El estelar lanzador espirituano y del equipo Cuba ha empezado con buen pie la 52 serie y se acerca a las 100 victorias en campeonatos nacionales.

Para Ismel Jiménez y para su equipo la recién iniciada temporada beisbolera cubana les depara un gran reto. Primero, porque de su brazo depende, en buena medida, la clasificación de los Gallos y segundo, porque aspira a llegar a su victoria número 100 en Series Nacionales.

“Vengo a darlo todo por mi equipo como siempre lo hago, estoy acostumbrado a eso y creo que podemos clasificar”, expresó a Escambray el destacado lanzador horas antes de presentarse este martes en el box ante el elenco de Cienfuegos, donde tuvo una actuación excelente al no permitir carreras en ocho entradas y así anotarse la primera victoria.

El pasado año Ismel Jiménez tuvo una temporada de ensueño que se convirtió en la mejor de su vida deportiva, por cierto no tan larga, con apenas 25 años y ocho Series Nacionales.

En la Serie 51 Ismel fue el máximo ganador de la justa con 17 y de la temporada en general con 19 (ganó dos en los play off). Se dice fácil, pero conseguirlo no lo es, pues estos triunfos significaron cerca del 35 por ciento de las victorias del conjunto espirituano.

Con tal desempeño Jiménez implantó récord en triunfos para un lanzador espirituano en una campaña y desbancó al mismísimo José Antonio Huelga, que atesoraba 16 triunfos.

No conforme con ello, el espirituano rebasó también la marca de las 1 000 entradas de por vida y figuró entre los primeros lanzadores de la temporada en casi todos los departamentos.

“Fue una temporada muy buena. Creo que resultó fruto de mi preparación, para esta vengo en similares condiciones”.

Y así debe ser. Desde julio último, cuando inició su preparación en la preselección nacional, Ismel realizó un entrenamiento muy fuerte que debe servirle de base para la actual campaña.

“Desde que entré en la preselección la dirección me dijo que iba a entrenar, no a ganarme un puesto, por eso me concentré más y trabajé muy duro para pulir detalles que me faltaban, tenía que ganarme la confianza de la dirección después que salí mal en el enfrentamiento ante el equipo de Estados Unidos en La Habana, donde me conectaron bastante fuerte”.

Al decir de Juan de Dios Peña, entrenador de pitcheo de la selección nacional y del equipo espirituano, Ismel resultó, junto al villaclareño Freddy Asiel Álvarez, el lanzador más destacado de la gira, fundamentalmente por su desempeño frente a los asiáticos.

“Esta gira fue muy fructífera para mí, a pesar de tener serios problemas personales a los cuales me debí enfrentar. De los bateadores japoneses aprecié su gran tacto, corroboré que mi lanzamiento es efectivo contra ellos, usé mucho el cambio, tirándoles rompimientos que se pierden encima del box, aunque hay cosas que debo mejorar. Me di cuenta, además, de que ellos te hacen un estudio de un turno a otro, bueno si es por estudiarte allá lo hacen hasta los aficionados. Estando en Japón un aficionado me tocó por la ventanilla del ómnibus y me hacía señales con su mano para decirme que tenía una buena slider, imagínate tú…

“En los lanzadores vi un control excelente, mucha disciplina de un lanzamiento a otro, cuando dicen por ahí es por ahí, en 2 y 0 no se equivocan como Ismel Jiménez, si es contra el piso es contra el piso”.

El lanzador trinitario recuerda cuado le lanzó al equipo nipón en el Segundo Clásico Mundial y cómo pudo salir bastante airoso. Pero después de esa experiencia han pasado cuatro años y ya se siente un poco más maduro, aunque considera que le faltan detalles.

Pero mientras llega la otra edición del Clásico Mundial, Ismel tiene ahora un empeño similar: ayudar a su equipo a clasificar para la siguiente fase en un complejo escenario competitivo.

“Creo que el pitcheo está muy bien, con una inyección de muchachos jóvenes que pueden ayudar al elenco, en general la pelea será dura para todo el mundo, pero pienso que los Gallos podemos pasar”.

“No hay cansancio ni nada por el estilo, voy por la clasificación y mi victoria 100, aunque te soy sincero, no me gusta esta estructura, mucho menos los refuerzos, me imagino con otro equipo y otro uniforme y no me veo”.