Ya entramos en la recta final. A la etapa clasificatoria de la 51 Serie Nacional le resta poco, pues el domingo 22 de abril habrá cuatro equipos clasificados por cada zona y comenzarán los play off. Seis conjuntos están en punta para discutir el título:
Industriales, Matanzas, Cienfuegos, Villa Clara, Las Tunas y Ciego de Ávila.
Otros están muy complicados, entre ellos dos conjuntos que tradicionalmente han sido contendientes en la postemporada y ahora están a punto de quedar eliminados. Me refiero a Sancti Spíritus y Santiago de Cuba.
Mucho se ha escrito sobre los Gallos, una selección a la cual poco le falta, balanceada en todas sus líneas, con peloteros jóvenes pero ya con experiencia. Ahora nada les parece funcionar y el pasado viernes 9 fue el colmo, perder por violar una regla el partido que les representaba acercarse un juego al ocupante del cuarto lugar, Pinar.
Este año a los espirituanos no les ha funcionado su principal arma, el bateo. Increíble que anden cinco unidades por debajo de la media del torneo, que sean séptimos en promedio cuando hay hombres en bases y solo acumulen 211 corredores remolcados en posición anotadora, un renglón importante porque los cuatro primeros son Industriales (267), Matanzas (257), Las Tunas (257) y Villa Clara (248), no por casualidad los actuales líderes.
Otro es el caso de los santiagueros, aquejados de lesiones en este último tercio de la campaña, con Reutilio Hurtado fuera de la alineación por un buen tiempo y Olivera todavía resentido de una lesión que lo molesta desde la Copa Mundial. Pero esa no es la causa principal de la racha adversa de las dos últimas semanas.
Todavía los indómitos no acaban de redondear un cuerpo de pitcheo estable. Hasta ayer sus serpentineros habían embasado por concepto de jits y bases a 933 adversarios, para un elevado porcentaje de 1,60 corredores rivales en las almohadillas por cada inning. A todas luces demasiados, con la consiguiente presión para la defensa. Hay, además, una apreciable diferencia entre abridores y relevistas, estos últimos promediando casi cinco carreras limpias, lo cual obliga a la dirección a “exprimir” a los abridores hasta los 120 lanzamientos.
No estoy eliminando a ninguno de los dos. Calidad tienen para sobreponerse. Pero el tiempo apremia.
Industriales, Matanzas, Cienfuegos, Villa Clara, Las Tunas y Ciego de Ávila.
Otros están muy complicados, entre ellos dos conjuntos que tradicionalmente han sido contendientes en la postemporada y ahora están a punto de quedar eliminados. Me refiero a Sancti Spíritus y Santiago de Cuba.
Mucho se ha escrito sobre los Gallos, una selección a la cual poco le falta, balanceada en todas sus líneas, con peloteros jóvenes pero ya con experiencia. Ahora nada les parece funcionar y el pasado viernes 9 fue el colmo, perder por violar una regla el partido que les representaba acercarse un juego al ocupante del cuarto lugar, Pinar.
Este año a los espirituanos no les ha funcionado su principal arma, el bateo. Increíble que anden cinco unidades por debajo de la media del torneo, que sean séptimos en promedio cuando hay hombres en bases y solo acumulen 211 corredores remolcados en posición anotadora, un renglón importante porque los cuatro primeros son Industriales (267), Matanzas (257), Las Tunas (257) y Villa Clara (248), no por casualidad los actuales líderes.
Otro es el caso de los santiagueros, aquejados de lesiones en este último tercio de la campaña, con Reutilio Hurtado fuera de la alineación por un buen tiempo y Olivera todavía resentido de una lesión que lo molesta desde la Copa Mundial. Pero esa no es la causa principal de la racha adversa de las dos últimas semanas.
Todavía los indómitos no acaban de redondear un cuerpo de pitcheo estable. Hasta ayer sus serpentineros habían embasado por concepto de jits y bases a 933 adversarios, para un elevado porcentaje de 1,60 corredores rivales en las almohadillas por cada inning. A todas luces demasiados, con la consiguiente presión para la defensa. Hay, además, una apreciable diferencia entre abridores y relevistas, estos últimos promediando casi cinco carreras limpias, lo cual obliga a la dirección a “exprimir” a los abridores hasta los 120 lanzamientos.
No estoy eliminando a ninguno de los dos. Calidad tienen para sobreponerse. Pero el tiempo apremia.
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