conocimiento del béisbol, resaltado por las máximas autoridades de este deporte en Cuba, demostrado en el terreno de juego con resultados objetivos y admirado por entrenadores y atletas.
La verdad es que a Holguín le falló casi todo, y cuando se juega mal a la pelota, no se puede aspirar a resultados positivos, es momento de criticar y analizar en donde nos equivocamos, qué nos faltó por hacer, para trabajar duro desde la Serie Provincial con el propósito de que los Cachorros vuelvan a morder en la campaña 58.
Muchos quedaron decepcionados con la discreta actuación de los Cachorros holguineros en la campaña número 57, preguntándose ¿por qué no mordieron los Cachorros?
En este tema hay bastante tela por donde cortar, iniciando por las ausencias de peloteros que fueron claves en las novenas regulares de las pasadas serie nacionales (Yordan Manduley, Luis Domínguez, José Antonio Castañeda y Yeison Pacheco) con gran peso en los aspectos ofensivos y defensivos del elenco.
A ello se unen problemáticas presentadas durante la preparación con la alimentación de los preseleccionados, que impidieron al equipo técnico, aplicar cargas de trabajo a varios jugadores, minimizando su alistamiento para la competencia.
Para colmo, enfermedades virales que persiguieron a varios jugadores, antes y durante la serie, sacándolos de los terrenos e impidiendo alcanzar su forma deportiva y desempeño en el campo de juego.
Al arrancar la temporada, el alto mando holguinero se vio obligado a utilizar al receptor Raudelín Legrá en la posición de antesalista y mover a su tercera base titular, Yunior Paumier, para las labores de utility, así como alternar jugadores en el campo corto y la segunda base, estrategia que no surtió efecto, si tenemos en cuenta el pobre average defensivo mostrado por los cachorros (967 con 59 errores a más de una pifia por partido) que a la postre costaron varias derrotas.
En este aspecto muchos se preguntan ¿Por qué ante esta situación no se dejaron en el conjunto peloteros naturales de esa posición? Pero lo cierto es que cuando miramos a los no convocados, nos damos cuenta que no hay casi nada para escoger.
En cuanto al picheo, el cuerpo de abridores dejó mucho que desear (10 victorias y 17 fracasos y PCL de 5,47) con la excepción de Luís Ángel Gómez (4 y 0 y PCL de 1.70). En este sentido vimos lanzadores con muy poca velocidad, escasos recursos, dificultades en la concentración y grandes problemas para salir de situaciones con corredores en circulación.
Pero el picheo relevo no se queda detrás (seis sonrisas y nueve derrotas y PCL 5.79), con la diferencia de Yunier Suárez (2-2 y 7 salvados) y algunos destellos de Wilson Paredes (3 y 6) el resto fue incapaz de mantener una ventaja o solucionar entradas con corredores en circulación, siendo bateados por los contrarios.
En el aspecto ofensivo la producción de carreras y el bateo con hombres en circulación continúo siendo un mal para los equipos holguineros, aunque este apartado se mejoró en el último tercio del campeonato con un aceptable average de 280 con 233 carreras remolcadas.
Vimos jugadores con responsabilidades de impulsar dentro de la novena, que no cumplieron con su rol. Aquí destacar las actuaciones de Yunior Plumier, Raudelín Legra y Geydi Soler todos por encima de 300 y con 29 o más remolcadas para el plato.
Hay otros aspectos que no van a la hoja de anotación pero tienen un gran peso en cada juego; la concentración, el adelantarse a cada situación del partido, la selección de lanzamientos, el corrido de las bases y la decisión para enfrentar determinadas situaciones, elementos que fallaron dentro de la serie por los discípulos de Noelvis González.
Y ya que tocamos la Dirección del conjunto, es cierto que el alto mando de los Cachorros tomó –en algunas ocasiones- decisiones poco ortodoxas, en su afán de sacarle dividendos a cada jugador e incrementar las carreras anotadas, pero le recuerdo que no se le pueden pedir peras al olmo y cuando miramos la nómina holguinera nos damos cuenta que no hay mucho para escoger.
Noelvis González se puede haber equivocado como cualquier director, como ocurre en cualquier colectivo, pero lo cierto es que tiene un vasto conocimiento del béisbol, resaltado por las máximas autoridades de este deporte en Cuba, demostrado en el terreno de juego con resultados objetivos y admirado por entrenadores y atletas.
La verdad es que a Holguín le falló casi todo, y cuando se juega mal a la pelota, no se puede aspirar a resultados positivos, es momento de criticar y analizar en donde nos equivocamos, qué nos faltó por hacer, para trabajar duro desde la Serie Provincial con el propósito de que los Cachorros vuelvan a morder en la campaña 58.