Cuando el jugador de los Cachorros se puso el dedo en la boca en señal de silencio tras pegar un cuadrangular, no sólo se estaba burlando de los Marlins sino que los acababa de despertar, como se le hace a una fiera herida.

Si hemos de creer en sus jugadores, el triunfo sobre Chicago el miércoles en la noche será la punta de lanza de donde se podrá construir un presente más esperanzador que el páramo de sufrimientos de abril y mayo.

"Esto es lo que esperábamos ver desde los entrenamientos de primavera, cada jugador apoyándose uno al otro, siendo un equipo'', expresó Dan Jennings, quien fue expulsado por primera vez por protestar bolas y strikes. "Se puede sentir que el cambio está llegando y es una sensación satisfactoria''.

Sin duda, y especialmente ahora que el equipo se embarca en una gira que los llevará a Colorado y Toronto, y que pudiera pesar mucho a la hora de decidir entre mantener el rumbo con estos jugadores y separarse de algunos antes de la fecha límite de cambios a fines de julio.

Mucho se ha hablado de la falta de pasión de los peces bajo la batuta de Jennings, pero lo cierto es que el club ha ganado dos series particulares consecutivas ante dos clubes que juegan por encima de .500 como Nueva York y Chicago, luego de perder 11 de 13 encuentros.

"Siento que las piezas poco a poco van encajando'', agregó Jennings, quien ha sido blanco de críticas de aficionados, expertos y hasta de sus colegas en otros puestos de mando alrededor de las Mayores. "Hubo una transición que fue dura para todos, pero este equipo posee mucho corazón. Estamos lidiando con lesiones, pero nunca hemos perdido el corazón''.

Ese corazón tendrá que seguir expuesto a partir del viernes, cuando Tom Koehler (3-3, 4.01) salga al montículo en la altura de Colorado para medirse a los Rockies, que dependerán de los envíos de Eddie Butler (3-5, 4.22)

Pero queda claro que los Marlins se cansaron de ser empujados por el resto de los clubes, como lo dejó entrever José Fernández al lanzarse al terreno para reclamarle a Lake lo que él interpretó como una falta de respeto, luego de que el jugador de Chicago hiciera la señal de silencio.

"No sé si este juego es un cambio o no, pero estoy con estos muchachos todo el tiempo y sé que nunca se han cansado de luchar'', apuntó Fernández, quien está a semanas de su retorno a la rotación. "Lo importante es seguir ganando juegos''.

Jennings, aunque no lo reconozca, también les mostró a sus jugadores una porción de intensidad personal, cuando protestó una apreciación arbitral y resultó expulsado en el octavo capítulo.

Cuando le preguntaron si alguna otra vez lo habían expulsado de un juego, el manager vilipendiado hasta se dio el lujo de gastarse una broma: "La única que me expulsa cada noche es mi esposa''.