El conjunto de los Estados Unidos de América nuevamente volvió a decepcionar a parciales y entendidos, al sucumbir en la jornada de ayer, con marcador de 4 carreras por 3, ante Puerto Rico, quedando una vez más por debajo de las posibilidades y poniendo en peligro la existencia del Clásico Mundial de Beisbol.
En tres versiones del evento magno del beisbol en el orbe, los norteamericanos han sido incapaces de llegar a una final y su mejor actuación, en el 2009, fue avanzar hasta las semifinales. En este 2013, más allá de la selección de uno de los mejores managers del último cuarto de siglo, los peloteros de Estados Unidos vuelven a romper las ilusiones de muchos.
El balance de 3 triunfos e igual cantidad de derrotas no es verdadero medidor de la actuación de los norteños, que llegaron con el superfavorito (una vez más) y terminaron bajando la cabeza frente a República Dominicana 3 por 1 y Puerto Rico 4 a 3, en la segunda ronda.
La escuadra dirigida (y escogida) por Joe Torre, solo fue capaz de pisar el plato 4 veces y conectar 14 hits en los dos últimos encuentros, donde coincidentemente su más eficiente bateador del Clásico Mundial, David Wrigth (10 carreras impulsadas en los primeros 4 juegos), no pudo alinear por molestias en la espalda y la solicitud de los Mets de Nueva York, su equipo en las Mayores.
El juego frente a Dominicana lo perdieron con las botas puestas y terminó siendo un partidazo, pero contra los portorriqueños se vieron minimizados y el propio Torre cometió par de pifias en su guía, pues (a mi entender) extrajo innecesariamente al abridor Ryan Volgelsong cuando aún le quedaban 7 lanzamientos, a un out de terminar el sexto episodio y el relevista de turno, Vinny Pestano, no pudo hacerlo peor; a la vez que el intento fallido de robo de segunda por Jimmy Rollings en la parte baja de ese mismo episodio, con el tercer bate en turno y diferencia de 4 en la pizarra, también me pareció errado.
Estados Unidos de América se marcha del Clásico Mundial sin escusas, y aunque es cierto que sus peloteros de este nivel no están acostumbrados a jugar en esta época del año y mucho menos un torneo con tanta tensión de principio a fin, su salida temprana pone en riesgo la existencia del evento en sí mismo, pues no creo que en un futuro inmediato (salvo cambios sustanciales) los norteamericanos sean capaces de llegar más lejos y los organizadores no van a estar generando un torneo donde sus representantes terminen decepcionando continuamente.
Por lo demás a disfrutar de unas semifinales con dos representantes del Caribe, uno de Asia y un europeo, que aún queda Clásico Mundial por jugarse.
En tres versiones del evento magno del beisbol en el orbe, los norteamericanos han sido incapaces de llegar a una final y su mejor actuación, en el 2009, fue avanzar hasta las semifinales. En este 2013, más allá de la selección de uno de los mejores managers del último cuarto de siglo, los peloteros de Estados Unidos vuelven a romper las ilusiones de muchos.
El balance de 3 triunfos e igual cantidad de derrotas no es verdadero medidor de la actuación de los norteños, que llegaron con el superfavorito (una vez más) y terminaron bajando la cabeza frente a República Dominicana 3 por 1 y Puerto Rico 4 a 3, en la segunda ronda.
La escuadra dirigida (y escogida) por Joe Torre, solo fue capaz de pisar el plato 4 veces y conectar 14 hits en los dos últimos encuentros, donde coincidentemente su más eficiente bateador del Clásico Mundial, David Wrigth (10 carreras impulsadas en los primeros 4 juegos), no pudo alinear por molestias en la espalda y la solicitud de los Mets de Nueva York, su equipo en las Mayores.
El juego frente a Dominicana lo perdieron con las botas puestas y terminó siendo un partidazo, pero contra los portorriqueños se vieron minimizados y el propio Torre cometió par de pifias en su guía, pues (a mi entender) extrajo innecesariamente al abridor Ryan Volgelsong cuando aún le quedaban 7 lanzamientos, a un out de terminar el sexto episodio y el relevista de turno, Vinny Pestano, no pudo hacerlo peor; a la vez que el intento fallido de robo de segunda por Jimmy Rollings en la parte baja de ese mismo episodio, con el tercer bate en turno y diferencia de 4 en la pizarra, también me pareció errado.
Estados Unidos de América se marcha del Clásico Mundial sin escusas, y aunque es cierto que sus peloteros de este nivel no están acostumbrados a jugar en esta época del año y mucho menos un torneo con tanta tensión de principio a fin, su salida temprana pone en riesgo la existencia del evento en sí mismo, pues no creo que en un futuro inmediato (salvo cambios sustanciales) los norteamericanos sean capaces de llegar más lejos y los organizadores no van a estar generando un torneo donde sus representantes terminen decepcionando continuamente.
Por lo demás a disfrutar de unas semifinales con dos representantes del Caribe, uno de Asia y un europeo, que aún queda Clásico Mundial por jugarse.
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