En realidad, se pudiera considerar una sorpresa el rendimiento del cuerpo de lanzadores de Industriales en la 53 Serie Nacional de Béisbol, pero solo hasta cierto punto, porque hay un factor que puede marcar la diferencia entre la efectividad de esos lanzadores, de forma general.
¿Qué sucede? Que José Elósegui es uno de los mejores entrenadores de pitcheo en el país, y es quien trabaja al frente de este departamento en el equipo capitalino. Y precisamente, consideramos que es el trabajo de todo el colectivo, el que marca la diferencia, independientemente de que hay individualidades importantes.
Un experimentado serpentinero como Frank Monthiet, que llevaba algunas temporadas sin grandes resultados, ahora ha comenzado muy bien, con tres victorias sin derrota.
En el otro extremo de edades, el jovencito David Mena, que lanza para 1.59, y el ya fogueado en nuestras campañas, Ian Rendón, que lo hace para 2.30; pero lo reiteramos, es el trabajo de todo el staff de pitcheo, lo que marca la diferencia.
Colectivamente, los lanzadores capitalinos trabajan para un formidable 2.14, líderes, y les batean para un raquítico promedio de 223. Es decir, les batean poco, casi no permiten carreras limpias, y el equipo lucha por el primer lugar. Buen resultado del trabajo de Elósegui y de los que con él trabajan. Ahí está la clave del éxito.
¿Qué sucede? Que José Elósegui es uno de los mejores entrenadores de pitcheo en el país, y es quien trabaja al frente de este departamento en el equipo capitalino. Y precisamente, consideramos que es el trabajo de todo el colectivo, el que marca la diferencia, independientemente de que hay individualidades importantes.
Un experimentado serpentinero como Frank Monthiet, que llevaba algunas temporadas sin grandes resultados, ahora ha comenzado muy bien, con tres victorias sin derrota.
En el otro extremo de edades, el jovencito David Mena, que lanza para 1.59, y el ya fogueado en nuestras campañas, Ian Rendón, que lo hace para 2.30; pero lo reiteramos, es el trabajo de todo el staff de pitcheo, lo que marca la diferencia.
Colectivamente, los lanzadores capitalinos trabajan para un formidable 2.14, líderes, y les batean para un raquítico promedio de 223. Es decir, les batean poco, casi no permiten carreras limpias, y el equipo lucha por el primer lugar. Buen resultado del trabajo de Elósegui y de los que con él trabajan. Ahí está la clave del éxito.