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Siempre que se haga la historia habrá que empezar diciendo que estos Piratas pineros rompieron con todos los pronósticos posibles. Se puede afirmar también que hasta esta ciudad llegaron con grandes probabilidades de encallar, y lograron reflotar la nave con un triunfo que extiende esta final al límite.
La tropa de José Luis Rodríguez Pantoja inició la travesía con el viento a favor, pues Alaín Sánchez apenas pudo sacar los dos primeros out del partido. Par de cañonazos, el primero de Rigoberto Gómez después de un cuestionable boleto intencional a Luis Felipe Rivera, y el otro de Jorge Luis Barcelán, pusieron a los Piratas viento en popa.
Sin embargo, una vez más le fue imposible a Darién Núñez lidiar con su habitual descontrol. Tres boletos consecutivos le señalaron el camino a las duchas, también sin terminar el primer inning. Y visto lo sucedido, esto terminó siendo una bendición.
El protagonismo pasó entonces a la segunda línea, y el soberbio relevo de Javier Vázquez y el efectivo cierre de Héctor Manuel Mendoza fueron suficientes para sembrar el nerviosismo por estas tierras.
Dos aperturas discretas habían puesto un signo de interrogación sobre el zurdo espirituano, pero en poco más de cinco entradas de actuación, en las que el solitario cuadrangular de Yeniet Pérez fue la conexión más sólida de sus rivales, se convirtió en el hombre del partido.
La artillería de los Tigres, llamada a dar el zarpazo mortal, quedó reducida a solo par de hits hasta el noveno episodio. En ese tramo se cansó de dejar hombres en bases y apenas pudo sacar provecho del manifiesto descontrol de los lanzadores rivales, que en suma regalaron nueve boletos y propinaron par de pelotazos. Y cuando sacaron las garras, la astucia de Mendoza prevaleció sobre los deseos de los peligrosos Ariel Borrero y Osvaldo Vázquez, cuyos ponches dejaron el destino de la campaña colgado al desenlace del pleito de esta noche.
Se vivirá entonces el segundo pulso entre el local Yander Guevara y Yoalkis Cruz, quienes se encargaron de las aperturas del primero de los tres desafíos jugados en tierras pineras, y que favoreció a la armada visitante. A estas alturas del match, los avileños siguen pareciendo los favoritos. ¿Pero quién se atreve ya a dar pronósticos?
La tropa de José Luis Rodríguez Pantoja inició la travesía con el viento a favor, pues Alaín Sánchez apenas pudo sacar los dos primeros out del partido. Par de cañonazos, el primero de Rigoberto Gómez después de un cuestionable boleto intencional a Luis Felipe Rivera, y el otro de Jorge Luis Barcelán, pusieron a los Piratas viento en popa.
Sin embargo, una vez más le fue imposible a Darién Núñez lidiar con su habitual descontrol. Tres boletos consecutivos le señalaron el camino a las duchas, también sin terminar el primer inning. Y visto lo sucedido, esto terminó siendo una bendición.
El protagonismo pasó entonces a la segunda línea, y el soberbio relevo de Javier Vázquez y el efectivo cierre de Héctor Manuel Mendoza fueron suficientes para sembrar el nerviosismo por estas tierras.
Dos aperturas discretas habían puesto un signo de interrogación sobre el zurdo espirituano, pero en poco más de cinco entradas de actuación, en las que el solitario cuadrangular de Yeniet Pérez fue la conexión más sólida de sus rivales, se convirtió en el hombre del partido.
La artillería de los Tigres, llamada a dar el zarpazo mortal, quedó reducida a solo par de hits hasta el noveno episodio. En ese tramo se cansó de dejar hombres en bases y apenas pudo sacar provecho del manifiesto descontrol de los lanzadores rivales, que en suma regalaron nueve boletos y propinaron par de pelotazos. Y cuando sacaron las garras, la astucia de Mendoza prevaleció sobre los deseos de los peligrosos Ariel Borrero y Osvaldo Vázquez, cuyos ponches dejaron el destino de la campaña colgado al desenlace del pleito de esta noche.
Se vivirá entonces el segundo pulso entre el local Yander Guevara y Yoalkis Cruz, quienes se encargaron de las aperturas del primero de los tres desafíos jugados en tierras pineras, y que favoreció a la armada visitante. A estas alturas del match, los avileños siguen pareciendo los favoritos. ¿Pero quién se atreve ya a dar pronósticos?
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