Apenas habían transcurrido 10 minutos luego de la conclusión del Juego de las Estrellas del Futuro celebrado el pasado domingo. Es el fin de su tarde como coach honorario para los principales prospectos de este deporte, pero la leyenda de los Mellizos Tony Oliva no quiere abandonar el dugout.
Está en el primer escalón, erguido, con las manos sobre sus caderas y con el pecho erguido, mostrando orgulloso el logo "MUNDO" cosido en su camiseta y el pequeño parche con la bandera cubana, adherido al uniforme cerca de su corazón.
Oliva está viendo hacia el outfield y empieza a ver de forma exhaustiva hacia el infield. Apunta hacia las nubes.
"Usted puede quedarse todo el tiempo que quiera, Sr. Oliva", dice el guardia de seguridad. "No tiene que ir a ninguna parte. Quédese ahí y vea el juego de softbol de las celebridades. Puede hacer lo que guste, señor Oliva".
Oliva se rió porque sabe que el vigilante tiene razón. El ex pelotero está en su quincuagésimo tercer año con la organización y es una leyenda viviente en Minnesota. Oliva tiene incluso una puerta de entrada en el left field del Target Field con su nombre.
Hace cuarenta y seis años, Oliva fue uno de seis jugadores cubanos en participar en el Juego de Estrellas de 1968 en el Astrodome de Houston, Texas. Fue un récord para los cubanos en el clásico de mitad de temporada. Este año, hay cinco jugadores oriundos de Cuba en el Juego de Estrellas a celebrarse este martes, la mayor cantidad desde 1968, y Oliva se tomó unos minutos extras en el escalón, para así poder apreciar este panorama y saborearlo.
"Es increíble. Estos jugadores que llegan aquí y tienen éxito de la forma como lo hacen", dice Oliva, ya con 76 años de edad. "No se puede negar el impacto de los Latinos en el juego de béisbol. No solamente Cuba, sino también la República Dominicana, Venezuela, Colombia, México, Panamá y todos los países alrededor del mundo. Son estrellas. Si no eres lo suficientemente bueno, no podrás jugar en las Grandes Ligas, y ellos son estrellas".
Junto a Oliva en 1968, se encontraban el primera base Joe Azcue de los Indios de Cleveland, el campocorto Bert Campaneris de los Atléticos de Oakland, el lanzador abridor Luis Tiant, y por los Rojos de Cincinnati, Leo Cárdenas y el slugger Tony Pérez.
El contingente cubano este año está formado por el outfielder Yasiel Puig de los Dodgers de Los Angeles, quien será jardinero abridor de la Liga Nacional, el relevista de los Rojos de Cincinnati Aroldis Chapman, José Abreu y Alexei Ramírez, ambos de los Medias Blancas de Chicago; y Yoenis Céspedes, por Oakland.
"Este es un momento de orgullo para los cubanos, y sé que hemos tenido muchos momentos que nos han llenado de orgullo en el pasado", dijo Abreu. "Sé que todos estamos felices de estar aquí y estoy consciente que llena de felicidad a todos en Cuba el poder ver esto y contemplar todos nuestros nombres en esta lista. El estar aquí es una bendición para todos nosotros".
El número de jugadores cubanos que han aportado al pasatiempo nacional de los Estados Unidos es impresionante.
Históricamente hablando, 183 peloteros antillanos han militado en las Mayores, 94 de ellos desde que Fidel Castro se convirtiera en líder de la isla en 1961.
Se ha producido un boom en la última década con 33 peloteros provenientes de la isla. 19 cubanos dijeron presente en los rosters del Día Inaugural en la presente temporada.
"Una de las cosas tan maravillosas de nuestro deporte es que no importa tu raza, color, o dónde creciste, porque si puedes batear o pitchear, tienes la oportunidad" dijo Terry Francona, manager de los Indios de Cleveland y uno de los coaches por la Liga Americana. "Eso es una parte importante de lo que hace a nuestro juego tan especial".
Abreu y su compañero Adrián Nieto, los infielders de los Dodgers Alexander Guerrero y Erisbel Arruebarruena, junto a Roenis Elías de los Marineros de Seattle, han hecho todos su debut esta campaña. El pitcher Odrisamer Despaigne de los Padres de San Diego y quien lanzara en su primer encuentro de Grandes Ligas el mes pasado, es el jugador de Cuba con debut más reciente en la Gran Carpa.
Hay más cubanos en camino. Los outfielders Rusney Castillo y Yasmani Tomás, con altas expectativas sobre ellos, podrían entrar pronto al mercado. Yoan Moncado, apenas adolescente y ya perfilado como prospecto de altos quilates en el infield, podría firmar con una organización en algún punto en el presente año.
"Estamos teniendo un resurgir mucho mayor que en épocas pasadas", dijo Chapman. "El hecho que nos encontremos aquí prueba que estamos haciendo un gran trabajo y contribuyendo en este deporte. Pertenecemos aquí".
Es imposible ignorar las contribuciones hechas por los principales jugadores cubanos en esta zafra. Abreu ya lleva 29 cuadrangulares y es favorito para llevarse el premio al Novato del Año en la Liga Americana. Céspedes, quien se alzó con el Derby de Cuadrangulares por segunda ocasión consecutiva este martes, es parte fundamental del éxito de los Atléticos, quienes ostentan el mejor registro en el béisbol mayor.
Puig cuenta con credenciales para ser considerado el jugador más talentoso (y el más controversial) del béisbol; y la recta de 100 millas por hora de Chapman es tan legendaria como letal.
Ramírez, en su primer Juego de Estrellas, continúa solidificando su reputación como uno de los peloteros más completos en la Liga Americana.
"Encontrarse rodeado por todas estas superestrellas es un sueño hecho realidad", dijo Ramírez. "Y cuando uno piensa que cinco cubanos están considerados parte de estas estrellas es increíble. Todos hemos trabajado muy duro para llegar aquí, y están viendo lo que somos capaces de aportar a este deporte. No puedo esperar para jugar aquí".
Oliva tampoco puede esperar. Estará muy cerca del dugout, con el pecho hinchado de orgullo reviviendo la historia.
Está en el primer escalón, erguido, con las manos sobre sus caderas y con el pecho erguido, mostrando orgulloso el logo "MUNDO" cosido en su camiseta y el pequeño parche con la bandera cubana, adherido al uniforme cerca de su corazón.
Oliva está viendo hacia el outfield y empieza a ver de forma exhaustiva hacia el infield. Apunta hacia las nubes.
"Usted puede quedarse todo el tiempo que quiera, Sr. Oliva", dice el guardia de seguridad. "No tiene que ir a ninguna parte. Quédese ahí y vea el juego de softbol de las celebridades. Puede hacer lo que guste, señor Oliva".
Oliva se rió porque sabe que el vigilante tiene razón. El ex pelotero está en su quincuagésimo tercer año con la organización y es una leyenda viviente en Minnesota. Oliva tiene incluso una puerta de entrada en el left field del Target Field con su nombre.
Hace cuarenta y seis años, Oliva fue uno de seis jugadores cubanos en participar en el Juego de Estrellas de 1968 en el Astrodome de Houston, Texas. Fue un récord para los cubanos en el clásico de mitad de temporada. Este año, hay cinco jugadores oriundos de Cuba en el Juego de Estrellas a celebrarse este martes, la mayor cantidad desde 1968, y Oliva se tomó unos minutos extras en el escalón, para así poder apreciar este panorama y saborearlo.
"Es increíble. Estos jugadores que llegan aquí y tienen éxito de la forma como lo hacen", dice Oliva, ya con 76 años de edad. "No se puede negar el impacto de los Latinos en el juego de béisbol. No solamente Cuba, sino también la República Dominicana, Venezuela, Colombia, México, Panamá y todos los países alrededor del mundo. Son estrellas. Si no eres lo suficientemente bueno, no podrás jugar en las Grandes Ligas, y ellos son estrellas".
Junto a Oliva en 1968, se encontraban el primera base Joe Azcue de los Indios de Cleveland, el campocorto Bert Campaneris de los Atléticos de Oakland, el lanzador abridor Luis Tiant, y por los Rojos de Cincinnati, Leo Cárdenas y el slugger Tony Pérez.
El contingente cubano este año está formado por el outfielder Yasiel Puig de los Dodgers de Los Angeles, quien será jardinero abridor de la Liga Nacional, el relevista de los Rojos de Cincinnati Aroldis Chapman, José Abreu y Alexei Ramírez, ambos de los Medias Blancas de Chicago; y Yoenis Céspedes, por Oakland.
"Este es un momento de orgullo para los cubanos, y sé que hemos tenido muchos momentos que nos han llenado de orgullo en el pasado", dijo Abreu. "Sé que todos estamos felices de estar aquí y estoy consciente que llena de felicidad a todos en Cuba el poder ver esto y contemplar todos nuestros nombres en esta lista. El estar aquí es una bendición para todos nosotros".
El número de jugadores cubanos que han aportado al pasatiempo nacional de los Estados Unidos es impresionante.
Históricamente hablando, 183 peloteros antillanos han militado en las Mayores, 94 de ellos desde que Fidel Castro se convirtiera en líder de la isla en 1961.
Se ha producido un boom en la última década con 33 peloteros provenientes de la isla. 19 cubanos dijeron presente en los rosters del Día Inaugural en la presente temporada.
"Una de las cosas tan maravillosas de nuestro deporte es que no importa tu raza, color, o dónde creciste, porque si puedes batear o pitchear, tienes la oportunidad" dijo Terry Francona, manager de los Indios de Cleveland y uno de los coaches por la Liga Americana. "Eso es una parte importante de lo que hace a nuestro juego tan especial".
Abreu y su compañero Adrián Nieto, los infielders de los Dodgers Alexander Guerrero y Erisbel Arruebarruena, junto a Roenis Elías de los Marineros de Seattle, han hecho todos su debut esta campaña. El pitcher Odrisamer Despaigne de los Padres de San Diego y quien lanzara en su primer encuentro de Grandes Ligas el mes pasado, es el jugador de Cuba con debut más reciente en la Gran Carpa.
Hay más cubanos en camino. Los outfielders Rusney Castillo y Yasmani Tomás, con altas expectativas sobre ellos, podrían entrar pronto al mercado. Yoan Moncado, apenas adolescente y ya perfilado como prospecto de altos quilates en el infield, podría firmar con una organización en algún punto en el presente año.
"Estamos teniendo un resurgir mucho mayor que en épocas pasadas", dijo Chapman. "El hecho que nos encontremos aquí prueba que estamos haciendo un gran trabajo y contribuyendo en este deporte. Pertenecemos aquí".
Es imposible ignorar las contribuciones hechas por los principales jugadores cubanos en esta zafra. Abreu ya lleva 29 cuadrangulares y es favorito para llevarse el premio al Novato del Año en la Liga Americana. Céspedes, quien se alzó con el Derby de Cuadrangulares por segunda ocasión consecutiva este martes, es parte fundamental del éxito de los Atléticos, quienes ostentan el mejor registro en el béisbol mayor.
Puig cuenta con credenciales para ser considerado el jugador más talentoso (y el más controversial) del béisbol; y la recta de 100 millas por hora de Chapman es tan legendaria como letal.
Ramírez, en su primer Juego de Estrellas, continúa solidificando su reputación como uno de los peloteros más completos en la Liga Americana.
"Encontrarse rodeado por todas estas superestrellas es un sueño hecho realidad", dijo Ramírez. "Y cuando uno piensa que cinco cubanos están considerados parte de estas estrellas es increíble. Todos hemos trabajado muy duro para llegar aquí, y están viendo lo que somos capaces de aportar a este deporte. No puedo esperar para jugar aquí".
Oliva tampoco puede esperar. Estará muy cerca del dugout, con el pecho hinchado de orgullo reviviendo la historia.