El diestro Freddy Asiel Álvarez sigue siendo en esta postemporada un verdadero domador de fieras. Si primero sometió sin miramientos a los temibles Elefantes cienfuegueros, ahora le tocó el turno a los Cocodrilos yumurinos, que en su «pantano» no pudieron dar el primer coletazo en la gran final de la pelota cubana.

Esta ciudad, convertida en una verdadera marea roja, aún suspiraba por la espectacular clasificación de los suyos a esta final, y lo demostró llenando hasta la bandera el embellecido Victoria de Girón.

Lamentablemente, sus luces sufrieron un ligero fallo, pero la multitud aprovechó para ponerle sazón a la fiesta. Solucionado el problema, comenzó el verdadero pulso sobre el diamante, con el muchachón de Corralillo extendiendo su cadena de ceros hasta 33 entradas consecutivas, soberbio récord para postemporada. Cinco ponches, solo una base y apenas cuatro hits permitidos adornaron su encomiable faena.

El alto mando local se inclinó por el «importado» santiaguero Alaín Delá para comenzar a desbrozar el camino al trono, y sus rompimientos fueron efectivos durante las primeras cuatro entradas. Pero un error de Guillermo Heredia en el quinto capítulo destapó la ilusión naranja.

Fue en ese inning el nudo de la novela. Fatal resultó el intento de toque ejecutado por Varona, que ni sorprendió ni adelantó al corredor. Y poco afortunada fue la decisión de transferir a Yuniet Flores para llenar las bases y trabajar a Manduley, pues el paracortos holguinero —ahora vestido de naranja— impulsó par de anotaciones con cañonazo frente al relevista Lázaro Blanco.

Si a semejante joya de pitcheo le faltaba una guinda, esa se la puso el siempre oportuno Ariel Borrero. El inicialista le despachó la pelota más allá de los límites al propio Blanco para apuntalar, junto al buen relevo de Jonder Martínez —la fórmula casi se ha hecho infalible—, el importante triunfo de la tropa visitante.

Esta noche ambos equipos saldrán a repetir estocadas, para cerrar aquí el primer tramo de esta intensa carrera al trono. Se espera que sean el zurdo Misael Siverio y el derecho Joel Suárez los enviados al montículo en pos del triunfo.