Cuánto quisiera equivocarme otra vez, cuánto quisiera que la información sobre el béisbol dejara de tener matices de misterios y secretos sobre lo que no debe ser misterio y mucho menos secreto. Cuánto quisiera que apareciera la fecha perdida, o al menos se la informaran a todos los preparadores, a los 16 equipos que están entrenando para la 53 Serie Nacional desde el mes de agosto.

Cada vez es más admirable la magia de nuestros entrenadores para diseñar un plan de entrenamiento sin conocer el punto de partida. “Solo sabemos que empieza en octubre, pero no tenemos el día, dicen que 1, 6 o 13”, fue la respuesta reiterada por el colectivo de dirección del equipo Industriales, a cual visitamos esta semana en el estadio Changa Mederos.

Pero hace poco el mentor villaclareño Ramón Moré declaraba al periódico Vanguardia que tenía como fecha de inicio el 25 de octubre, en tanto Roger Machado reconsideró con inteligencia su decisión de dejar la dirección de los tigres avileños, pero tampoco pudo responder cuándo se iniciaba la pasión más esperada de todos los cubanos.

¿Qué impide esta nueva incomunicación de los directivos del béisbol con las provincias, la prensa y con la afición? ¿No se sabía de antemano que era necesario mover el inicio de la serie para octubre desde la conclusión de la temporada 2012-2013? ¿No se acaba de comprender que mientras más transparencia, inmediatez y menos oscuridad tendremos también una mejor serie?

La fecha perdida —quizás atorada, amarrada—, es imprescindible para definir un calendario y un torneo como serio. Si ella pudiera leer estas líneas, al menos que se pare en una esquina y grite a las 14 provincias, desde Guantánamo a Pinar del Río, estoy aquí, la apertura es….

Cuánto quisiera equivocarme otra vez, pero en cuestiones de béisbol es muy difícil ponernos de acuerdo sobre una jugada, o quién es el mejor bateador; sin embargo, aparecer lo que nunca debió estar perdido parece tan sencillo que ojalá ahora mismo salte la luz, digo, la fecha.