Cada vez que el cubano Aroldis Chapman entra a las brasas con los Rojos en dificultades, todos pagaríamos una extra por verlo en acción.
Ha sido implacable, impecable e intocable. Su pitcheo tiene furia y fineza. A los 24 años, podríamos estar viendo al relevista del futuro, si es que más adelante, en medio de la escasez, no necesitan convertirlo en abridor.
Gana 3 juegos y sostiene 3 veces la ventaja a lo largo de 12 relevos, 3 de ellos de 2 entradas. Sólo le batean 5 hits en 15 y dos tercios, todos sencillos, cede 4 bases y registra 27 ponches, un promedio de casi dos por inning, escalofriante.
Chapman, que ha agregado a su violencia con lanzamientos de 99 y 100 millas, una necesaria cuota de destreza para desequilibrar, trabajó para 3.60 en el 2011 en 54 relevos y 50 entradas. Por ahora, se ha convertido en un show, merecedor de un escenario en Las Vegas, quizás en el circo del sol como tirador de cuchillos trazando siluetas.
Ha sido implacable, impecable e intocable. Su pitcheo tiene furia y fineza. A los 24 años, podríamos estar viendo al relevista del futuro, si es que más adelante, en medio de la escasez, no necesitan convertirlo en abridor.
Gana 3 juegos y sostiene 3 veces la ventaja a lo largo de 12 relevos, 3 de ellos de 2 entradas. Sólo le batean 5 hits en 15 y dos tercios, todos sencillos, cede 4 bases y registra 27 ponches, un promedio de casi dos por inning, escalofriante.
Chapman, que ha agregado a su violencia con lanzamientos de 99 y 100 millas, una necesaria cuota de destreza para desequilibrar, trabajó para 3.60 en el 2011 en 54 relevos y 50 entradas. Por ahora, se ha convertido en un show, merecedor de un escenario en Las Vegas, quizás en el circo del sol como tirador de cuchillos trazando siluetas.
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