Podría ahora, en este comentario que pretende interiorizar en el venidero duelo entre los equipos de Pinar del Río y Ciego de Ávila, recurrir a estadísticas y comparaciones, tanto de esta LV Serie Nacional de Béisbol en Cuba, como de anteriores campañas, pero este redactor no teme confesar que aún mantiene indefinido lo supuestamente objetivo si de pronósticos beisboleros se trata.

En siete juegos —o menos— las estadísticas de la campaña regular suelen revertirse, y, desde mi óptica, tampoco funciona lo de la historia.

Los pinareños ganaron el play off final ante Los Tigres, actuales campeones en la lid de 2011, pero ese no puede ser un medidor para dar o no a un equipo como favorito.

Ni la barrida de los actuales campeones ante Industriales, ni el coraje que evidenciaron los pativerdes en el duelo ante Matanzas, deben inclinar la balanza para uno u otro lado.

Algo sí tengo bien claro: se trata de dos escuadras que poseen un buen balance en todas las facetas de juego, pues los dirigidos por Jorge Ricardo Gallardo, con la entrada de los hermanos Alarcón —Yosvani y Yordanis— ya se le quitó el cartelito de “conjunto poco bateador”.

Si a lo anterior sumamos que los de Vueltabajo cuentan con un pitcheo que fue el que menos jonrones admitió (35) y al que menos le batearon (262) y que su Promedio de Carreras Limpias resultó el más bajo (3,24), ya tenemos que admitir que tiene un gran elemento a su favor.

No obstante, siempre hay “peros” para polemizar: Ciego de Ávila disparó 20 jonrones más que sus rivales y su pitcheo, que fue tercero con 3,60 ahora se ve reforzado con la entrada de Alberto Bicet y Lázaro Blanco.

Otro “pero” a tener en cuenta es que ya no se trata del Pinar del Río que comenzó la campaña con manifiestas debilidades en su línea central. Ahora cuenta con Andy Sarduy en segunda y Michael González en el campo corto, a lo que se agrega Alarcón en la receptoría.

Ambos conjuntos llegan a la finalísima con un estado anímico envidiable. Los de Roger Machado tras doblegar dos veces consecutivas a Industriales en el mismísimo estadio Latinoamericano y Pinar, también como visitantes, con ese tremendo remate final al ganarle dos veces consecutivas a Matanzas, cuando tenían “la soga al cuello”.

Por tanto, y aunque no pocos me tilden de “no querer meter las manos en la candela”, carezco de suficientes elementos para dar un favorito, aunque sí adelanto que disfrutaremos de un play off para no olvidar.